historia del edificio

Un espacio de encuentro en los campos de la cultura y el patrimonio

El Palacio del Segundo Cabo fue edificado en las últimas décadas del siglo XVIII, entre 1770 y 1791, como parte del proyecto de mejoramiento urbano del entorno de la Plaza de Armas. Se encuentra ubicado muy próximo al sitio fundacional de la ciudad, en la calle O’Reilly número 4 entre la Avenida del Puerto y Tacón, justo en el epicentro de la gesta restauradora de la Oficina del Historiador de la ciudad.

Es una obra del ingeniero cubano Antonio Fernández de Trevejos y Zaldívar, testimonio del nacimiento de la arquitectura civil pública, y representativo del estilo barroco moderado o “barroco cubano” en las construcciones habaneras de finales del siglo XVIII. Está condicionado por la dureza de la piedra de cantería empleada para su construcción y por la sobriedad de las líneas. Su portal con arcada destaca por arcos de medio punto que descansan sobre pilares compuestos por medias columnas circulares adosadas por los laterales. Se dice que fue uno de los primeros edificios que sustituyó la madera por el hierro.

Su majestuosa portada se encuentra flanqueada por gigantescas pilastras. La sucesión de elaborados arcos mixtilíneos que conducen desde el zaguán a la escalera, le confieren a esta visual un notable aspecto de profundidad. El patio central es de reducidas dimensiones y marcada verticalidad y la galería de la planta alta se encuentra cerrada por ventanales con persianería francesa y lucetas de colores.

La decisión de construir este Palacio partió de la corona española. El gobernador de la isla recibió órdenes precisas del Rey en el año 1770 para llevar a efecto la fábrica proyectada para Casa de Administración de Correos, lo cual haría de La Habana el centro para la comunicación postal entre Europa y las colonias iberoamericanas. Posteriormente otros usos le fueron asignados. Albergó la Intendencia, Contaduría, Secretaría, Archivo y Tesorería General del Ejército y las oficinas y residencia del Subinspector General Segundo Cabo, lo cual le otorgó el nombre con que se le reconoce hasta nuestros días.

Una vez culminada la dominación colonial española, el edificio pasó a ser la sede del Senado de la República, por lo que en 1910 el arquitecto Eugenio Rayneri realizó obras de remodelación que alteraron las dos crujías del frente en la planta alta. Al trasladarse en 1929 el Senado hacia el recién construido Capitolio Nacional, se instala en el Palacio el Tribunal Supremo de Justicia. En 1926 los arquitectos Govantes y Cabarrocas intervinieron el inmueble, sacando a la luz importantes detalles ornamentales que habían sido cubiertos en remodelaciones anteriores. En esa época se efectuó la eliminación del repello exterior del edificio para dejar expuesta su sillería.

Durante la década del sesenta, pasó a ser la sede de las Academias de Historia, de la Lengua, de Artes y Letras, el Consejo Nacional de Cultura y, finalmente, el Instituto Cubano del Libro. En la actualidad es el Centro para la interpretación de las relaciones culturales Cuba – Europa: Palacio del Segundo Cabo, un espacio de encuentro en los campos de la cultura y el patrimonio*.

*Tomado del Documento Rector del Proyecto de Uso Cultural del Palacio del Segundo Cabo (2015)