Mujeres por la paz y el desarme

Mujeres por la paz y el desarme

Mujeres por la paz y el desarme

Mayo 25, 2022

 

En 1982, Clementina Batalla plantearía que:

Hombres y mujeres estamos convencidos de que solamente en un mundo en el que reine la paz, podremos alcanzar la felicidad humana. Con las guerras se ha sembrado la destrucción, la ruina, el hambre y no digamos la muerte. Es verdad que como resultado de luchas revolucionarias se han operado mejoramientos en la vida social y material de los pueblos, pero ha sido a costa de grandes sacrificios. Es más, las guerras no son revoluciones (…) sino el uso de las fuerzas organizadas de unos países para imponer sobre otros su hegemonía. [1]

Ella nació en 1894, fue una de las primeras mujeres abogadas en México y destaca su estrecha participación en movimientos latinoamericanos a favor de la paz, así como de la participación de la mujer durante cualquier tipo de conflicto armado. Sin embargo, Clementina no fue la única mujer que alzó su voz a favor de la paz y contra el desarme. También encontramos a miles de mujeres que lucharon y trabajan incansablemente por esta causa. Algunas de ellas son: Rigoberta Menchú, Rosa Parks, Wangari Maathai, Berta Cáceres o Malala Yousafzai.

A partir de 1982, cada 24 de mayo se celebra el Día Internacional de la Mujer por la Paz y el Desarme, en conmemoración a todas las mujeres que han optado por la paz y han trabajado por defender los ideales de justicia social e igualdad y por la promoción del desarme. Este día surge como iniciativa de las participantes del campamento de paz de mujeres Greenham Common Women’s Peace, en Berkshire, Inglaterra, quienes se opusieron de forma pacífica a la instalación de bases militares de la OTAN en el Reino Unido y el resto de Europa. Su repercusión se irradió por toda Europa, con el surgimiento de numerosos movimientos feministas por la paz en el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y otros países.

Las demandas de las organizaciones de mujeres que abogan por la paz han defendido múltiples causes como el fin de los conflictos armados, el antimilitarismo, la abolición de las armas nucleares, la defensa del medioambiente; han denunciado la violencia sexual como arma de guerra, las desigualdades económicas, la discriminación y las injusticias sociales.

En 1915, en el Congreso Mundial de La Haya, se visibilizaron cuestiones relacionadas a las mujeres y se les dio oportunidad de participar de forma activa para alcanzar importantes avances en términos de paz y otros asuntos, en pos de una sociedad más justa, digna y libre de enfrentamientos bélicos y guerras injustas. Sin embargo, no fue hasta el año 2000, en la Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuando se reconoció el impacto y la violencia contra las mujeres en los conflictos armados.

A pesar de que el conocimiento sobre estos temas no es relativamente nuevo, los niveles de concientización acerca de dichas temáticas sí incrementó en los últimos años. En ello han influido las coberturas periodísticas acerca de una de las terribles consecuencias de las luchas armadas: la violencia sexual. La violación y el secuestro de mujeres ha sido puesto en práctica como estrategia de guerra en los conflictos de la antigua Yugoslavia, Bosnia-Herzegovina, y en países como Mozambique, Uganda y Zimbawe.

El Día Internacional de la Mujer por la Paz y el Desarme es también un medio para fomentar la toma de conciencia para la desmilitarización de la sociedad, visibilizar el rol de las mujeres en los conflictos armados, mostrar los esfuerzos de las mujeres por la construcción de una cultura de paz, y convocar a los Estados a apoyar las iniciativas desarrolladas por las mujeres en favor de los derechos humanos.

 

[1] García, M. P. (2002). Clementina Batalla de Bassols: “Las Mujeres por la Paz, el Desarme y la Amistad entre los Pueblos”. En Boletín. Archivo General de la Nación (págs. 89 – 108). México

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Bandera, mujer y república en Cuba

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Mayo 20, 2022

 

En 1920, a propósito de los festejos por el 20 de mayo, aniversario de la República cubana durante la primera mitad del siglo XX, la revista Social publica una portada en relación con la fecha. Una joven alegre, primaveral y radiante ocupa toda la página. Al interior, en la contraportada, un texto nos aclara el sentido de la imagen:

(…) La gentil chiquilla que llena la portada, tijera en ristre, nos parece un símbolo… ¿No podía esa jovencita de diez y ocho años ser nuestra República?

¡Hace tanta falta podar en el jardín cubano! (…).

Dieciochos años después de inaugurada la República de Cuba el 20 de mayo de 1902, Conrado Massaguer, director e ilustrador de la revista Social, utiliza la figura femenina como metáfora de la nación. El florecimiento de la primavera de mayo se asocia al florecimiento de la República, no sin aclarar que una poda es necesaria y para ello la joven sostiene las tijeras en sus manos.

La ilustración de Massaguer forma parte de un fenómeno visual que se extendió a lo largo de la primera mitad del siglo XX: la representación alegórica de la República de Cuba bajo los rasgos de una mujer. En las portadas de las revistas, en los periódicos, en actos conmemorativos, era usual personificar la nación cubana en el cuerpo de una mujer acompañada por los símbolos nacionales. En particular, el aniversario de la República de Cuba, el 20 de mayo, constituyó una fecha pródiga en imágenes alegóricas femeninas de Cuba.

Esta portada de Social, una de las revistas más importantes de la historia cultural cubana, constituye, pues, uno de los tantos ejemplos de este fenómeno. Su singularidad radica en que carece de los símbolos habituales que acompañan la alegoría cubana: la bandera, el escudo o el gorro frigio.  En esta imagen es la condición femenina requisito necesario y suficiente para aludir a la nación, y con ella se llega a uno de los grados máximos de abstracción para la representación de la república cubana. La mujer es por sí sola el símbolo de la nación.

Este proceso que utiliza la condición femenina para personificar a la isla comienza durante los movimientos anticoloniales del siglo XIX, cuando las nociones de bandera y patria se fusionaron en el cuerpo de la independentista cubana. Desde entonces, la mujer como imagen de la república insular fue un símbolo frecuente hasta la segunda mitad del siglo XX.

El símbolo femenino de la Patria cubana inicia su estructuración, pues, desde las primeras conspiraciones y a lo largo de las luchas independentistas del siglo XIX, en un proceso que armonizó el desempeño femenino en la guerra con el objetivo de mitificar la historia nacional. La bandera se asocia a la figura femenina durante las guerras de emancipación colonial, bajo el modelo de la abanderada mambisa.

La mujer como bordadora y portadora de la bandera se convierte en una de las imágenes ejemplares del rol femenino en las luchas anticolonialistas cubanas. Al ser la bandera el símbolo de la nación republicana y moderna que se anhelaba fundar, la mujer que la porta, la abanderada, se incorpora a este significado simbólico y se convierte ella también en imagen de la nación. A su vez, la figura femenina intensifica el sentido de la bandera, al transmitirle el carácter maternal que su feminidad le otorga. Es así como con la abanderada se inicia la configuración visual de la “Madre Patria”.

El hecho que definió categóricamente el mito de la abanderada fue el protagonizado por Candelaria Figueredo, días después de comenzada la Guerra de los Diez Años. Cuando la ciudad de Bayamo fue tomada por los insurrectos cubanos en 1868, la procesión cívica que entró en la ciudad fue encabezada por la hija de Perucho Figueredo quien, con un vestido blanco, con una banda tricolor y un gorro frigio punzó, condujo el desfile.

El personaje de Candelaria Figueredo constituye, pues, el símbolo más conspicuo de la abanderada cubana y ha pasado a la historia con los nombres de “La abanderada de 1868” o “La abanderada de Bayamo”. Con ella se llega al modelo absoluto y concluyente de la abanderada mambisa. Su imagen se convirtió en el paradigma de la labor femenina en la Guerra: musa inspiradora, amazona que guía el ímpetu libertador de sus hombres, virgen cándida y virtuosa que sostiene con sus manos el símbolo de la Patria y el ideal libertador.

Su atavío con una saya tricolor y un gorro frigio, determinó que, más allá del simple acto de porte del estandarte nacional, su acción se convirtiera en un hecho que fusionaba, a un nivel visual y simbólico, la figura femenina mambisa y la bandera. El sentido trascendental de la bandera como símbolo de la nación se traslada a la mujer que la porta.

Este proceso se extenderá a lo largo del siglo XX y la imagen de la abanderada resurge en múltiples ocasiones como símbolo de la nación y en especial, a propósito de las celebraciones por el 20 de mayo.

En mayo de 1917, a propósito de estos festejos, Massaguer publica una portada que utiliza la imagen de la abanderada en el marco de las luchas anticolonialistas. En mayo de 1921 se repite nuevamente este motivo y en mayo de 1924 se representa la campesina mambisa como abanderada que festeja y ondea la enseña nacional.

Estas portadas comprueban el peso del mito de la abanderada en el imaginario nacionalista y patriótico republicano de Cuba. La manigüera persiste como metáfora de la patria, y, concretamente, de la República. A su vez, su figura actúa como puente simbólico entre dos tiempos históricos: las guerras anticolonialistas y la etapa republicana.

A la pléyade de héroes mambises y de batallas trascendentales se suma la figura de la abanderada como otro personaje de carácter guerrero al cual se privilegia, más que su función bélica, su alcance metafórico como representación de la nación insular.

Si bien las referencias a la labor femenina en la guerra aparecen en la literatura desde los inicios del proceso conspirativo, estas funcionan la mayoría de las veces como un telón de fondo, y no con un verdadero protagonismo. En los relatos históricos se optó por acentuar los roles de musas inspiradoras, madres dolientes, esposas abnegadas e hijas sacrificadas, víctimas de la guerra.

La imagen de la mujer se privilegió por su condición de refugio, inspiración y apoyo espiritual para los hombres. De aquí que la épica gloriosa de las luchas se consagre a enaltecer la participación directa de los hombres y la figura femenina se relega, en la mayor parte de los casos, a la representación abstracta de la Madre Patria, quien espera ansiosa por la libertad que solo sus hijos varones son capaces de proporcionarle.

La labor de la abanderada se destaca como la gran hazaña de las mujeres en la guerra, pues este desempeño no resultaba amenazante para la hegemonía masculina de la cultura marcial y porque se avenía muy bien con los propósitos de mitificación de la historia independentista.

Es por ello que abundan las referencias literarias e historiográficas al desempeño de las mujeres cubanas en torno a la confección, promoción y porte de la enseña nacional. Téngase como ejemplo el poema de José Fornaris La Abanderada de Baire que narra la historia de Lucila, abanderada que muere envuelta en las telas de la enseña nacional, en el combate entre Máximo Gómez y el oficial espa­ñol Quiró, cerca de Baire en 1868. O el poema La Bordadora de Enrique Hernández Miyares, quien glorificó en sus versos la labor de Inés Morrillo, la cual bordó la bandera que ondeó por primera vez en la región central de la isla en el alzamiento de 1869 en el ingenio de El Cafetal.

Asimismo, Emilia Teurbe Tolón, esposa de Miguel Teurbe Tolón, ha pasado a la historia porque tuvo a su cargo la elaboración de los primeros ejemplares de la bandera diseñada en 1849 por Narciso López en Nueva York, así como el traslado y difusión del estandarte en nuestro país. Paralelamente, Emilia Casanova, esposa de Cirilo Villaverde, trasciende por su papel en la difusión de esta enseña en el exilio, pues gracias al fallido esfuerzo satírico de Víctor Patricio de Landaluze, las caricaturas en que era presentada enarbolando la bandera sirvieron para la propagación de su imagen. De esta misma manera, Candelaria Acosta se recuerda por ser la joven que confeccionó la bandera con que se alzó Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua.

Incluso, la mujer mambisa, es capaz de alcanzar grados militares por su arrojo en la defensa de la insignia. Tal es el caso de María Hidalgo Santana en la guerra del 95’, quien, en el combate de Jicarita en 1896, toma la bandera del oficial abanderado caído y avanza hacia el enemigo guiando al resto de las tropas mambisas. Recibe siete heridas de bala que no lograron abatirla. Después de este evento, fue conocida como la Heroína o la Abanderada de Jicarita y recibió el ascenso a teniente.

En estos ejemplos es evidente como se subraya el nexo entre la labor de las mujeres mambisas y la divulgación de la insignia entre los simpatizantes independentistas. El énfasis del discurso historiográfico en la labor femenina en la confección y divulgación de la enseña nacional sirvió para resaltar el enlace natural entre el desempeño de la mujer cubana en la guerra y la bandera. Los casos citados muestran cómo la abanderada se mitifica y la mujer es continuamente ensalzada por su valentía, abnegación y devoción en la confección, promoción, rescate, porte, o cualquier acción vinculada con la bandera.

Cabe destacar que si bien hubo numerosos abanderados en las luchas independentistas cuyos nombres recoge la historia, pues la costumbre marcial tradicional era que un soldado de la división fuese designado como oficial abanderado, estas narraciones no alcanzan la perspectiva épica que sí logran las abanderadas. La labor fáctica de estas féminas se fue mitificando con el transcurso de los años, y para finales del siglo XIX había adquirido grandes dimensiones que hasta la actualidad persisten.

En 1898, la situación en la isla cambia y con el fin de las guerras y el inicio de la Ocupación Norteamericana, la imagen de la nación cubana se complejiza. De los primeros tanteos simbólicos de la imagen de la nación cubana ligada al cuerpo femenino y al porte de la bandera, se pasa en el período de la ocupación norteamericana a una enunciación visual específica, de carácter aún espontáneo y esporádico, pero más concreta. La abanderada mambisa desaparece como personaje real de los campos de batalla, para transformarse en un símbolo más urbano y abstracto: la alegoría de Cuba.

Este proceso estuvo asociado a complejas situaciones de reafirmación nacionalista, pues el fin de las guerras no significó el arribo de la independencia y aparecen nuevos fenómenos y espacios para ratificar los anhelos independentistas frente al nuevo “otro” invasor: el imperialismo norteamericano. De aquí que la abanderada mambisa evolucione hacia la alegoría republicana, como parte de las transformaciones simbólicas de carácter nacionalista que vivió el país en aquellos años finiseculares.

En las páginas de El Fígaro, por ejemplo, numerosos son los ejemplos donde aparecen jóvenes con el atuendo de la República cubana: vestido con colores de la bandera, un gorro frigio y eventualmente el escudo nacional. En estos años de transición, se generaliza el empleo de la alegoría y, poco a poco, su carácter oficialista se desplaza al uso, si bien no popular, al menos extensivo, en las clases medias y altas; estas instantáneas, al aparecer en la prensa, ampliaban su alcance promocional a todos aquellos que adquirían la revista.

La abanderada se convirtió en la imagen mítica del papel de la mujer cubana e independentista del siglo XIX. Su posterior evolución en las figuras alegóricas finiseculares fue la lógica consecuencia de la conjugación de las prácticas de reafirmación nacionalistas de las élites ilustradas durante la ocupación norteamericana en la isla. La abanderada mambisa y luego la alegoría republicana en la primera mitad del siglo XX encarnaron la nación, los ideales republicanos y el carácter afectivo de la “Madre Patria” cubana.

En efecto, el fenómeno que se había iniciado en la Guerra del 68 con la abanderada mambisa y que se había extendido como práctica durante la Ocupación norteamericana, se instaura sólidamente y adquiere autonomía como recurso simbólico con la inauguración de la República. El 20 de mayo se adueñó de la imagen de la mujer con la bandera nacional y se acopló indisolublemente con ella. Las revistas se convirtieron en el espacio por excelencia de germinación y desarrollo del nuevo emblema para el país: en ellas nació definitivamente la alegoría de la República de Cuba.

La fecha inaugural tomo para sí la personificación republicana y la convirtió en su signo. La alegoría republicana se convirtió en la representación de lo constitucional, lo gubernamental, lo moderno, deudora de la tradición independentista pero irresolutamente novedosa. De esta manera, se transformó en la insignia de esta época, la más peculiar quizá de las surgidas en este período.

La alegoría republicana, sin embargo, careció siempre de una definición oficial, puesto que ningún documento decretó nunca su empleo como símbolo o sello del estado y, por consiguiente, tampoco se reguló su uso o una iconografía específica. Ella fue, por tanto, un fenómeno autónomo y en cierto grado, informal. Las portadas de revistas integraron una de las esferas representacionales por excelencia de la alegoría; en ellas aparecía, anualmente, a propósito del 20 de mayo.

En la actualidad, Candelaria y Emilia subsisten como paradigmas del rol femenino en la guerra anticolonial, mientras que la alegoría femenina de la República ha caído en el olvido político, cultural e historiográfico de la Cuba postrevolucionaria.

No obstante, la alegoría republicana, si bien ya no se utiliza para representar la nación en la isla, continúa identificándose con el sistema político de la primera mitad del siglo XX. Esto es particularmente visible en el campo editorial, donde, producto del auge en 1990 de los estudios historiográficos sobre la República de Generales y Doctores, el perfil alegórico asoma en las portadas, viñetas, páginas interiores, etc., ya sea mediante la reproducción de fotografías o ilustraciones, o mediante la creación de nuevas entidades simbólicas que se basan en el prototipo paradigmático de la alegoría. Incluso, en algunas ocasiones los textos que no tratan específicamente sobre la República anterior a la Revolución, sino sobre procesos asociados a las nociones de patria, nación o el papel femenino en la historia nacional, también utilizan el procedimiento alegórico como recursos de representación.

Podemos concluir que, pensar la República cubana bajo los rasgos de una mujer, puede parecer hoy un símbolo distante y caprichoso. Sin embargo, desde las primeras conspiraciones separatistas del siglo XIX hasta los primeros años del período revolucionario, la mujer con gorro frigio, bandera y escudo, fue el símbolo indiscutible de la República de Cuba.

Imaginar la nación es imaginar también los símbolos que la representan y que la han representado. El 20 de mayo de 1902 se inaugura la República de Cuba y desde entonces el nombre oficial de la isla no ha cambiado. ¿Cómo podrían, pues, repensarse estos símbolos en la Cuba de hoy? ¿Cómo asumir en la actualidad la encarnación de la “Madre Patria”? ¿Cómo imaginar la nación cubana, sin olvidar lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser?

 

[Mazorra Ruiz, D.: “Bandera, mujer y república en Cuba”. Publicado el 5 de junio de 2021 en https://www.sinpermiso.info/textos/bandera-mujer-y-republica-en-cuba]

Día Internacional de los Museos

Día Internacional de los Museos

Día Internacional de los Museos

Mayo 18, 2022

Es popularmente conocido que los museos tienen una historia tan larga y antigua, que bien se puede vincular directamente con la Biblioteca de Alejandría, los famosos “gabinetes de curiosidades” y las cámaras de los tesoros de las épocas feudales. Hasta ese momento, a estos lugares asistían, ocasionalmente, intelectuales, eruditos, científicos o amigos de los propietarios. De hecho, el Museo del Vaticano, por ejemplo, era visitado únicamente una vez al año: los Viernes Santos.

Sin embargo, ya desde la segunda mitad del siglo XVIII ocurre una apertura de las colecciones y, por tanto, de los grandes museos. Los primeros fueron el British Museum de Londres (1753), la Galería de Kassel en Alemania, abierta al público por Guillermo IV en 1760. También se encuentra el Muséum Central des Arts (hoy Museo del Louvre) en Francia, inaugurado por Napoleón Bonaparte en 1798 con la finalidad de mostrar los antiguos tesoros privados de los Borbones, así como los tesoros “conquistados” de su expansión imperial.

Importantes colecciones se abrían al mundo para que fueran visitadas públicamente y que, al mismo tiempo, constituyeran el patrimonio público coleccionado. Entre los elementos que mostraban destacaon los estudios y descubrimientos arqueológicos de las ciudades de Herculano, Pompeya y Egipto; la nostalgia por las culturas griegas y romanas; los pueblos no europeos, especialmente las culturas asiáticas y africanas; la Teoría de la Evolución de Charles Darwin, que permitió que se catalogaran las especies a través de su evolución y basadas en el mecanismo de selección natural.

A partir de esas fechas y a lo largo del siglo XIX nacerían: National Gallery de Londres, Tate Gallery, Kunsthistorisches Museum de Viena, Pinacoteca de Munich, Galería Nacional de Praga, Museo del Ermitage de Leningrado, Museo Uffizi de Florencia, Museos Vaticanos, Museo del Prado, Metropolitan de Nueva York y el Museo Canario en Las Palmas, por solo citar algunos ejemplos.

Para el siglo XX muchos críticos consideraban a los museos como “cementerios de arte”. Este hecho se debía, principalmente, a que muchos inmuebles estaban abandonados, apenas existían especialistas que promovieran un vínculo con los distintos tipos de públicos y lo que, en ese entonces se denominaba como montaje museológico, no eran más que las obras descontextualizadas en tiempo y en espacio. Como respuesta a esta situación surge, en 1926, en el seno de la Sociedad de las Naciones, la Oficina Internacional de Museos (OIM), que comienza a publicar la revista Museion. En 1946, la Sociedad de Naciones pasa a ser la ONU; así la OIM se convierte en el Consejo Internacional de Museos (ICOM) y la revista se conocerá como Museum.

No es hasta 1977 cuando el ICOM propone que, cada 18 de mayo, se celebrara el Día Internacional de los Museos, para proyectar el papel que cumplen estos espacios en la sociedad actual. En el presente año el tema central es El poder de los museos y con él se busca proponer cambios positivos en la sociedad a través de tres ejes principales: la sostenibilidad, la innovación en la digitalización y la accesibilidad, y el poder de la construcción de la comunidad a través de la educación.

Como es de esperar, Cuba no está ajena a estos festejos y luego de dos años de pandemia, regresan los conciertos, talleres y visitas guiadas con el objetivo de movilizar a las familias y fortalecer los lazos entre las antiguas pinacotecas y la comunidad. Específicamente, la Oficina del Historiador de La Habana propone un diverso programa de acciones dirigidas a públicos de todas las edades y que puede consultar en el siguiente enlace: https://drive.google.com/file/d/120K_gt2STDu8tTFaK_sh1znaUnNlApjC/view?usp=drivesdk

Martí y el impresionismo

Martí y el impresionismo

Martí y el impresionismo

Mayo 12, 2022

 

El 2 de julio de 1886 Martí envió al director del diario La Nación de Buenos Aires, en Nueva York, el texto “Nueva exposición de los pintores impresionistas”. Martí se dio cuenta que estaba frente a un movimiento pictórico completamente diferente, originado en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX, a partir de las innovaciones de un grupo de artistas alejado de los temas clásicos y las fórmulas artísticas reconocidas por la Academia Francesa de Bellas Artes.

En este artículo recrea un diálogo entre los espectadores y define una categoría general para los nóveles artistas que organizaron la exposición en el salón del fotógrafo Nadar. “Acá están todos (…) Manet con sus crudezas, Renoir con sus japonismos, Pissarro con sus brumas, Monet con sus desbordamientos, Degas con sus tristezas y sus sombras”.

“Nueva exposición de los pintores impresionsitas”, evidencia la faceta martiana que lo convierte en un acucioso ensayista y crítico de arte. Realizó un recorrido literario por dicha exposición mediante un registro de datos, descripción de las obras, interpreta los fenómenos artísticos que tenía enfrente y conduce al lector en una experiencia estética.

Los artistas impresionistas se fueron del estudio y de la academia para salir al aire libre, al campo u otras zonas de la ciudad, y representar temas de la vida cotidiana mediante superposición de colores. “Esos son los pintores franceses (…), los que cansados del ideal de la Academia, frío como una copia, quieren clavar sobre el lienzo (…) a la naturaleza”. Reproducían los objetos de acuerdo a la impresión que daba la luz que se reflejaba en ellos y la sombra que generaban. Solo una visión aguda como la de José Martí pudo darse cuenta del buen arte y la huella que dejarían esos genios del pincel. 

Quieren pintar en el lienzo plano con el mismo relieve con que la Naturaleza crea en el espacio profundo. Quieren obtener con artificios de pincel lo que la Naturaleza obtiene con la realidad de la distancia. Quieren reproducir los objetos con el ropaje flotante y tornasolado con que la luz fugaz los enciende y reviste. Quieren copiar las cosas, no como son en sí por su constitución y se las ve en la mente, sino como en una hora transitoria las pone con efectos caprichosos la caricia de la luz. Quieren, por la implacable sed del alma, lo nuevo y lo imposible. Quieren pintar como el sol pinta, y caen.

Paralelamente, también comprende que Nueva York se convertía, poco a poco, en el epicentro del arte moderno. Martí notó cómo los precios para la venta de esta exposición fueron altísimos para una época en la que todavía era novedosa la relación entre la pintura y el mercado, al advertir el interés de la sociedad, los especialistas, las instituciones públicas y los coleccionistas por el mundo artístico.

A través de su distinguida escritura, José Martí problematizó sobre este movimiento artístico, planteó sus experiencias y reflexiones como protagonista al determinar las claves, los antecedentes e influencias de este movimiento y la ruptura con el código pictórico de la Academia. Con su pensamiento visionario comprendió, desde los mismos inicios, el movimiento impresionista.

A continuación, reproducimos “Una exhibición de los pintores impresionistas”.

 

Nueva York, julio 2 de 1886

Señor Director de La Nación:

Iremos adonde va todo Nueva York, a la exhibición de los pintores impresionistas, que se abrió de nuevo por demanda del público, atraído por la curiosidad que acá inspira lo osado y extravagante, o subyugado tal vez por el atrevimiento y el brillo de los nuevos pintores. Cuesta trabajo abrirse paso por las salas llenas: acá están todos, naturalistas e impresionistas, padres e hijos. Manet con sus crudezas, Renoir con sus japonismos, Pissarro con sus brumas, Monet con sus desbordamientos, Degas con sus tristezas y sus sombras.

Ninguno de ellos ha vencido todavía. La luz los vence, que es gran vencedora. Ellos la asen por alas impalpables, la arrinconan brutalmente, la aprietan entre sus brazos, le piden sus favores; pero la enorme coqueta se escapa de sus asaltos y sus ruegos, y solo quedan de la magnífica batalla sobre los lienzos de los impresionistas esos regueros de color ardiente que parecen la sangre viva que echa por sus heridas la luz rota: ¡ya es digno del cielo el que intenta escalarlo!

Esos son los pintores franceses, los pintores varones, los que cansados del ideal de la Academia, frío como una copia, quieren clavar sobre el lienzo, palpitante como una esclava desnuda, a la naturaleza. ¡Solo los que han bregado cuerpo a cuerpo con la verdad, para reducirla a la frase o al verso, saben cuánto honor hay en ser vencido por ella!

La elegancia no basta a los espíritus viriles. Cada hombre trae en sí el deber de añadir, de domar, de revelar. Son culpables las vidas empleadas en la repetición cómoda de las verdades descubiertas. Los artistas jóvenes hallan en el mundo una pintura de seda, y con una soberbia grandiosa de estudiantes, quieren un artesano de tierra y de sol. Luzbel se ha sentado ante el caballete, y en su magnífica quimera de venganza, quiere tender sobre el lienzo, sujeto como un reo en el potro, el cielo azul de donde fue lanzado.

Al olor de la riqueza se está vaciando sobre Nueva York el arte del mundo. Los ricos para alardear de lujo; los municipios para fomentar la cultura; las casas de bebida para atraer a los curiosos, compran en grandes sumas lo que los artistas europeos reproducen de más fino y atrevido. Quien no conoce los cuadros de Nueva York no conoce el arte moderno. Aquí está de cada gran pintor la maravilla. De Meissonier están aquí los dos Napoleones, el mancebo olímpico de Friburgo, el hombre pétreo de la retirada de Rusia. De Fortuny está aquí La playa de Pórtici, el cuadro no acabado donde parece que la luz misma, alada y pizpireta, sirvió al pintor de modelo complaciente: ¡parece una cesta de rayos de sol este cuadro dichoso! ¿No fue aquí la colosal venta de Morgan?

Pero toda aquella colección de obras maestras, con ser tan opulenta y varia, no dejaba en el espíritu, como deja la de los impresionistas, esa creadora inquietud y obsesión sabrosa que produce el aparecimiento súbito de lo verdadero y lo fuerte. Ríos verdes, llanos rojos, cerros de amarillo: eso parecen, vistos en montón, los lienzos locos de estos pintores nuevos.

Parecen nubes vestidas de domingo: unas, todas azules; otras, todas violetas; hay mares cremas; hay hombres morados; hay una familia verde. Algunos lienzos subyugan al instante. Otros, a la primera ojeada, dan deseos de hundirlos de un buen puñetazo; a la segunda, de saludar con respeto al pintor que osó tanto; a la tercera, de acariciar con ternura al que luchó en vano por vaciar en el lienzo las hondas distancias y tenuidades impalpables con que suaviza el vapor de la luz la intensidad de los colores.

Los pintores impresionistas vienen ¿quién no lo sabe? de los pintores naturalistas: de Courbet, bravío espíritu que ni en arte ni en política entendió de más autoridad que la directa de la Naturaleza; de Manet, que no quiso saber, que no quiso saber de mujeres de porcelana ni de hombres barnizados; de Corot, que puso en pintura, con vibraciones y misterios de lira, las voces veladas que pueblan el aire.

De Velázquez y Goya vienen todos, esos dos españoles gigantescos: Velázquez creó de nuevo los hombres olvidados; Goya, que dibujaba cuando niño con toda la dulcedumbre de Rafael, bajó envuelto en una copa oscura a las entrañas del ser humano y con los colores de ellas contó el viaje a su vuelta. Velázquez fue el naturalista; Goya fue el impresionista; Goya ha hecho con unas manchas rojas y parduzcas una Casa de Locos y un Juicio de la Inquisición que dan fríos mortales: allí están como sangramiento y eterno retrato del hombre, el esqueleto de la vanidad y la maldad profundas. Por los ojos redondos de aquellos encapuchados se ven las escaleras que bajan al infierno. Vio la corte, el amor y la guerra y pintó naturalmente la muerte.

Los impresionistas, venidos al arte en una época sin altares, no tienen fe en lo que no ven, ni padecen el dolor de haberla perdido. Llegan a la vida en los países adelantados, donde el hombre es libre. Al amor devoto de los pintores místicos, que aun entre las rocas de las orgías se les salía del pecho como una columna de humo aromado, sucede un amor fecundo y viril de hombre, por la naturaleza de quien se va sintiendo igual. Ya se sabe que están hechos de una misma masa el polvo de la tierra, los huesos de los hombres y la luz de los astros. Lo que los pintores anhelan, faltos de creencias perdurables por que batallar, es poner en el lienzo las cosas con el mismo esplendor y realce con que aparecen en la vida. Quieren pintar en el lienzo plano con el mismo relieve con que la Naturaleza crea en el espacio profundo. Quieren obtener con artificios de pincel lo que la Naturaleza obtiene con la realidad de la distancia. Quieren reproducir los objetos con el ropaje flotante y tornasolado con que la luz fugaz los enciende y reviste. Quieren copiar las cosas, no como son en sí por su constitución y se las ve en la mente, sino como en una hora transitoria las pone con efectos caprichosos la caricia de la luz. Quieren, por la implacable sed del alma, lo nuevo y lo imposible. Quieren pintar como el sol pinta, y caen.

Pero el espíritu humano no es nunca fútil, aun en lo que no tiene voluntad o intención de ser trascendental. Es, por esencia, trascendental el espíritu humano. Toda rebelión de forma arrastra una rebelión de esencia. Y esa misma angélica fuerza con que los hijos leales de la vida, que traen en sí el duende de la luz, procuran dejar creada por la mano del hombre una naturaleza tan esplendida y viva como la que elaboran incesantemente los elementos puestos a hervir por el Creador, les lleva por irresistible simpatía con lo verdadero, por natural unión de los ángeles caídos del arte con los ángeles caídos de la existencia, a pintar con ternura fraternal, y con brutal y soberano enojo, la miseria en que viven los humildes. ¡Esas son las bailarinas hambrientas! ¡Esos son los glotones sensuales! ¡Esos son los obreros alcoholizados! ¡Esas son las madres secas de los campesinos! ¡Esos son los hijos pervertidos de los infelices! ¡Esas son las mujeres del gozo! ¡Así son: descaradas, hinchadas, odiosas y brutales!

Y no surge de esas páginas de colores, incompletas y sinceras, el perfume sutil y venenoso que trasciende de tanto libro fino y cuadro elegante, donde la villanía sensual y los crímenes de alma se recomiendan con las tentaciones del ingenio; sino que de esas mozuelas abrutadas, de esas madres rudas de pescadores, de esas coristas huesudas, de esos labriegos gibosos, de esas viejecitas santas, se levanta un espíritu de humanidad ardiente y compasivo, que con saludable energía de gañán echa a un lado los falsos placeres (…).

¿Cómo saldremos de estas salas, afeadas por mucha figura sin dibujo, por mucho paisaje violento, por mucha perspectiva japonesa, sin saludar una vez más a tanto cuadro de Manet, que abrió el camino con su cruda pintura a esos desbordes de aire libre, sin detenernos ante el Órgano de Lerolle, con su sobrehumano organista, ante los cuadros resplandecientes de Renoir, ante los de Degas, profundos y lúgubres, ante aquel Estudio  asombroso de Roll, recuerdo de la leyenda de Pasifae, de donde emerge una poesía fragante, plena y madura como las frutas en sazón?

Los Renoir lucen como una copa de borgoña al sol; son cuadros claros, relampagueantes, llenos de pensamiento y desafío. Hay un Seurat que subleva: la orilla verde corta sin sombra, bajo el sol del cenit, el río algodonoso: una mancha violeta es un bañista: la otra amarilla es un perro: azules, rojos y amarillos se mezclan sin arte ni grados. Los Monet son orgías. Los Pissarro son vapores. Los Montemard ciegan de tanta luz. Los Huguet, que copian el mar árabe, inspiran amistad hacia el artista. Los Caillebote son de portentoso atrevimiento: unas niñas vestidas de blanco en un jardín, con todo el fuego del sol; una nevada deslumbrante e implacable; tres hombres arrodillados, desnudos de cintura, que cepillan un piso: al lado de uno, el vaso y la botella.

¿Cómo contar, si hay más de doscientos cuadros? Estos exasperan; aquellos pasman; otros, como La joven del palco, de Renoir, enamoran como una mujer viva. Este monte parece que se cae, ese río parece que nos va a venir encima. ¿No ha pintado Manet un estudio de reflejo de invernadero, tres figuras de cuerpo entero en un balcón, todo verde?

Pero de esos extravíos y fugas de color, de ese uso convencional de los efectos transitorios de la naturaleza como si fueran permanentes de esa ausencia de sombras graduadas que hacen caer la perspectiva, de esos árboles azules, campos encarnados, ríos verdes, montes lilas, surge de los ojos, que salen de allí tristes como de una enfermedad, la figura potente del remador de Renoir, en su cuadro atrevido Remadores del Sena. Las mozas, abestiadas, contratan favores a un extremo de la mesa improvisada bajo el toldo, o desgranan las uvas moradas sobre el mantel en que se apilan, con luces de piedras preciosas, los restos del almuerzo.

El vigoroso remador, de pie tras ellas, oscurecido el rostro viril por un ancho sombrero de paja con una cinta azul, levanta sobre el conjunto su atlético torso, alto el pelo, desnudos los brazos, realzado el cuerpo por una camisilla de franela, a un sol abrasante.

 

La Nación. Buenos Aires, 17 de agosto de 1886

Martí, J. (1972). “Nueva exhibición de los pintores impresionistas”. En J. Martí, Ensayos sobre arte y literatura (págs. 135-140). La Habana: Arte y Literatura.

Juana de Arco: entre el estandarte y la espada.

Juana de Arco: entre el estandarte y la espada.

Juana de Arco: entre el estandarte y la espada.

Mayo 6, 2022

 

“Mejor la integridad en las llamas que sobrevivir en la retratación de la verdad”

                                                                            Juana de Arco

Varios son los nombres de mujeres que se encuentran engalanando la historia de la humanidad; sin embargo, el de Juana de Arco resalta entre todas las de su tipo. Esta fémina nació el 6 de enero de 1412 en el seno de una familia campesina que pertenecía a la comuna francesa de Domrémy. No pudo asistir a la escuela, pero apreciaba el valor de todos los saberes y les atribuía una carga divina ligada a Dios.

La cercanía de su pueblo con la región de Lorena (territorio que tenía frontera entre Francia y el espacio usurpado por borgoñones e ingleses) marcó su niñez, pues en ese momento se encontraba en pleno apogeo la Guerra de los Cien Años. Según sus declaraciones y documentos de la época, con tan solo trece años, Juana comenzó a tener visiones divinas. San Miguel, Santa Margarita y Santa Catalina le encomendaron la faena de librar Francia de asedio inglés y coronar como rey a Carlos Vll.

La vida devota que desarrolló esta adolescente y su autoconfianza posibilitó que a los dieciséis años iniciara su encomienda. Un pariente la trasladó hacia la ciudad de Vaucouleurs para solicitar una escolta armada que le permitiera llegar a Chinon, urbe en la que se estableció la corte real. Pese a las burlas masculinas esta mujer cumplió su propósito y junto a Jean de Metz y Bertrand de Poulengy parte al encuentro con el futuro rey francés. Juana de Arco hizo el viaje por territorio borgoñón disfrazada de soldado para pasar desapercibida y evitar su muerte.

En la corte real de la ciudad de Chinon se sucedió el primer encuentro entre dicha campesina y el delfín Carlos, el cual se encubrió junto a las personas con el objetivo de ser descubierto por la joven. Tras encontrar correctamente al futuro monarca y postrarse ante él, la doncella causó gran impresión en la corte, asimismo le planteó al futuro rey su misión. Debido a tantas humillantes derrotas los soldados franceses estaban desmoralizados sin embargo, Juana se convirtió en la fuente de esperanza y aliento del régimen. 

Las tropas francesas llegaron a la ciudad de Orleans el 29 de abril de 1429, allí desempeñó una de las batallas más importantes para la historia del país. Juana de Arco portó su estandarte en la cruzada, siendo una inspiración para el ejército francés. La repentina victoria en Orleans posibilitó nuevos planes de ofensiva para aniquilar el reducto inglés que pervivía en la nación. El delfín autorizó a la joven mujer para que llevara a cabo un plan de recuperación de puentes cercanos sobre el río Loira. Esta estrategia sirvió como preludio para un avance general hacia Reims, en cuya catedral se celebraría su consagración como rey de Francia.

El duque de Alenzón acató los consejos de Juana sobre la nueva estrategia a seguir. Otros comandantes, como Juan de Orleans, habían quedado impresionados por sus hazañas durante el asedio y se convirtieron en partidarios de la joven de Domrémy. El ejército inglés se retiró del Valle del Loira y se dirigió hacia el norte. Juana instó a sus tropas a salir en persecución de los enemigos y así ambos regimientos se batieron en la villa de Patay. Los franceses derrotaron a los arqueros ingleses que tenían el objetivo de bloquear el camino, lo mismo sucedió con el cuerpo principal del ejército usurpador, provocando la aplastante derrota de los mismos.

La coronación de Carlos Vll se produjo el 17 de julio de 1429, con ello Juana de Arco cumplió su principal misión que era darle a Francia un rey y librar a su patria del asedio extranjero. Tras pactar una tregua de guerra los dos oponentes la misma llegó a su fin. Nuevamente la doncella de Orleans se encuentra en pie de guerra, pero no corrió con la misma suerte que en combates anteriores. Juana fue emboscada por el ejército borgoñón y encarcelada en el castillo de Beaurevoir, sin embargo, tras un intento de huida, fue trasladada a la ciudad de Arrás.

Los ingleses compraron a la joven de 19 años por un valor de 10 000 libras de Turena y la llevaron a Ruan. Los guerreros de Juana intentaron rescatarla varias veces lanzando ofensivas militares mientras estaba allí encarcelada, sin embargo todas las hazañas fracasaron. Juana de Arco fue sometida a varios juicios por parte de la inquisición. En los mismos se le imputaron cargos que no le correspondían y se realizaron falsas acusaciones sobre su personalidad.

En la mañana del 30 de mayo de 1431 esta joven patriota fue quemada en la hoguera tras ser acusada de herejía. Atada a un alto pilar en la plaza Vieux-Marché de Ruan, pidió a los frailes Martin Ladvenu e Isambart de la Pierre que sostuvieran un crucifijo ante ella. Después quemaron su cuerpo un total de tres veces para reducirlo a cenizas y evitar que se recogiera como reliquias, arrojaron sus restos al río Sena.

Años después, bajo la apelación del propio Carlos Vll, Juana de arco fue declarada inocente y sentenciaron de herejía al tribunal que arremetió injustamente contra esta mujer. En 1920 se beatificó, canonizó y proclamó patrona de Francia  a esta joven campesina que dio la vida por su convicción.

9 de mayo

Día de Europa

9 de mayo

Mayo 4, 2022

 

Luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, Europa se encontraba devastada y Alemania, que fue derrotada en el conflicto, se encontraba ocupada por los vencedores. Ante esta situación y con el miedo de que se repitiera otra guerra mundial, surgió la necesidad de buscar un acercamiento entre los pueblos de Europa. Es así cuando surge el proyecto de unificar la producción del carbón y el acero de Francia y Alemania que cambiaría por completo el rumbo del Viejo Continente.

Inspiradas en las ideas de Jean Monnet, la Declaración de Robert Schuman planteaba la construcción de una Alta Autoridad Común que propiciara la unión política europea a través de su previa integración económica. Pronunciada el 9 de mayo de 1950, el ministro francés de Asuntos Exteriores propondría la creación de un mercado común con libre circulación de mercancías, servicios, personas y capitales. De esta manera, en el Salón del Reloj del Quai d’Orsay (París) nacería la primera propuesta de integración de la futura Unión Europea, la cual quedaría establecida oficialmente, ese mismo día de mayo, pero de 1985.

Se instauró esta fecha simbólica para la Unión Europea, junto a la bandera de las doce estrellas sobre el fondo azul y la Oda a la alegría, de Beethoven. Sin embargo, es importante mencionar que, a pesar de que es una festividad ya establecida por los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en el Consejo Europeo, el 9 de mayo es considerado como un día laborable y solo libran los funcionarios de las instituciones europeas; día conocido coloquialmente como “San Schuman”. Por lo tanto, las celebraciones organizadas por los estados miembros no suelen equipararse a las fiestas nacionales de cada país.

En el caso de Cuba, las relaciones con la Unión Europea comenzaron en el año 1988 y desde entonces ha financiado disímiles proyectos para la emergencia en respuesta a huracanes, agricultura sostenible y seguridad alimentaria, fuentes renovables de energía, cambio climático, y modernización de la economía. Adicionalmente, tiene como ejes transversales de su cooperación en el país el enfoque de derechos y la equidad de género, al igual que una estrategia de fortalecimiento de la sociedad civil [1].

La Unión Europea y su Delegación en Cuba, de conjunto con la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Unesco, tuvieron un papel protagónico en los proyectos de Rescate patrimonial y desarrollo cultural en La Habana: Palacio del Segundo Cabo y Gestión integral, participativa y sostenible para el desarrollo local del Centro Histórico y la Bahía de La Habana. Ambos permitieron el rescate del inmueble patrimonial y del montaje museográfico del hoy Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo. La inauguración de las salas permanentes del centro se celebró el 9 de mayo de 2017 para homenajear este espacio dedicado a promocionar, divulgar e intercambiar la cultura y el patrimonio entre la nación cubana y el viejo continente.

 

Notas

Unión Europea. Delegación en Cuba. (2019). Cooperación Unión Europea – Cuba. Contribuyendo a la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. La Habana: Unión Europea. Delegación en Cuba

Día Mundial del Diseño

Día Mundial del Diseño

Día Mundial del Diseño

Abril 27, 2022

 

En el Día Mundial del Diseño se conmemora la fundación del Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico (ICoD por sus siglas en inglés), creada el 27 de abril de 1963 en la ciudad de Londres, Inglaterra y cuya sede actual se encuentra en Montreal, Canadá. Con esta fecha se desea reconocer el valor del diseño, reflexionar sobre el bienestar de las personas en su entorno y cómo encontrar soluciones innovadoras dentro de la sociedad.

Durante el Renacimiento, la literatura y los humanistas le dieron un enfoque innovador en el diseño gráfico a través de los libros, elaborados por grandes eruditos italianos que comenzaron a emplear la caligrafía itálica, lo cual supuso una ruptura con el estilo gótico utilizado. Para los siglos XVII y XVIII algunas industrias europeas de mobiliario, tejido y porcelana lograron altos niveles de producción. Fue en ese momento cuando se les encargó, a los dibujantes, la tarea de realizar los diseños de las piezas, a los artesanos la ejecución de los dibujos y a los comerciantes la tarea de venderlas.

En el caso de los dibujantes, estos provenían del mundo artístico. Un ejemplo válido a mencionar sería el caso de Henri de Toulouse-Lautrec, quien se encargó de elaborar el cartel del buque insignia de la Belle Époque parisina, el cabaret Moulin Rougue. Toulouse-Lautrec era un asiduo del local y el público se sorprendió con el diseño, algo nunca antes visto con anterioridad. De esta forma, el artista de 27 años se volvería famoso.

La imbricación del mundo del arte y el comercial, provocó un cambio con el concepto artístico manejado hasta ese momento. Esto se debe a que las obras pasaron a tener ciertos fines comunicativos y en muchos casos, comerciales. Ya no se plantea una división de las responsabilidades como se trabajaba en siglos pasados, sino que se comienzan a vincular, a una sola persona, los aspectos claves del diseño: la imagen, la tipografía y la composición. En el caso de la tipografía, esta se relaciona con las ilustraciones para lograr el acto comunicativo por excelencia, transmitir un “mensaje clave determinado”.

Inicialmente, el diseño se enfocó a la publicidad, sobre todo desde finales del siglo XIX hasta los años 20’ cuando los diseñadores abandonan el arte puro para desplazarse a un arte más comercial. Este oficio se desarrollaría tanto en Estados Unidos como en Europa, con la fundación de las primeras escuelas de Diseño. La Escuela de Diseño Estatal Bauhaus, que existió en Alemania de 1919 a 1932, cambió la filosofía del diseño por completo. Promovía una nueva comprensión del diseño, que incluía estudios topográficos y espaciales. Realzaba las formas geométricas básicas, no adornaban las imágenes, utilizaban colores planos y de manera muy racional, la tipografía.

Al igual que en el resto del mundo, Cuba no quedó exenta a los impactos del diseño. Durante gran parte del siglo XX existieron pequeños talleres de impresión litográficas y agencias publicitarias norteamericanas con sede en la isla. Los diseños eran expresiones de identidad cultural y, en el caso de los habanos, contaban en sus envases con una representación de los paisajes naturales y humanos. Luego 1959 se produjo un cambio de paradigma que brindó una perspectiva nueva dentro de la historia del diseño cubano. Este fue el caso de la cartelística, que adquiere un rol preponderante como medio de divulgación, al tiempo que utiliza un mismo formato y una misma técnica: la serigrafía. A través de los carteles, los diseñadores dieron a conocer una realidad social particular y actualizado. Posteriormente se crearían la ONDI y el ISDI, instituciones que tratarán de mantener vigentes los vínculos entre diseño, cualidad y el contexto nacional cubano.

El 27 de abril, conocido como “Día Mundial de los Gráficos”, se convirtió en el “Día Mundial del Diseño de la Comunicación” en 2012, “Día Mundial del Diseño” en 2015 y “Día Internacional del Diseño” en 2020. Para este año, la temática es “Suspendido en la transición”. La selección de este tema se ve motivado al hecho de que la población mundial se encuentra inmersa en un mundo colmado de diseños y cambios. Sin embargo, esta idea depende de determinadas realidades, espacios y experiencias materiales, las cuales influyen directa e indirectamente en nuestro devenir. Por tal motivo, resulta sumamente importante que los diseñadores comprendan cómo la interacción de los factores sociales, económicos, ambientales, tecnológicos y geográficos puede influir sobre las personas dentro de su mismo entorno. 

Rita Leví-Montecalcini

Rita Leví-Montalcini, ejemplo de consagración hacia la medicina.

Rita Leví-Montecalcini

Abril 22, 20222

 

A lo largo de la historia muchos han sido los científicos que han desempeñado una meritoria labor en el campo de las investigaciones. El privilegio de ser hombres les confería una mayor ventaja por encima de las mujeres, pues la sociedad machista demeritaba los logros que vinieran de las féminas. En medio de un contexto patriarcal desarrolló su trabajo Rita Leví-Montalcini (Turín, 1909- Roma, 2012), hija del matemático e ingeniero eléctrico Adamo Leví y de la pintora Adele Montalcini. 

Su padre no veía con buenos ojos que las mujeres estudiaran y dejaran atrás sus deberes como esposa y madre. Desde pequeña la joven Rita no estuvo de acuerdo con estos preceptos, es por eso que, tras convencer a su progenitor, decide ingresar en la enseñanza superior y cursar estudios de medicina. Para iniciarse en la carrera tuvo que conseguir un título en latín, griego y matemáticas, los mismos le dieron acceso a la Facultad de Medicina de la Universidad de Turín.

En este centro académico fue alumna de Giuseppe Levi, el cual ejerció una gran influencia en ella, en  Salvador Luria y Renato Dulbecco, dos de sus compañeros que en años posteriores se alzaron con el Premio Nobel de Fisiología. Una vez terminados los estudios primarios de medicina, en 1936, Rita Leví se decantó por las especialidades de neurología y psiquitría. A la par que aprendía las nuevas materias, dicha fémina no se desligó de su profesor, del cual fue asistente.

La labor científica de esta mujer estuvo al punto de culminar en 1937 cuando Benito Mussolini lanzó Il manifesto della Razza (El manifiesto de la Razza). La familia Leví-Montalcini pertenecía, por la parte paterna, a la línea judía sefardí, aspecto sumamente tangencial, pues los judíos fueron segregados, perseguidos y aniquilados por los fascistas. En ese propio año se trasladó junto con su familia a Bélgica donde trabajó como investigadora invitada en un instituto neurobiológico de Bruselas.

Ante la amenaza de invasión fascista a Bélgica por tropas alemanas en 1940, Rita Leví regresó a Turín y en su dormitorio instaló un laboratorio para continuar con su labor investigativa. Este período de aparente tregua no fue muy extenso, pues en 1943 tuvo que huir con su familia para un pueblo al sur de Florencia. Allí permanecerá escondida hasta el final de la guerra. El trabajo realizado por esta mujer en condiciones precarias versó sobre aquellas sustancias que se conocen como factores neurotróficos.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Viktor Hamburger le ofreció un puesto de investigadora asociada en la Universidad de Washington de St. Louis, y en la que se mantuvo los venideros treinta años. Allí realiza descubrimientos acerca de la proteína que liberan las células nerviosas y que atrae el crecimiento de las ramificaciones de las neuronas vecinas. También aisló el factor de crecimiento, una sustancia emanada por el tumor que estimula el incremento de los nervios.

Rita Leví-Montalcini fue una de las investigadoras pioneras en señalar la importancia de los mastocitos (células que juegan un importante papel en la defensa frente a infecciones parasitarias y las reacciones alérgicas) y del compuesto endógeno palmitoiletanolamida como importante modulador de estas células.

El galardón más importante obtenido por esta mujer fue el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en el año 1986, por su investigación que dio paso al descubrimiento del primer factor de crecimiento conocido en el sistema nervioso. Otros galardones conseguidos por la ilustre fémina lo fueron el nombramiento de Embajadora de Buena Voluntad de la FAO (1999), Senadora Vitalicia Italiana (2001), la distinción Doctorado Honoris Causa en Ingeniería Biomédica en el Politécnico de Turín (2008) y el grado de Doctora Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid (2008). En el año 2009 se convirtió en la primera persona premiada con un Nobel que tenía más de cien años.

El 30 de diciembre de 2012 fallece Rita Leví-Montalcini, dejando un imperecedero legado en el área de la medicina. Su condición de mujer científica en una época donde el patriarcado repudiaba toda actividad femenina fue emancipadora. Esta fémina no solo triunfó, sino que ganó un Nobel y diversos lauros, constituyendo un ejemplo de persistencia y consagración hacia su carrera.

Día del Idioma Español

Día del Idioma Español

Día del Idioma Español

Abril 20, 2022

 

Desde el 23 de abril de 1922 se celebra la fiesta del idioma por iniciativa de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencia y Arte de Cádiz. No sería hasta 1995 cuando fuera declarado como Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y Día del Idioma Español por las Naciones Unidas en el 2010. En la actualidad, el español es la lengua oficial de 22 países y la cuarta más hablada del mundo con cuatrocientos millones de hablantes; solo por detrás del chino, el inglés y el hindi. De igual forma, es uno de los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas, junto al inglés, francés, ruso, chino y árabe.

La elección de esta fecha responde a la coincidencia histórica de ser el día en que fallecieron tres de las figuras más importantes de la literatura universal: Miguel de Cervantes y Saavedra, William Shakespeare y el inca Garcilaso de la Vega, uno de los primeros cronistas americanos de los que se tiene constancia. Por tal motivo, los hispanohablantes adoptamos ese día para rendirle homenaje al autor de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra cumbre del idioma español y el libro más traducido después de la Biblia.

Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547, el cuarto hijo del matrimonio entre el hidalgo Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. Con una vida muy agitada y convulsa, fue desde paje eclesiástico hasta un soldado más que combatió en la batalla naval de Lepanto. De regreso a España, se instaló en Sevilla donde obtuvo el cargo de comisario real de abastos para la Armada Invencible y cobrador de arriendos en Granada, un puesto que lo llevaría a un constante viaje por la zona sur de la Península Ibérica. En 1584 compuso su primera novela importante, La Galatea, pero no sería hasta 1605 que vería la luz las Aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha; completada diez años más tarde por una segunda parte que se publicaría en 1615, un año antes de la muerte de Cervantes.

El Quijote cuenta las aventuras de Alonso Quijano, un hidalgo manchego que “sabe muy bien lo que dice y no tiene idea de lo que hace”, un caballero en el ámbito rural español que pierde la razón tras haber leído numerosos libros de caballería. Se cree un caballero andante medieval y, junto a Sancho Panza, un labrador vecino que se convierte en su fiel escudero, emprende una travesía fuera de su aldea en búsqueda de aventuras. Antes de partir, limpia las armas de sus bisabuelos, bautiza a su flaco caballo como Rocinante, decide que su dama será Dulcinea del Toboso (una labradora manchega que se llama Aldonza Lorenzo) y asume la sugerente identidad de Don Quijote de la Mancha.

La obra alcanzó el éxito mundial ya que es la primera novela moderna de la historia al romper con todos los géneros novelísticos anteriores. Además de parodiar los libros de caballería del siglo XVII, introduce en la narrativa elementos como la evolución de los personajes y el denominado perspectivismo (utilización de diferentes puntos de vista ante una misma realidad). Dichas novedades literarias inspiraron las obras de posteriores artistas clásicos como Charles Dickens, Honoré de Balzac o Benito Pérez Galdós. Por tales motivos, la novela contemporánea como se conoce hoy en día no tendría su forma actual sin las proezas del Quijote.

Miguel de Cervantes es considerado el más grande escritor español de todos los tiempos y puede leerse en más de 140 lenguas. En el año 2002, cien escritores de 54 países eligieron el Quijote como la mejor obra de ficción de la historia de la humanidad, por encima de los grandes clásicos de Homero, Fiodor Dostoievski o Gabriel García Márquez.

Día internacional de monumentos...

Día Internacional de los Monumentos y Sitios

Día internacional de monumentos...

Abril 13, 2022

 

Desde el 18 de abril de 1984 se celebra el Día Internacional de los Monumentos y Sitios. Esta iniciativa, promovida por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS, por sus siglas en inglés), cuenta con la aprobación de la Unesco y se realiza para dar a conocer la variedad del patrimonio histórico cultural. Al mismo tiempo, busca resaltar los esfuerzos que se realizan para fomentar su conservación y protección.

En el año 2020, el ICOMOS publicó su declaración sobre el Patrimonio Cultural y la Emergencia Climática donde reconocía el potencial del patrimonio cultural para la salvaguarda de sus bienes inmuebles ante incidencias climáticas adversas. Este documento sería tomado como base para que, el Día Internacional de los Monumentos y Sitios del 2022 entrara dentro del Plan Científico Trienal de ICOMOS (2021-2024) y con la temática “Patrimonio y clima”. Es importante señalar que, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Río de Janeiro, realizada en 1992, toma el concepto de cambio climático a: la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables.

Por tal motivo, el Día Internacional de los Monumentos y Sitios del presente año tiene como objetivo alertar sobre la importancia de la protección de las comunidades vulnerables mediante la acción climática. De esta manera, propone la realización de una serie de acciones encaminadas a minimizar los impactos climáticos negativos sobre el patrimonio.

Debido a su ubicación geográfica, Cuba se ve amenazada cada año principalmente por los eventos hidrometeorológicos, como son los incrementos de la temperatura, del nivel medio del mar, temporadas de sequía, las precipitaciones y la actividad ciclónica. Estos elementos provocan situaciones de desastre ambiental en el país que impactan negativamente el desarrollo socioeconómico de la Mayor de las Antillas y que afectan el patrimonio natural, edificado y arqueológico.

Con el paso de los años, la frecuencia e intensidad de estos fenómenos naturales superará cada vez más los registros históricos ya existentes. Ante dichos pronósticos, se manifiesta la necesidad de fomentar un programa de trabajo que contribuya a detener el progreso del deterioro de los bienes inmuebles afectado por estos embates, como el que realiza la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana desde el 2001 en el área del Malecón Tradicional habanero.

La franja costera se extiende desde el Paseo del Prado hasta los alrededores del Parque Maceo, por un kilómetro de largo aproximadamente.  Asimilada como un sitio emblemático para los habaneros, de gran valor urbano y patrimonial, y que va más allá de los atributos formales de la arquitectura, la zona fue construida durante gran parte de la década de 1920. Cuenta con un nivel soterrado de cisternas y sistemas de suministro de agua, así como instalaciones de electricidad y gas, que se ven afectados por las inundaciones que suceden en el frente del litoral habanero como consecuencia de los frentes fríos en invierno y los ciclones tropicales en verano. 

Si bien estos elementos influyen en el deterioro de los bienes inmuebles, es el embate de las olas las que ocasionan los mayores daños a las fachadas y los interiores de las edificaciones. La zona que más sufre la acción de las olas en los cambios de tiempo es la que va desde la calle Genios hasta el Castillo de la Punta, ya que es un área que ubicada en perpendicular a los vientos Norte-Oeste. 

Las actuaciones para enfrentar este tipo de amenazas son múltiples. Se ha trabajado para ampliar el conocimiento ambiental de la población y la percepción del riesgo existente. Al mismo tiempo, se conserva la función habitacional a través de diversos programas de vivienda, que garantizan condiciones de vida adecuadas y seguras para las familias afectadas. Paralelamente a estas acciones de la OHC, también se realiza un Proyecto Multisectorial coordinado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos que incluye la construcción de obras de defensa costera para evitar inundaciones sin afectar la imagen urbana del lugar.

Por consiguiente, el sitio anteriormente mencionado cuenta con una estrategia urbano-ambiental especial. Esto propicia a que incorpore el enfoque de riesgo, la mitigación y adaptación ante los efectos del cambio climático y se convierte en un ejemplo ideal para el Día Internacional de los Monumentos y Sitios.