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Espacio de tradición e historia: la prestancia de un patrimonio rescatado

07. Salon de Actos

Espacio de tradición e historia: la prestancia de un patrimonio rescatado

En uno de los espacios más vistosos del centro  se destaca una imponente cúpula, una decoración de piezas patrimoniales y la conservación de su piso en damero. El salón de Actos ha sido el lugar donde se han efectuado numerosas entregas de distinciones y premios, actividades correspondientes a los talleres para niños, adolescentes y jóvenes y adultos mayores, así como actos de diversa índole afines con el perfil del centro.

En los inicios del siglo XX, el inmueble acogió el Senado de la República. En 1910 el escultor Eugenio Mario Rayneri dirigió las obras de readecuación a su nuevo uso, las cuales alteraron por completo la distribución y el carácter de las dos crujías del frente en el piso alto. En el salón en el que sesionaría el Senado concibió una cúpula decorada con pinturas alegóricas a la Paz, la Elocuencia, la República, la Virtud, el Trabajo, la Ley, la Justicia y el Progreso, del artista Luis Ruiz Molina.

Durante la restauración que se realizó en la década del sesenta por la Comisión Nacional de Monumentos, la cúpula y su claraboya fueron cubiertas por un falso techo. En 2009 el edificio, que se encontraba en un estado de deterioro avanzado, pasó a manos de la OHC. A través del proyecto de cooperación internacional Rescate patrimonial y desarrollo cultural en La Habana Vieja: Palacio del Segundo Cabo, financiado por la UE y la UNESCO, se realizó la restauración capital del Palacio y la creación del nuevo espacio museal que constituye hoy este centro. Una de las primeras acciones de la obra civil fue retirar el falso techo y descubrir la cúpula.

El develamiento de la cúpula generó gran expectación entre los arquitectos, proyectistas, ingenieros y ejecutores de la obra. Fue una sorpresa corroborar que de las ocho pinturas, seis hubiesen sobrevivido a la exposición a la humedad y a la presencia de termitas, palomas y murciélagos. Las obras fueron desmontadas y trasladadas al Gabinete de Pintura de Caballete de la OHC, donde sus especialistas, con minuciosa y paciente labor, lograron devolverles su antigua prestancia.