Febrero 25, 2021
Grecia, de nombre oficial República Helénica, es un país soberano miembro de la Unión Europea, situada en las orillas nororientales del mar Mediterráneo, en un enclave estratégico entre Europa, Asia y África. En su conformación social, Grecia es muy homogénea, ya que gran parte de su población habla el idioma griego y practica el cristianismo ortodoxo. En su territorio continental, así como en sus miles de islas, se encuentra el testimonio histórico de la antigua civilización griega, así como el legado de una larga tradición que se refleja en el arte, la arquitectura, la gastronomía, la literatura y la mitología.
La cultura griega ha evolucionado a través de miles de años, iniciando con la Grecia micénica y pasando por la Grecia clásica, a través de la influencia del Imperio romano y el Imperio Bizantino. Otras culturas y naciones, como los Estados latinos y francos, el Imperio otomano, la República de Venecia, la República de Génova y el Imperio británico también han dejado su influencia en la cultura griega moderna.
La Grecia moderna tiene su origen en la civilización de la antigua Grecia, considerada la cuna de la civilización occidental. Fue el lugar de nacimiento de la democracia, la filosofía occidental, los Juegos Olímpicos, la literatura y el estudio de la historia, la política y los más importantes principios de las matemáticas y la ciencia. Introdujeron muchas formas literarias como la poesía épica y lírica, la narrativa histórica, la tragedia y la comedia. Además, se creó un ideal de belleza clásica, que respondía a la búsqueda del orden y la proporción, la cual influyó fuertemente el arte occidental.
Atenas, su capital, es la urbe más poblada y grande del país. Es una ciudad rica en restos arqueológicos, no solo clásicos sino, además, romanos y bizantinos. En la Acrópolis de Atenas destaca el Partenón, símbolo imperecedero de la cultura griega. El templo evidencia el gran conocimiento geométrico de los matemáticos y arquitectos griegos. Es octástilo (con ocho columnas en sus dos fachadas principales) y períptero (que está rodeado de columnas).
También en la Acrópolis se encuentra el Erecteón, uno de los más bellos monumentos arquitectónicos. Uno de sus pórticos sobresale del resto del conjunto por las cariátides, esas columnas en forma de mujer que sujetan sobre sus cabezas el entablamento de la fachada. Pero, ¿sabías que las seis que se encuentran in situ son replicas? Cinco de las originales se encuentran en el Museo de la Acrópolis y la otra en el Museo Británico, protegidas de la corrosión ambiental.
Para la arquitectura, los antiguos griegos desarrollaron los órdenes clásicos: dórico, jónico y corintio, que establecía una relación entre la columna (elemento de sostén) y el dintel. Estos se pueden diferenciar atendiendo al capitel de las columnas. A diferencia, en el periodo bizantino las edificaciones se caracterizaron por plantas de cruz griega, con una cúpula central rodeada de otras cúpulas pequeñas.
Grecia tiene una fuerte tradición literaria que comprende unos 2800 años. Las primeras obras literarias occidentales son los poemas épicos de Homero y Hesíodo. En la Grecia clásica nace la poesía lírica, el teatro y los estudios filosóficos e históricos. Ya en el siglo XX, destacan los escritores Giorgos Seferis (1900-1971) y Odysséas Elýtis (1911-1996), ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura en 1963 y 1979, respectivamente.
Grecia es uno de los países más montañosos de Europa. El monte Olimpo, la mítica morada de los dioses griegos, es el punto más alto del país, con 2917 metros sobre el nivel del mar. Gracias a la variedad de climas y paisajes, la nación cuenta con más de 5500 tipos de plantas y especies de animales únicas como las focas pinípedas, la llamada tortuga boba y la cabra salvaje, ya extinta en el resto de Europa. Sus playas son de las más bellas del mundo, caracterizadas en su mayoría por un azul turquesa que enamora a los visitantes.
Los griegos son muy arraigados a su tradición. Una de ellas es el nazar que, aunque su origen sea turco, se ha convertido en uno de los suvenires más comunes de Grecia. El nazar es un amuleto que protege contra el mal de ojo y se representa mediante círculos concéntricos, desde adentro hacia fuera, azul oscuro o negro, azul claro, blanco y azul oscuro. Desde la antigüedad, los griegos lo utilizaban en los barcos, para pedir protección en sus expediciones a los dioses Poseidón, Zeus y Hermes. Actualmente también se utilizan cuentas con aspecto de nazar en los begleri griegos.