Michael Bond y un oso llamado Paddington

Septiembre 13, 2023

Michael Bond, fue un hombre que trascendió la imaginación de millones de personas a través de una serie de historias de ficción para niños, protagonizadas por el personaje del ” Oso Paddington”.

Para su creación, el autor británico se inspiró en un osito de peluche solitario que vio en un estante de una tienda de Londres cerca de la estación de Paddington en la víspera de Navidad de 1956. Decidió comprar el oso como regalo para su esposa. Bond luego afirmaría que fueron los recuerdos de los noticieros que mostraban trenes llenos de niños evacuados saliendo de Londres, durante la Segunda Guerra Mundial, los que lo animaron a escribir la historia del cortés inmigrante procedente del “más oscuro y recóndito Perú” (ICONS , 2006) [1].

A Bear called Paddington (Un oso llamado Paddinton) fue publicado por primera vez en 1958. La historia se centra en un pequeño oso que llega solo a la estación de Paddington en Londres, con una nota que dice: “Por favor, cuiden de este oso. Gracias”. A partir de ese momento, Paddington encuentra un hogar en la familia Brown y se embarca en numerosas y divertidas aventuras.

Una de las enseñanzas principales reside en la importancia de la bondad y la generosidad. A medida que Paddington se instala en la vida de los Brown, comienza a demostrar cómo un pequeño gesto amable puede marcar una gran diferencia en la vida de las personas que lo rodean. Su optimismo y disposición para ayudar a los demás, incluso en las situaciones más complicadas, inspiran a los lectores a ser más compasivos y a estar dispuestos a brindar una mano amiga cuando sea necesario.

Otro aspecto destacado del libro es la idea de la aceptación y la importancia de valorar las diferencias de los demás. A pesar de ser diferente a todos los demás, el oso peruano logra encajar en la comunidad de Londres y encuentra un hogar en la familia Brown. Su actitud positiva, su respeto por las tradiciones culturales y su capacidad de adaptación son ejemplos claros de cómo celebrar nuestras diferencias puede enriquecer nuestras vidas y las de los demás.

Además, el libro también aborda temas como la perseverancia y la valentía. Paddington se enfrenta a numerosos obstáculos a lo largo de la historia, pero nunca se rinde. Su determinación para superar los desafíos y su coraje para enfrentarse a situaciones desconocidas son inspiradores para los lectores, recordándoles que nunca deben abandonar sus sueños y siempre deben estar dispuestos a enfrentar nuevos desafíos con una sonrisa en el rostro.

Aunque muchos podrían pensar que el Oso Paddington, con su icónico sombrero y su abrigo azul, es una serie de historias para niños no es verdad. Bond trascendió cualquier límite generacional y cultural. Sus libros han sido traducidos a más de 40 idiomas y vendido más de 35 millones de ejemplares en todo el mundo. Esto demuestra la capacidad del autor para tocar los corazones de las personas y transmitirles múltiples valores universales.

Notas

[1] ICONS. (3 de Septiembre de 2006). Paddington Bear. Recuperado el 12 de septiembre de 2023, de ICONS. a portratit of England: https://web.archive.org/web/20060903072324/http://www.icons.org.uk/nom/nominations/paddington-bear

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Christine de Pisan, la precursora del feminismo en el medioevo

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Enero 20, 2022

 

Nacida en Venecia, en el año 1364, Christine de Pisan resultó ser una de las mujeres con pensamientos avanzados para la época en la que vivió. Hija de Tomás de Pisan, erudito (médico, físico, astrólogo de la corte y canciller de la república) y profesor de la Universidad de Bolonia, quien apoyó la formación intelectual de Christine desde su infancia. Contrario a los pensamientos de la madre, Tomás le proporcionó a su primogénita una educación a la par de sus hermanos varones.

Cuando el rey francés, Carlos V de Valois, solicitó los servicios de dicho intelectual, este puso a disposición de su hija los libros del archivo real. Christine tuvo tutores privados en la corte que le enseñaron a hablar latín y francés. Atraída por las actividades literarias, la joven Pisan se sintió frenada por su progenitora, pues consideraba que las mujeres debían enfocarse en las tareas femeninas: las labores domésticas y las diversas técnicas de costura. Christine de Pisan rompió con los roles de sexo que su madre le estaba imponiendo y continuó con su preparación intelectual.

A los 15 años contrajo nupcias con Étienne du Castel, secretario y notario de la corte real. El hecho de casarse con este posibilitó que Christine de Pisan siguiera aumentando su formación intelectual, pues du Castel apoyaba, al igual que su padre,  la superación de su joven esposa. La vida de ensueño que llevaba la lozana mujer se vio frenada diez años después tras quedar viuda. Pisan contaba con escasos recursos, pocos ingresos, tres hijos que mantener junto a su madre y sobrina. Las riquezas de su matrimonio le fueron disputadas, de ahí que perdió gran parte de su patrimonio conyugal.

En medio de un ambiente hostil y sin alternativas para ganarse la vida, Christine se dedicó a escribir. En esta nueva etapa de su vida la fémina desarrolló varias líneas de trabajo. Algunos de sus textos se direccionaron a las baladas románticas para la aristocracia francesa, pero también destacan títulos como Carta de Othéa a Héctor (1399), El libro de las hazañas de las armas y la caballería (1410), El libro de la paz (1413) y Canción en honor a Juana de Arco (1429).

En la fecunda producción literaria de esta mujer resaltan obras de sumo interés y por la cual algunos investigadores le consideran la precursora del feminismo. Sus textos ponderaron los valores femeninos, además de exponer que las mujeres eran iguales a los hombres y debían tener los mismos derechos y oportunidades que cualquier varón.

En La ciudad de las damas se dedicó a realizar una investigación sobre todas las mujeres que en las historia habían demostrado valentía, capacidad e intelecto. Christine de Pisan saca del anonimato a múltiples féminas, narra varias vivencias de las mismas y expone criterios avanzados para la época. Un fragmento de dicho texto plantea:

(…) Si fuera costumbre mandar a las niñas a la escuela e hiciéranles luego aprender las ciencias, cual se hace con los niños, ellas aprenderían a la perfección y entenderían las sutilezas de todas las artes y ciencias por igual de ellos, pues, aunque en tanto que mujeres tienen un cuerpo más delicado que los hombres, más débil y menos hábil para hacer algunas cosas, tanto más agudo y libre tienen el entendimiento cuando lo aplican (…).

Rompiendo con las costumbres de la época, Christine de Pisan, participaba activamente en debates públicos con hombres, donde se discutía de filosofía, literatura, política y teología. En esos debates, como en su obra, dejaba claro que no creía que hubiera sido Dios quien quiso poner límites al hacer de las mujeres, sino que eran los hombres que hablaban en nombre de Dios, quienes habían decidido que así fuera. 

Esta fémina fue uno de los máximos exponentes que se pronunció a favor de la defensa de las mujeres en la Edad Media. Mediante la escritura supo engrandecer el papel de las féminas y poner freno al ascetismo masculino. Christine de Pisan fallece en 1430 a la edad de 66 años, siendo una de las primeras mujeres dedicadas al oficio de la escritura y el primer referente del feminismo a escala mundial. Sus obras, redescubiertas a finales del siglo XIX, constituyen un paradigma para la literatura universal.

Winnie the Pooh

Alan Alexander Milne, creador del personaje Winnie the Pooh

Winnie the Pooh

Enero 18, 2023

 

Paseando por el bosque, Winnie llegó a un claro donde crecía un gran roble, alrededor de cuya copa zumbaban las abejas. Tras mucho pensar (a Winnie le cuesta bastante trabajo) decidió que donde había abejas había miel, y la miel era lo que más le gustaba en este mundo. Así es que se puso a trepar, y cuando ya casi la tenía al alcance de la mano, la rama que le sostenía se rompió y cayó sobre un montón de zarzas.

De esta manera comienza Winnie the Pooh y el árbol de la miel, uno de los tantos cuentos infantiles escritos por Alan Alexander Milne (Londres, Reino Unido, 1882 – 1956, Hartfield, Reino Unido). El escritor y humorista inglés combatió en las dos guerras mundiales y fue un buen jugador de cricket. Sin embargo, a pesar de que es más recordado por sus historias infantiles sobre el osito Pooh y sus amigos, las obras para niños constituyen un porcentaje muy bajo dentro de su currículo narrativo.

Milne nació en Londres, Inglaterra, el 18 de enero de 1882. Su padre era el director de la Kilburn Grange School, uno de los mejores colegios privados de Londres que aún mantienen sus funciones. Por tal motivo, esta educación exclusiva le brindó el beneficio de ser alumno durante un curso de Herbert George Wells, popularmente conocido como H. G. Wells y considerado como uno de los padres de la ciencia ficción.

A pesar de sus grandes dotes matemáticas, tenía la convicción de que podía ganarse la vida escribiendo. De hecho, la mayor parte de sus primeros libros fueron simples relatos publicados originariamente en la revista satírica Punch, de la cuál decía que algún día sería su editor y razón por la cual se “sentía el hombre más feliz en Londres”.

Fue por quererle escribir cuentos para su hijo, Christopher Robin Milne, que en 1926 nacerían las historias de un osito de peluche llamado Winnie the Pooh. En la realidad, Winnie era el nombre simplificado de una osa del Zoológico de Londres, llamada Winnipeg, con la que Christopher jugaría durante alguna de sus visitas al parque y por la cual nombraría a su oso de peluche. Así, con la utilización de este osito de trapo como protagonista, A. A. Milne pasaría a la historia como el autor de este maravilloso mundo de fantasía de Pooh y sus amigos Piglet, Tigger e Ígor.

Es válido señalar que, además de la historia cautivadora y sencilla, los libros destacan por las ilustraciones realizadas por Ernest Howard Shepard, o más conocido como E. H. Shepard. Shepard viajó a su casa de campo en Cotchford Farm para observar el área que inspiró a Milne a escribir sobre el bosque de los cien acres y el resultado fueron unos dibujos sencillos, a pluma, en blanco y negro o en acuarela, donde se dejaba volar la imaginación de cada infante que los leyera.

Sin embargo, la enorme fama que cosecharía esta obra literaria traería nefastas consecuencias para su autor y hasta para su hijo, el verdadero Christopher Robin, quien, aún de adulto, sería comparado con su homónimo ficticio. No obstante, y a pesar de los problemas familiares que Winnie the Pooh pudiera haber causado, la magia de su historia trascendió las páginas y Pooh tiene una estrella en el Paseo de la fama de Hollywood. Asimismo, el oso es tan popular en Polonia, que su capital, Varsovia, nombró una calle en su honor Ulica Kubusia Puchatka.

Tras la muerte de Milne, su viuda vendió sus derechos de los personajes Pooh a Stephen Slesinger y, tras morir este, los derechos fueron trasferidos a Walt Disney. Esta compañía realizaría películas basadas en la historieta Pooh, un programa de televisión en Disney Channel, así como distintos artículos relacionados con Pooh. No sería hasta inicios del pasado año 2022, cuando Disney tuvo que despedirse de este icónico personaje debido a que, el oso amante de la miel y la mayoría de sus amigos del boque de los Cien Acres pasaron a ser de dominio público y libres de la exclusividad en Disney.

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Hay que creer en Cuba

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Septiembre 13, 2022

 

Hay que creer en Cuba. Entrevistas a Eusebio Leal Spengler, de la periodista y directora de Comunicación y de Habana Radio de la Oficina del Historiador de La Habana, Magda Resik Aguirre, constituye la más reciente publicación de Ediciones Boloña. Fue presentada en el acto de celebración por el aniversario 80 del natalicio del eterno Historiador el pasado domingo 11 de septiembre.

Magda Resik se disculpó ante el público presente por no tratarse de un acto formal de presentación de un libro, sino ser:

El momento en que vamos a hablar de Leal también desde la gratitud por todos los que hicieron posible que su pensamiento se empiece a recopilar en una colección que se titula «El Historiador». Este es el primer título de esa colección. Vamos a empezar a recoger todo el pensamiento de Leal que anda por ahí volando; todo el testimonio de las personas que le quisieron y que pueden contar anécdotas; todas las voces de Leal que hay grabadas y que no se han llevado a la letra impresa, porque ese legado de Leal tenemos que preservarlo para los más jóvenes y para los que vendrán.

En el acto, la autora advirtió que:

Este es un homenaje a Leal que ya hemos convertido en una suerte de ritual todos los años cuando llega el 11 de septiembre, fecha que él no quería celebrar nunca por el significado universal que representa un 11 de septiembre; pero para nosotros es un honor, y es un deber de gratitud infinita, poder todos los años recordar a Leal en este espacio que además fue el sitio donde él nació al mundo de la restauración del patrimonio, a la vida política, y donde creció su pasión por Cuba.

Fueron también un regalo, para Eusebio Leal y para los que acudieron a la cita, las palabras de Silvio Rodríguez, quien destacó algunas de las ideas contenidas en el libro Hay que creer en Cuba, un logro conjunto de las casas editoriales Boloña y Ocean Sur. El compositor cubano comentó en una entrevista concedida a Habana Radio que es un libro formidable. Así afirmó:

Es una forma de empezar a profundizar y a poner de relieve el pensamiento de Eusebio, que es muy importante, que toca muchos puntos, no solo de la Historia de Cuba, sino muchos conceptos de la vida, de los seres humanos, de los momentos que se viven, de la actitud que se tiene o no se tiene ante estas cosas. Son un compendio estos libros de Eusebio de mucha sabiduría, de mucho conocimiento, así que todo lo que se publique en esa dirección hay que aplaudirlo.

El título Hay que creer en Cuba alude a una expresión que, según afirmó en su presentación Magda Resik, es una de las esencias del pensamiento de Eusebio Leal. Con el propósito de facilitar al público lector y a los investigadores el acceso a las reflexiones del Historiador se entrega esta publicación. El libro se traza entre preguntas y respuestas, y desata infinitos cuestionamientos sobre cómo cada uno de nosotros avizora el destino de La Habana y de Cuba.

Alejandro Hartman Matos, Historiador de la ciudad de Baracoa y cercano a Leal desde fechas muy tempranas de su accionar como restaurador, expresó sobre él y sobre el texto:

Un aspecto muy importante de Eusebio es su pasión desmedida. El patriotismo enorme que siempre lo llevó en su corazón, siempre lo llevó en su vida. Eso lo ha hecho imperecedero en el tiempo. Pasarán muchos años y él estará ahí con nosotros como lo está en este momento. Ese es el libro. Ese es el Eusebio conductor, el Eusebio que todos seguimos con amor desbordado. El Eusebio que es amor. El Eusebio que es patria.

 

[Tomado de Habana Radio]

A partir de los libros, comienza el mundo

A partir de los libros, comienza el mundo

A partir de los libros, comienza el mundo

Grisel Terrón Quintero

Abril 28, 2022

 

Que los Historiadores de La Habana, Emilio Roig primero y Eusebio Leal después, fueron hombres de lecturas, es un hecho supuesto por la vasta cultura que ambos poseían; sin embargo, valdría la pena aproximarse al modo en que ambos leyeron y a la manera en que concibieron al libro.

Emilio Roig, de estudios y familia de letras, siguió una línea docente regular desde la enseñanza primaria hasta la universitaria y se hizo abogado. Él fomentó una biblioteca personal desde joven a partir de la herencia familiar y de sus propias adquisiciones. Por su parte, Eusebio Leal, de procedencia humilde, devoraba los libros a los que tenía acceso leyendo en ómnibus, robándole tiempo al descanso en la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País, y «a partir de esos primeros libros, comenzó el mundo» (1). A los estudios superiores llegó tras una accidentada trayectoria, desde la enseñanza obrero campesina hasta la Universidad donde alcanzó el título de Doctor en Ciencias. Para uno y otro, los libros fueron consustanciales a su trayectoria vital, su formación académica y el desempeño de su cargo, y ahí pudo haber quedado todo. Pero ser hombres de libros fue mucho más que ser consumidores de ellos.

Buena parte de la grandeza de estos hombres estuvo en su concepción de la función social del libro y en la implementación de acciones y políticas que lo democratizaran. El proyecto que lideraron, nació en cuna de libros y erigió sus columnas sobre el sólido cimiento de una cultura documental que rescató para Cuba importante papelería, la hizo crecer y la puso al acceso de todos. En 1938 se fundaba la Oficina del Historiador sustentada en tres pilares documentales: la Biblioteca Histórica Cubana y Americana, el Archivo Histórico y el sistema de publicaciones. La primera, creada a partir de la biblioteca personal de Emilio Roig y fomentada en sus inicios por el círculo de intelectuales más cercano al Historiador, bastaría para avalar la vocación social y cultural de este hombre cuyo apego a los libros consistía en socializarlos y en producirlos y distribuirlos gratuitamente tal como sucedió con las publicaciones que la Oficina tuvo a su cargo. Discípulo de Emilio Roig, Eusebio Leal inició su gestión en función del patrimonio documental cubano rescatando los libros y documentos que formaron parte de la Oficina primigenia y que fueron dispersados a inicios de los años 60. A este gesto de continuidad, siguió el estímulo de bibliotecas que, como semillas en terreno fértil, se fueron expandiendo por el Centro Histórico con el único objetivo de socializar el libro y dotarlo de vida y nuevas maneras de comprenderlo desde diversas aristas.

Muchos ejemplos legitiman al libro como piedra fundacional de la Oficina del Historiador y de cada uno de sus proyectos y resultados; mucho verbo y mucho empeño pusieron los historiadores en convertir al libro en vehículo de democratización de la cultura: las ferias del libro dan fe.

La primera Feria del Libro en Cuba, fue organizada por Emilio Roig bajo el auspicio del Municipio de La Habana en 1937 entre los días 20 y 27 de mayo. En las áreas de la antigua cárcel de La Habana, tuvo lugar este primer evento de alcance provincial. Muchos fueron los expositores, pero además de organizadora de la feria, la Oficina del Historiador mostró su producción bibliográfica en el pabellón oficial del Municipio de La Habana con los Cuadernos de Historia Habanera y los libros de Actas Capitulares, emanados de las actas rescatadas y conservadas hasta hoy en el Archivo Histórico. El director de Cultura de la Secretaría de Educación, José María Chacón y Calvo, quien tuvo a su cargo la clausura del evento, resumió la trascendencia de esta primera edición:

Quizá sea esta la primera gran enseñanza que se desprende de la Feria del Libro, organizada con toda comprensión del espíritu de nuestro tiempo, del clima espiritual que vive hoy el mundo en todas las latitudes: el libro tiene una misión de apostolado social; no ha de verse como un factor aislado, ni como un fenómeno esporádico, ni como una manifestación solitaria, sino como un nexo que lo liga íntimamente con la colectividad y con una función última que trasciende al cuerpo social procurando su constante, abnegada y generosa superación. (3)

A partir de entonces, Emilio Roig estuvo en la comisión de preparación y organización de las Ferias del Libro en las que además expuso en cada edición, parte de su colección personal de objetos, libros raros y documentos, volviendo, con cada acto, a ser consecuente con su convicción permanente de compartir la cultura. También formaban parte de los expositores, los impresores y encuadernadores, quienes daban una visión de conjunto del arte del libro junto a las editoriales. Algunas bibliotecas y más prestigiosos bibliotecarios se sumaban con sus proyectos y disertaciones.

Emilio Roig legitimó la función de las ferias del libro: «De esta manera lanzamos a los vientos de la publicidad lo que entendemos debe ser evangelio de cultura: el conocimiento del libro, el amor al libro, el valor espiritual del libro; y tratamos de llevar el libro hasta el pueblo, para que el pueblo tenga al libro por amigo (…)». (3)

A partir de 1942 el Municipio dejó de dirigir y organizar la Feria del Libro y empezó a hacerlo el Ministerio de Educación. Desde entonces, el acontecimiento adquirió carácter nacional y se empezó a nombrar Feria Nacional del Libro, donde el historiador Emilio Roig mantuvo su colaboración activa porque «(…) solo anhelamos, ayer como hoy, que estas ferias realicen cabalmente, sea cual fuere el organizador oficial o particular que las organice, la función social y cultural que a ellas corresponde» (3), tal como expresó en la charla que brindó en esa ocasión.

Así se desarrollaron doce ferias hasta 1955 con períodos de intermitencia. No es hasta 1982 que se retoma la realización del evento ya con carácter internacional y con una cada vez más creciente participación de la Oficina del Historiador. La institución, heredera del legado cultural de la que fundó Emilio Roig, reconstruyó su estructura sobre la base de la primera piedra: los libros. Entonces Eusebio Leal, consciente como Jorge Luis Borges de que el instrumento más asombroso del hombre es el libro porque es una extensión de la memoria y de la imaginación, rehízo la biblioteca dispersa que fundara su predecesor. No solo Leal rescató para Cuba los volúmenes diseminados en varias instituciones y los condujo a la Biblioteca Histórica, sino que la hizo crecer y multiplicarse. Él mismo consideró este uno de sus mayores logros: «¿Qué cosa creo yo que es lo que pude haber hecho de mérito? Bueno, primero, recuperar fuentes. La Oficina perdió todos sus libros, perdió todos sus papeles. Hoy tiene un yacimiento documental (…)” (2).

Ese yacimiento solo cobra sentido en la obra socializadora de la gestión de la Oficina del Historiador. No se trata de una masa muerta de libros y documentos, no se trata de poseer volúmenes, se trata de la voluntad de compartir saberes. Y es por ello que el fenómeno de las ferias del libro encuentra campo fértil en el Centro Histórico, nuevamente bajo el liderazgo de Leal, porque más allá de haber sido su cuna, es lo que cierra el ciclo de la socialización cultural que es sustrato del espíritu de la institución. Es el libro y la memoria que retornan a las manos del pueblo y lo sostiene con ese alimento irreductible que es el saber.

Bien como subsede de las ferias, bien como colaboradora de la organización o como expositora, la Oficina del Historiador ha estado presente en estas fiestas del libro y la cultura. El sistema de publicaciones iniciado por Roig, ha tenido en la Editorial Boloña y en la revista Opus Habana su continuidad y desarrollo al estar destinadas a llevar la historia y la literatura al papel impreso primero y en los últimos años, al escenario virtual. Eusebio Leal tuvo el acierto de colocar de manera sistemática la sostenida producción bibliográfica de la Oficina del Historiador en las bibliotecas que se fueron creando, con lo cual garantizó que esa producción se incorporara a los acervos bibliotecarios no solo como valioso patrimonio documental, sino como memoria histórica institucional.

La Oficina, además ha contado con un espacio expositivo en las ferias del libro donde ha socializado sus productos editoriales y también sus valiosos documentos patrimoniales en el afán permanente de Eusebio de aprovechar toda oportunidad para que el libro y la cultura llegaran a todos. Y este empeño, traducido en la obra cultural e histórica que protagonizó, lo hizo merecedor de la dedicatoria de la XXVII Feria Internacional del Libro en el 2018, acaso hito simbólico de su comprensión y de la de Roig de ver al libro como fundación y de la Feria como ágora.

 

Fuentes

(1) Delgado Guerra Di Silvestrelli, Sheyla. Eusebio Leal: “Mi Patria es donde luche y no solamente donde nazca”. Disponible en http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/12/18/eusebio-leal-mi-patria-es-donde-luche-y-no-solamente-donde-nazca/

(2) Leal Spengler, Eusebio. “Debo todo a la Revolución”. Disponible en http://www.eusebioleal.cu/curriculum/intervenciones/eusebio-leal-spengler-debo-todo-a-la-revolucion-2/.

(3) Roig de Leuchsenring, Emilio. Veinte años de actividades del Historiador de la Ciudad de La Habana: 1935-1955. La Habana, Municipio de La Habana, 1955. Volumen 3

 

[Artículo tomado de Habana Cultural: http://habanacultural.ohc.cu/?p=37799&fbclid=IwAR2OY81XHWKCImXbM0zonOZbUPm6JHAsgCTrSIs8Yp8o9xvQmveho1U8VPk]

Día del Idioma Español

Día del Idioma Español

Día del Idioma Español

Abril 20, 2022

 

Desde el 23 de abril de 1922 se celebra la fiesta del idioma por iniciativa de la Real Academia Hispanoamericana de Ciencia y Arte de Cádiz. No sería hasta 1995 cuando fuera declarado como Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y Día del Idioma Español por las Naciones Unidas en el 2010. En la actualidad, el español es la lengua oficial de 22 países y la cuarta más hablada del mundo con cuatrocientos millones de hablantes; solo por detrás del chino, el inglés y el hindi. De igual forma, es uno de los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas, junto al inglés, francés, ruso, chino y árabe.

La elección de esta fecha responde a la coincidencia histórica de ser el día en que fallecieron tres de las figuras más importantes de la literatura universal: Miguel de Cervantes y Saavedra, William Shakespeare y el inca Garcilaso de la Vega, uno de los primeros cronistas americanos de los que se tiene constancia. Por tal motivo, los hispanohablantes adoptamos ese día para rendirle homenaje al autor de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra cumbre del idioma español y el libro más traducido después de la Biblia.

Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547, el cuarto hijo del matrimonio entre el hidalgo Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas. Con una vida muy agitada y convulsa, fue desde paje eclesiástico hasta un soldado más que combatió en la batalla naval de Lepanto. De regreso a España, se instaló en Sevilla donde obtuvo el cargo de comisario real de abastos para la Armada Invencible y cobrador de arriendos en Granada, un puesto que lo llevaría a un constante viaje por la zona sur de la Península Ibérica. En 1584 compuso su primera novela importante, La Galatea, pero no sería hasta 1605 que vería la luz las Aventuras del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha; completada diez años más tarde por una segunda parte que se publicaría en 1615, un año antes de la muerte de Cervantes.

El Quijote cuenta las aventuras de Alonso Quijano, un hidalgo manchego que “sabe muy bien lo que dice y no tiene idea de lo que hace”, un caballero en el ámbito rural español que pierde la razón tras haber leído numerosos libros de caballería. Se cree un caballero andante medieval y, junto a Sancho Panza, un labrador vecino que se convierte en su fiel escudero, emprende una travesía fuera de su aldea en búsqueda de aventuras. Antes de partir, limpia las armas de sus bisabuelos, bautiza a su flaco caballo como Rocinante, decide que su dama será Dulcinea del Toboso (una labradora manchega que se llama Aldonza Lorenzo) y asume la sugerente identidad de Don Quijote de la Mancha.

La obra alcanzó el éxito mundial ya que es la primera novela moderna de la historia al romper con todos los géneros novelísticos anteriores. Además de parodiar los libros de caballería del siglo XVII, introduce en la narrativa elementos como la evolución de los personajes y el denominado perspectivismo (utilización de diferentes puntos de vista ante una misma realidad). Dichas novedades literarias inspiraron las obras de posteriores artistas clásicos como Charles Dickens, Honoré de Balzac o Benito Pérez Galdós. Por tales motivos, la novela contemporánea como se conoce hoy en día no tendría su forma actual sin las proezas del Quijote.

Miguel de Cervantes es considerado el más grande escritor español de todos los tiempos y puede leerse en más de 140 lenguas. En el año 2002, cien escritores de 54 países eligieron el Quijote como la mejor obra de ficción de la historia de la humanidad, por encima de los grandes clásicos de Homero, Fiodor Dostoievski o Gabriel García Márquez.

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Día de la Poesía

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Marzo 7, 2021

 

Cada 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía, como homenaje a una de las formas de expresión e identidad y lingüística de la humanidad. La palabra poesía proviene del latín poēsis, y esta a su vez del griego ποίησις (poíesis), que significa ‘hacer’, ‘materializar’. Es un género literario a través del cual la humanidad ha sido capaz de expresar pensamientos, sentimientos y emociones, mediante un lenguaje lleno de belleza y recursos literarios. Ha sido practicado a lo largo de la historia en todas las culturas y continentes, y es considerado una manifestación del sentimiento estético por medio de la palabra.

El día fue adoptado por la Unesco durante la 30º Conferencia General en París en 1999, para apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro. Es una ocasión para conmemorar a poetas, revivir tradiciones orales, promover la lectura y la enseñanza de la poesía, fomentar la convergencia entre esta manifestación literaria y otras artes. Según la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay:

La poesía anida en lo más hondo de lo que somos, mujeres y hombres que conviven en el mundo de hoy, abrevándose en el legado de las generaciones pasadas y custodiando este mundo para nuestros hijos y nietos. Al celebrar hoy la poesía, celebramos nuestra capacidad de luchar unidos por la diversidad biológica como “preocupación común de la humanidad” y como parte integral del proceso de desarrollo internacional.

Con esta celebración, se pretende impulsar y preservar el género lírico como una manifestación de la diversidad en el diálogo, de la libre circulación de ideas por medio de la palabra, de la creatividad y de la innovación.

 

Rima XXI, Gustavo Adolfo Bécquer

 

¿Qué es poesía? Dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul;

¿Qué es poesía…? ¿Y tú me lo preguntas?

¡Poesía… eres tú!

Ingenio Flor de Cuba

Los ingenios

Ingenio Flor de Cuba

Enero 10, 2021

 

Los ingenios, colección de vistas de los principales ingenios de azúcar de la Isla de Cuba es uno de los libros más importantes y originales impresos en Cuba en el siglo XIX. Sus autores, Justo Germán Cantero y Eduardo Laplante, realizaron una colección de vistas de los principales ingenios azucareros cubanos para dar a conocer los adelantos técnicos introducidos en esa industria.

En 1853, el gobierno colonial permitió la publicación y, desde 1855 a 1857 se llevaron a cabo ocho entregas sucesivas que contenían 36 litografías: 28 eran vistas litográficas tomadas en el sitio y coloreadas a mano y las ocho restantes eran planos y dibujos de máquinas. El libro se imprimió en la Litografía de Luis Marquier y fue presentado por la Real Junta de Fomento de Cuba.

En el interior aparecen contenidos sobre el arte litográfico, el desarrollo científico-técnico, la historia y la economía. Se detallan los procesos que permitían la extracción de sacarosa y se ofrecen panorámicas idílicas de las fábricas de azúcar, sus campos y los entornos paisajísticos, realizadas por Laplante. De este modo, los autores brindaban una visión óptima de la plantación esclavista azucarera en Cuba.

Justo Germán Cantero fue el redactor del libro y promotor de la edición. Fue presidente de la empresa del ferrocarril, de la Sociedad Filarmónica, de la Beneficencia, dueño del periódico y del teatro de Trinidad.

Eduardo Laplante, participó en la realización del libro en calidad de asesor y grabador. Arribó a Cuba en 1848 como vendedor de maquinarias para los ingenios. A su vez, se desempeñó como pintor y litógrafo, habilidades que desplegó exquisitamente en Los ingenios…  

La realización de este libro supuso un hito en materia editorial en su época. Hasta ese momento no se había llevado a cabo nada igual sobre papel y grabado que mostrara la mayor riqueza económica de la isla en el siglo XIX y su poderío industrial. Hoy día se considera una publicación esencial para comprender el impacto de la revolución industrial en el período colonial cubano.

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El libro en Cuba

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Noviembre 8, 2021

 

El libro en Cuba. Siglo XVIII y XIX constituye un ejemplar valioso dentro del universo literario cubano en el que su autor, Ambrosio Fornet (Granma, 1932), analiza el desarrollo de la imprenta en Cuba, desde su llegada a la isla en 1722, hasta que termina la dominación española, en 1898.

El ejemplar, publicado por primera vez en 1994, recoge una vasta documentación inédita y una amplia bibliografía especializada a partir de la cual Fornet establece los nexos socioeconómicos de la producción intelectual cubana desde la llegada de la imprenta, así como las problemáticas de producción, circulación y recepción del libro en la etapa colonial y en los círculos de emigrados.

Asimismo, dedica uno de los capítulos a las lecturas de tabaquerías, iniciadas en diciembre de 1865 en la fábrica El Fígaro; y revela que la capital cubana fue la séptima ciudad de la América española en contar con imprenta. El autor explica que, a lo largo del siglo XVIII, ocho impresores se establecieron en la isla, momento a partir del cual sale a la luz la que se considera la primera obra científica publicada en el país, en 1787, titulada Descripción de diferentes piezas de historia natural, de Antonio Parra.

El libro en Cuba… fue el más ambicioso proyecto realizado por Ambrosio Fornet y se ha convertido en una obra de obligada consulta para los estudiosos del tema, en especial para editores, técnicos de las artes gráficas y bibliotecarios.

Fornet está considerado uno de los más notables e influyentes críticos literarios cubanos, con una vasta labor como ensayista, editor y guionista de cine. Durante veinte años fue editor del Ministerio de Educación, de la Editorial Nacional y del Instituto Cubano del Libro, y también forma parte de la Academia Cubana de la Lengua.

Entre sus lauros se encuentran el Premio Nacional de Edición en 2002, el Premio Nacional de Literatura en 2009, y el Premio Casa de las Américas, recibido en dos ocasiones. Ha sido galardonado también con las distinciones Alejo Carpentier, Raúl Gómez García, Ciudad de Bayamo y José María Heredia, entre otras.

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Cintio Vitier

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Septiembre 28, 2021

 

Este 25 de septiembre se cumplió el centenario del natalicio de una de las principales voces de las letras cubanas de todos los tiempos: Cintio Vitier Bolaños, nacido en Cayo Hueso, Florida, Estados Unidos. En 1935 llegó a La Habana y justo tres años después publicó su primer libro: Poemas, con una presentación del gran Juan Ramón Jiménez.

De la revista Orígenes (1944-1956) fue uno de los fundadores. Junto a artistas como René Portocarrero y Wifredo Lam, y autores como José Lezama Lima, Gastón Baquero, Fina García Marruz, Eliseo Diego y Virgilio Piñera, esta publicación devino la más importante de la época. De estos escritores, Vitier realizó su antología Diez poetas cubanos (1948).

Publicó alrededor de quince poemarios, seis textos narrativos y una veintena de ensayos, que demostraron un intelecto sin igual. Cultivó diversos géneros literarios, tales como el ensayo, la narrativa, la crítica y la traducción. Con su exquisita prosa renovó la novelística cubana, y su poesía fue de las más complejas de las letras hispanas.  Sobre esta, Lezama Lima afirmaba que “él ha sido, en realidad de poesía, uno de los pocos ejemplos que podemos mostrar de delicadeza, de testimonio, de propia consumación”.

Fue de los más importantes estudiosos de la literatura cubana. Entre sus textos destaca Lo cubano en la poesía (1958), en donde analizó la historia de Cuba y la relación con la poética y el sentido de libertad. Otros títulos de gran importancia fueron Cincuenta años de poesía cubana (1952); la traducción de Iluminaciones (1954) de Rimbaud; la edición fascimilar y crítica de Espejo de paciencia (1960); Rescate de Zenea (1987); y la edición crítica de Paradiso (1988), de Lezama Lima.

Vitier dedicó gran parte de su vida e intelecto al estudio de la obra de José Martí. Como investigador en la Biblioteca Nacional de Cuba, a partir de la década del 60’ dirigió y organizó la sala Martí, de donde vio la luz la publicación Anuario Martiano. Desde 1977 y durante diez años, en el Centro de Estudios Martianos realizó la edición crítica de las Obras Completas de José Martí, uno de sus más grandes aportes a la cultura nacional. Y junto a Emilio de Armas y Fina García Marruz, su amada esposa, llevó a cabo la edición crítica de la Poesía completa de Martí.

Fina fue para Cintio no solo el amor imperecedero sino también su compañera de vida y su cómplice intelectual. De su amor y su pluma compartida salieron títulos como Temas martianos (1969); Poesías y cartas (1977); Flor oculta de poesía cubana (1978); Viaje a Nicaragua (1987); Poesía escogida (1999).

Pasando a la inmortalidad en la cultura y la historia cubanas, Cintio Vitier falleció a los 88 años, el 1ro de octubre de 2009. Y, cual llama eterna de amor, Fina lo siente presente aún en ella:

Cintio, esa distancia que me falta. Mi claridad, porque yo lo he visto todo en los ojos de Cintio. He visto el mundo; hasta me he visto a mí misma (…). Él supo morir, como confiaba Martí, pero solo se extinguió para volver a encenderse. (…) A veces pienso que no podríamos reencontrarnos nunca, puesto que nunca nos hemos separado. ¿Cómo recobrarlo, si él está aquí a mi lado, si su mano querida sigue estando en mi hombro?