encuenntro-culturas

El encuentro de dos civilizaciones: diálogos y contradicciones

Sala Encuentro entre Culturas

El encuentro de dos civilizaciones: diálogos y contradicciones

Este es uno de los pocos espacios del Palacio que alberga obras de carácter museal y de un alto valor patrimonial. Las piezas pictóricas que acoge pertenecen al género histórico y son de grandes formatos. Una es de la autoría del pintor belga Gustaf Wappers, titulada Desembarco de los peregrinos pasajeros del Mayflower en las costas de Plymouth (1867), y la otra es La llegada de Hernán Cortés a México (1863), del español Francisco Sans Cabot.

En ese acierto de poner en valor las relaciones que se han dado entre Cuba y Europa, aspecto central que desarrolla el centro, ambas obras vienen a complementar dicho eje. Aun cuando no es el encuentro con la cultura cubana lo representado expresamente en estas piezas, esa imbricación entre diferentes culturas de otras regiones también nos da la medida de cómo sucesos de esta índole incidieron en el nacimiento y desarrollo de otros pueblos, en cómo a partir de ese choque se han dado las interinfluencias, los aportes de uno al otro y la resultante cultural que hoy día aún perdura en muchas latitudes.

La obra a cargo de Gustaf Guappers representa el momento en que llegan los peregrinos a las costas de Plymouth, con el interés de encontrar una tierra nueva para recomenzar. De aliento romántico, se ofrece una atmósfera apastelada, en la que es visible una luz suave que incide en los rostros y manos de los peregrinos, agrupados bajo una exquisita composición piramidal. Los personajes alaban y agradecen el haber sobrevivido a los avatares de una travesía difícil, y haber llegado finalmente a la tierra añorada.

Por otra parte, La llegada de Hernán Cortés a México representa el instante en que el conquistador español arriba con su expedición a tierras aztecas y manda a incendiar las embarcaciones para evitar el regreso de sus tropas, con el objetivo de fundar una nueva sociedad en ese otro territorio. Esta obra, de tonalidades ocres y con un halo realista, presenta a un grupo de pobladores conmovidos ante la llegada de hombres diferentes a ellos, quienes se muestran, desde una pose altiva, como los conquistadores de esa nueva tierra.

En ambas piezas se sienten las ansias de construir un hogar próspero en el que las tradiciones regionales pierden sus fronteras para imbricarse, amén de la procedencia de unos u otros. La sala Encuentro entre culturas es un espacio en el que debemos observar sabiamente el devenir de un pasado, que con el tiempo y el accionar del hombre, nos ha definido.