Copia 1

El Palacio del Segundo Cabo y las Semanas Belgas en La Habana

El Palacio del Segundo Cabo y las Semanas Belgas en La Habana

Noviembre 3, 2020

 

Cada año el Centro Histórico celebra la Semana Belga en La Habana con el interés de que se conozca cada vez más sobre la singularidad cultural de ese país europeo.

Nuestro centro se ha propuesto este año, como parte de esas celebraciones, rememorar las actividades que en ediciones anteriores hemos llevado a cabo en el Palacio.

En 2016, se realizó el taller infantil y la presentación del libro Naturalezas del Art Nouveau, con los profesores Anne-Lise Alleame y Orlando Inclán. Asimismo, la autora belga Magalie Raman presentó en el marco de dichas fechas el libro The 500 Hidden Secrets oh Havana (500 secretos escondidos de La Habana).

En 2019, el Palacio acogió la exposición Reparar el futuro, organizada por la asociación belga Meta-Morphosis, en la que se vinculó el arte, el diseño y el reciclaje a través de piezas realizadas con materiales naturales refuncionalizados.

Otra de las actividades llevadas a cabo en esa ocasión fue el lanzamiento del proyecto de igual nombre, Reparar el futuro, también a cargo de Meta-Morphosis, en el que se propusieron desarrollar en 2020 tres acciones específicas en Cuba. Producto de la situación sanitaria mundial provocada por la COVID-19, la jornada de actividades concebidas entre el 1ro y el 15 de noviembre de este año, cambiará su escenario hacia los medios televisivos y virtuales.

Si quieres seguir de cerca las iniciativas preparadas para esta nueva edición de la Semana Belga en La Habana sigue las etiquetas #SemanaBelga2020, #BélgicaContigo, #DesdeCasa.

Gran teatro de la Habana

El arquitecto belga Paul Belau en La Habana

Gran teatro de la Habana

Noviembre 2, 2020

 

En el marco de las celebraciones por la Semana Belga en La Habana, nuestro centro trae a colación dos emblemáticos inmuebles erigidos por el arquitecto belga Paul Belau. Los edificios son el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso y el Palacio Presidencial.

El primero de estos, sede hoy del Ballet Nacional de Cuba, fue levantado originalmente para acoger la sede del Centro Gallego. En 1906, la Sociedad de Beneficencia Naturales de Galicia compró el terreno y, entre 1907 y 1915 se construyó el edificio actual, cuya convocatoria a concurso la ganó el arquitecto belga Paul Belau, bajo la firma constructora Purdy & Henderson. Se inauguró en 1915 y fue construido con aires del barroco europeo para sus moldes, tallas y esculturas en piedras. En el inmueble, Belau recreó y reinterpretó la gran escalera del hall de la Ópera de París.

Desde septiembre de 2015 adoptó el nombre de Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso como reconocimiento a los aportes de la más grande bailarina de la cultura cubana, acuerdo respaldado, con carácter excepcional, por el Consejo de Estado de la República de Cuba.

El otro de los importantes inmuebles de la arquitectura cubana llevado a cabo por el belga Paul Belau en conjunto con el cubano Carlos Maruri, fue el otrora Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución.

Fue construido entre 1902 y 1920 para ser la sede del gobierno provincial de La Habana. Luego del triunfo de la Revolución cubana albergó la Presidencia y el Consejo de Ministros; en 1974 su funcionalidad pasó a ser la de Museo de la Revolución, y en 2010 fue declarado Monumento Nacional.

El museo alberga hoy día una vasta colección sobre el proceso revolucionario cubano, además de sucesos ocurridos durante los 45 años en que el inmueble funcionó como Palacio Presidencial y su transformación en museo.

Ambas edificaciones, así como su autor belga, son referenciados en la sala Arquitectura y Urbanismo que alberga nuestro centro, a lo cual se suma la proyección del andar virtual por Bélgica, proyectado originalmente en el marco de Rutas y Andares, en su edición de 2017. El mismo puede apreciarse en el espacio Conocer La Habana, dentro de dicha sala.

La muralla de Sozopol en la costa búlgara (rustamank / Getty Images/iStockphoto)

Recorriendo Europa: Bulgaria

La muralla de Sozopol en la costa búlgara (rustamank / Getty Images/iStockphoto)

Octubre 28, 2020

 

Bulgaria, situada al sureste del continente europeo, limita al norte con Rumania, Serbia y Macedonia del Norte al oeste, y con Grecia y Turquía al sur. Es el único país de Europa que no ha cambiado de nombre desde su fundación.

En su paisaje, cuenta con una gran diversidad que incluye los picos nevados en las montañas de los Balcanes, Rila y Pirin, hasta la costa cálida, bañada por el sol, del Mar Negro. Además, cuenta en el norte con la llanura continental del Danubio y al sur, con la fuerte influencia climática del Mediterráneo.

El tesoro más antiguo del mundo se encontró en Bulgaria, específicamente en la necrópolis de Varna. Se trataba de 3000 objetos de oro en 294 tumbas que datan de más de 6000 años de antigüedad.

Por ello se afirma que el país fue cuna de las primeras civilizaciones europeas. Los búlgaros descienden de los tracios, celtas, griegos y romanos. Durante cinco siglos sus territorios fueron ocupados por los turcos hasta que, en 1878, tras la guerra ruso-turca, se restableció el estado búlgaro. Luego de la Segunda Guerra Mundial, Bulgaria se convirtió en un estado socialista y estuvo bajo la influencia de la Unión Soviética hasta 1989, cuando se convierte en una democracia parlamentaria.

Bulgaria fue uno de los pocos países europeos que defendió y protegió activamente a sus ciudadanos judíos en la II Guerra Mundial a pesar de que estaba aliado con Alemania, tampoco ofreció fuerzas para luchar en la guerra y se limitó a ser un centro logístico para los alemanes. En la sinagoga de Sofía se recuerda este acontecimiento como gratitud del pueblo judío hacia los búlgaros.

La capital de Bulgaria es Sofía desde 1879, una de las más antiguas de Europa. Su historia se remonta al siglo VIII a.C., cuando los tracios se asentaron en la zona. Ha tenido varios nombres, pero adoptó finalmente el de Sofía, gracias a la Iglesia de Hagia Sofía, una de las más antiguas de la ciudad.

Bulgaria es realmente rico en cuanto a su naturaleza y el valor de su patrimonio histórico. La UNESCO ha reconocido diez lugares del país como Patrimonio de la Humanidad, de los cuales siete son culturales y tres naturales. Este dato hace de Bulgaria un destino turístico cada vez más visitado.

A unos 120 kilómetros al sur de Sofía se encuentra el monasterio de Rila, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1983. Este monasterio fue fundado en el siglo X por San Juan de Rila, un eremita canonizado por la Iglesia Ortodoxa. Su austera morada y su tumba se convirtieron con el tiempo en lugares sagrados, donde se creó un conjunto monástico que desempeñó un importante papel en la vida espiritual y social de la Bulgaria medieval.

En los alrededores de la ciudad de Kazanlak se encuentra el Valle de las Rosas, desde donde se cultiva cada año el 85 por ciento de la producción mundial de rosa, lo cual hace de Bulgaria el mayor productor de rosa para uso cosmético.

Pero Kazanlak destaca, sobre todo, por la tumba tracia, monumento inscrito como Patrimonio de la Humanidad en 1979. Descubierta en 1944, esta tumba data del periodo helenístico (hacia finales del siglo IV a.C.). Se trata, de un tholos (templo de estilo clásico de planta circular rodeado por columnas) que comprende un corredor angosto y una cámara mortuoria circular con frescos que representan ritos funerarios. Estas pinturas son las obras de arte del período helenístico mejor conservadas en Bulgaria

La gastronomía búlgara es conocida por los productos lácteos, su variedad de especias y verduras presentes en ensaladas y sopas. La shopska es la ensalada búlgara más conocida ya que tiene los colores de la bandera de Bulgaria: blanco, verde y rojo (queso búlgaro, pepino y tomate). Esta ensalada no es tradicional sino fue inventada por la industria hotelera en los años 60´.

Un dato interesante es que el yogur búlgaro es el mejor del mundo, gracias a la bacteria lactobacillus bulgaricus. Además de ser realmente sabroso, tiene innumerables beneficios para la salud. Se dice que esta bacteria solo puede desarrollarse de forma natural en las condiciones climáticas y ambientales de Bulgaria.

¿Y sabes quién fue John Atanasoff? ¡Fue el inventor del primer ordenador digital electrónico! John atanasoff fue un ingeniero electrónico de nacionalidad estadounidense, pero de origen búlgaro por la línea paterna. En los años 40, Atanasoff creó un aparato de computación electrónico que podía calcular complicadas ecuaciones algebraicas. Lo llamó ABC (Atanasoff-Berry Computer). Pesaba más de 320 kg y contenía 1,6 km. de cables. El invento desencadenó disputas legales y otro grupo creó otro invento a partir del de Atanasoff.

El 1ro de marzo los búlgaros celebran la festividad Baba Marta. Es una fiesta pagana que da la bienvenida a la primavera. En este día, los búlgaros se dan martenitsas (pulseras de hilo blanco y rojo), que deben usarse hasta ver una cigüeña o un árbol en flor. En ese momento, las martenitsas suelen atarse a las ramas de los árboles.

Antonio_Meucci 270

Antonio Meucci / Ingeniero – Italia

Antonio_Meucci 270

   

   Antonio Meucci

    Ingeniero

Antonio Meucci

(Florencia, Italia, 13 de abril de 1808–Nueva York, 18 de octubre de 1889) ​

Ingeniero italiano. Verdadero inventor del telettrófoni, posteriormente bautizado como “teléfono”, entre otras innovaciones técnicas.

Estudió ingeniería química y mecánica en la Academia de Bellas Artes, de Florencia. Hacia 1834 trabajó como mecánico en el Teatro Pérgola de esa ciudad, encargado de diseñar una nueva maquinaria para el cambio de escenarios durante las representaciones. Un tiempo después fue acusado de participar en una conspiración del Movimiento de Unificación Italiana (proceso histórico con el fin de unir a los diversos estados que conformaban la península itálica) e incluso, en 1835, encarcelado tres meses. Al salir de prisión, en compañía de su esposa, Meucci abandona Florencia para emigrar hacia América y su primera estancia fue Cuba.

El ingeniero aceptó un trabajo en el Gran Teatro Tacón, en La Habana y allí perfeccionó un teléfono neumático que había comenzado a crear en el Teatro de la Pérgola, de Florencia. En la Isla gozó de holgura económica, gracias a la cual pudo crear un pequeño laboratorio y comprar numerosos libros de estudio. A partir de esa etapa creó una pequeña empresa de galvanostegia, técnica para la degradación de metales mediante electricidad. Esta iniciativa le reportó una pequeña fortuna y cierta notoriedad en La Habana. Seguía, al mismo tiempo, con sus experimentos e investigaciones. Se interesó por la electroterapia, llegando incluso a realizar tratamientos a enfermos reumáticos. En 1849, en el curso de uno de estos tratamientos, practicó unos experimentos de audición con un paciente que fueron el origen del surgimiento del teléfono.

En febrero de 1850 el Teatro Tacón sufrió un incendio que lo destruyó totalmente. El empresario partió con su compañía hacia Nueva York y Meucci los acompañó, junto con su esposa. En 1854 construyó un teléfono para comunicar su estudio, en planta baja, con el dormitorio pues su esposa se encontraba paralizada por el reumatismo. Para ese entonces su situación financiera era muy delicada y carecía del dinero suficiente para patentar su invento, aunque sí patentó otros que él creía más redituables, como un filtro económico para la depuración del agua y el uso de la parafina en la fabricación de velas (que hasta ese momento se fabricaban con grasa de animales, muy contaminantes y sucias).

Aunque dio a conocer la patente del teléfono, en 1860, no pudo oficializarla y fue víctima de robos y prevaricación, a pesar de entrevistas, demandas y gestiones en las cuales se vio inmerso. No perdió sus ganas de producir a gran escala, con este fin se entrevistó varias veces con un empresario norteamericano, a quien le entregó los planos de su artefacto, pero siempre puso frenos para una entrevista hasta que finalmente le negó la producción del teléfono pues, supuestamente, no era lo que ellos estaban buscando. Sin embargo, años más tarde, en 1876, Alexander Graham Bell registró una patente que realmente no describía el teléfono, pero lo mencionaba como tal. Meucci emprendió un proceso legal para conseguir finalmente la patente y para desmentir al empresario, pero el proceso, tras tropiezos legales, terminó cerrándose en 1889 debido a la muerte de Meucci, quien pobre y amargado jamás vio la gloria y el reconocimiento de su talento. El 11 de junio de 2002, el Boletín Oficial de los Estados Unidos publicó una honra a la vida y el trabajo del inventor.  En la misma se reconoce que fue Antonio Meucci el inventor del teléfono en lugar de Alexander Graham Bell.

Erik Leonard Ekman

Erik Leonard Ekman / Botánico – Suecia

Erik Leonard Ekman

   

   Erik Leonard Ekman

    Botánico

Erik Leonard Ekman

(Estocolmo, Suecia, 14 de octubre de 1883–Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 15 de enero de 1931)

Explorador y botánico. Contribuyó con el conocimiento de la flora de las Antillas más que ningún otro científico con anterioridad.

Fue el hijo mayor de una numerosa familia y a pesar de que esta no pudo darle mucho apoyo económico, cuando terminó su bachillerato, en 1903, decidió continuar sus estudios en la Universidad de Lund, en el sur de Suecia. Durante sus años de estudios realizó varias expediciones dentro y fuera de su país, como lo fue el gran recorrido por el norte de Argentina, donde recopiló diferentes hierbas que trajo al Museo de Historia Natural de Estocolmo, lugar en el que trabajó. Gracias a este viaje publicó sobre plantas suramericanas, específicamente sobre gramíneas. Por su trabajo en el museo viajó a varias ciudades de Europa, aumentó sus conocimientos y se relacionó con los botánicos eminentes de la época.

En 1914 presentó su tesis doctoral en la Universidad de Lund sobre “Las Vernionae de las Antillas”, un grupo de plantas de la flora tropical. Ya licenciado, gana una beca Regnell para realizar exploraciones botánicas en Brasil, pero recibió las propuestas por parte de los directores del Museo y Jardín Botánico de Berlín, y del Museo de Estocolmo de estudiar la flora caribeña. Para ello se hacía necesario detenerse en Cuba y en La Española (hoy Haití y República Dominicana) para colectar especímenes. Sin embargo, cuando arribó a Cuba en 1914 nunca hubiera imaginado que permanecería aquí por tan largo período de tiempo.

Llegó a Cinco Palmas el 10 de abril de 1914 y desde allí inició las exploraciones botánicas en toda la geografía de la Isla, pero el énfasis de su investigación fue puesto en la zona este del territorio, advirtiendo en el oriente cubano un especial centro de diversidad vegetal. En abril del año siguiente escaló el Pico Turquino y midió su altura. Se le atribuye la autoría de los nombres de dos cumbres importantes de la Sierra Maestra: el Pico Cuba y el Pico Suecia. Recolectó, entre otras especies, la palma que después sería descrita y conocida popularmente como Jata de Guanabacoa, un endémico que sigue viviendo solamente en esa área del país. Examinó cerca de 500 localidades en suelo cubano, donde coleccionó un total de 19 212 plantas, de las cuales tomaba varios ejemplares por lo que llegó a completar 50 mil. De esta selección fueron descritos por él u otros investigadores 25 géneros nuevos y 1000 especies desconocidas hasta entonces.

El 13 de julio de 1924 llega a Haití y se establece en Port-au-Prince, haciendo recolecciones botánicas en todo el territorio hasta 1928. En territorio dominicano igualmente realizó muchos descubrimientos de especies nuevas de flora y fauna. Con una salud ya muy debilitada, fallece en República Dominicana sin poder haber realizado su proyecto en Brasil.

Desde octubre de 1993, existe en el Jardín Botánico Nacional el “Rincón Ekman”, una pequeña colección de plantas como modesto homenaje a tan destacada personalidad.

Bola de Nieve

Ignacio Jacinto Villa Fernández (Bola de Nieve) / Músico – Cuba

Bola de Nieve

   

   Ignacio Jacinto Villa Fernández (Bola de Nieve)

    Músico

Ignacio Jacinto Villa Fernández (Bola de Nieve)       

(Guanabacoa, La Habana, 11 de septiembre de 1911–Ciudad de México, 21 de octubre de 1971)

Cantante, compositor y pianista cubano de gran fama internacional con amplios reconocimientos por su virtud de combinar la música clásica con la música popular cubana.

En 1923 matriculó en el Conservatorio Mateu y comenzó a estudiar Solfeo y Teoría Musical. Aspiraba, además, a licenciarse en Pedagogía, Filosofía y Letras, pero debido a la crisis económica durante el gobierno de Gerardo Machado abandonó sus estudios para dedicarse a la música y poder sobrevivir. Sus primeras incursiones pianísticas fueron para proyecciones de cine silente y en 1929 se presentó como aficionado en un espectáculo en el Teatro Nacional, en el cual dejó atónitos a sus oyentes por su peculiar manera de interpretación. Sus contratos musicales en el reconocido cabaret La Verbena, de Marianao, y en el Bar Biltmore, del hotel Sevilla, fueron extendiendo su fama. La gran artista cubana Rita Montaner se convirtió en su principal admiradora y lo invitó como acompañante en una gira por México. A ella se le atribuye su apodo de Bola de Nieve.

Triunfó en el Politeama (gran teatro de México) con “Tú no sabe inglé, Vito Manue”, canción basada en un texto del poeta cubano Nicolás Guillen y con música de Eliseo Grenet. Rita y El Bola (como también solía nombrársele) extendieron sus espectáculos a los Estados Unidos en compañía de un gran elenco de reconocidos artistas, entre ellos Pedro Vargas. Ella regresó a Cuba en 1934 pero Bola de Nieve continuó cosechando éxitos fuera de la Isla. El reconocido compositor Ernesto Lecuona también se volvió su fan, y logró persuadirlo para que volviese a Cuba, después de la presentación de ambos en el teatro Máximo, en México). De regreso a la Isla participó en la Compañía Ernesto Lecuona, ejecutando el piano junto a este en distintas salas de concierto, entre ellas el Teatro Principal de la Comedia donde interpretó las piezas “El cabildo de María la O” y “Arrullo de palmas”, ambas de Lecuona con quien viajó en 1936 en una gran gira por toda la América Latina y con posterioridad realizó una gira individual por Perú, Chile y Argentina, que culminó en Buenos Aires, en el teatro de la Avenida. En 1943 se presentó en el Conservatorio Nacional de esa ciudad.

En la década de los cincuenta realizó varias giras por Francia, y se presentó también en varias ciudades italianas. En 1950 comenzó en la cadena de radio cubana CMQ El gran show de Bola de Nieve, en el que cantaba acompañado por una orquesta e invitaba a artistas nacionales e internacionales de renombre. Al margen de las grabaciones en discos de 78 rpm, el primer LP de Bola de Nieve fue uno que se lanzó en 1953 bajo el sello de RCA Víctor Mexicana. En él interpretó composiciones de María Grever, Adolfo Guzmán y suyas.

El triunfo de la revolución cubana en 1959 no fue un freno para las actividades de este genial artista. Continuó dedicándose a su arte y expandiendo la música cubana por el mundo. Su público admirador podía encontrarlo también, a partir de 1965, en el restaurante Monseñor, en el centro de la capital cubana, el que al ser reparado fue rebautizado con el nombre de Chez Bola. Unos días antes de su fallecimiento viajó a México para continuar hacia Perú donde se le preparaba un gran homenaje.

Esbozo de las relaciones Cuba-Rusia desde el siglo XIX hasta la actualidad

Esbozo de las relaciones Cuba-Rusia desde el siglo XIX hasta la actualidad

Esbozo de las relaciones Cuba-Rusia desde el siglo XIX hasta la actualidad

Patricia Andino Díaz

Octubre 23, 2020

 

En fecha tan temprana como 1530 ya se conocía en Rusia el nombre de Cuba, citado por vez primera en un manuscrito del monje Máximo el Greco, que trataba sobre la situación en América luego de la llegada de los colonizadores españoles. No obstante, pasarían más de dos siglos para que llegaran a Cuba los primeros viajeros rusos, a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Estos viajeros eran hombres de letras, marinos, científicos, y dejaron plasmadas sus impresiones sobre el país y su gente en sus relatos de viaje, artículos y libros. Desde aproximaciones poéticas como la de Alexandr Rotchev, quien escribiera que Cuba era “Una isla floreciente en constante primavera sobre la llanura azul del mar…”, hasta los ensayos científicos de Alexandr Lakier o Igor Sivers, este último autor de Cuba, la perla de Las Antillas. Curiosidades de un viaje y de una investigación, una monografía sobre nuestro país, con abundantes datos históricos, geográficos, económicos, culturales y políticos. Anexo al libro, Sivers confeccionó una Bibliografía sobre Cuba que incluía 81 títulos, con trabajos de intelectuales cubanos como Félix Arrate, Ignacio de Urrutia, Fernando Valdés, Francisco de Arango y Parreño o José Antonio Saco.

Por aquella época ya Saco había escrito el libro Historia de la esclavitud, una investigación sobre esta práctica en diversas sociedades. El capítulo 26 estaba dedicado a la Esclavitud y la servidumbre en Rusia, y analizaba el problema del régimen de servidumbre en aquel país.

No obstante, en el siglo XIX el acercamiento a Rusia por parte de los intelectuales cubanos, versó más sobre temas culturales. El periodista y político matancero Martín Morúa Delgado publicó en varios números de Revista Cubana un profundo estudio de la literatura rusa; igualmente investigaron sobre el tema críticos literarios como Enrique José Varona, Manuel Sanguily, José de Armas y Cárdenas y Aurelio Mitjans.

José Martí también discurrió sobre la literatura en ese país, y fue él, según criterio de Julio Le Riverend, quien despertó el interés de la opinión pública cubana hacia las obras de clásicos de la literatura rusa como Pushkin, Gogol, Tolstoi y Dostoievski.

Martí también conocía sobre las artes plásticas rusas, y admiraba la obra del pintor Vasily Vereschaguin, por ello, en 1889 escribió para la prensa argentina un artículo crítico sobre una exhibición de pinturas de Vereschagin en New York. Es interesante que este pintor estuvo en Cuba, en al año 1902, con el propósito de pintar una serie de cuadros sobre la historia de la guerra hispano-cubana-norteamericana.

Precisamente en esta guerra participaron tres jóvenes rusos. Llegaron a Cuba en septiembre de 1896, desde New York, con la expedición del general Rius Rivera. El destacamento se dirigió al campamento de Antonio Maceo, que entonces se encontraba en los remates de Guane, y el 24 de septiembre los voluntarios rusos participaron en su primer combate. Solo lucharían junto a los mambises una vez más, pues uno de ellos resultó herido en combate, otro enfermó de fiebre amarilla y el tercero se quedó a cuidar de ellos. Poco después fueron hechos prisioneros por los españoles, enviados a La Habana y encarcelados en El Morro hasta que fueron entregados al cónsul ruso en La Habana, y luego enviados a New York.

Durante todo el siglo XIX el gobierno ruso apoyó los derechos de España sobre sus colonias americanas. Pero al finalizar la guerra del 95 y convertirse Cuba, en 1902, en una República, el zar Nicolás II, mediante documento oficial, reconoció a la nueva república y abogó por el fortalecimiento de la amistad y la comprensión entre ambos países.

Cuando en 1917 fue derrocado el absolutismo zarista, el gobierno y la clase dominante cubana saludaron como positiva la instauración de la república rusa, pero después de la Revolución de Octubre su posición cambió radicalmente y se rompieron las relaciones diplomáticas hasta los años 40, cuando, gracias al poderoso movimiento de solidaridad con la Unión Soviética desplegado por las masas obreras, campesinas y estudiantiles cubanas, se restablecieron. El nuevo vínculo entre los países fue poco duradero, y en 1947 el gobierno cubano decidió suspender las actividades de su legación en Moscú.

Ese ámbito político de encuentros y desencuentros influyó fuertemente en las relaciones comerciales entre ambos países, por lo que en las dos primeras décadas del siglo XX el intercambio de mercancías entre Cuba y Rusia fue muy pobre, predominando la exportación de productos cubanos. En el período comprendido entre 1902 y 1917 el tabaco fue el producto fundamental de las exportaciones cubanas hacia Rusia, sustituido por el azúcar en la década de 1930, después de la gran crisis económica mundial del 29, y en los años 40, durante la Segunda Guerra Mundial.

De la mano de la crisis y las guerras llegó a Cuba un elevado número de inmigrantes de Europa Oriental que deseaban ir hacia Estados Unidos, entre ellos, muchos judíos rusos. Atrapados en nuestro país, algunos se adaptaron a su vida en Cuba e, incluso, llegaron a tener establecimientos muy exitosos, como la tienda-taller de bolsas y carteras de piel Industrias Tarzán, la tienda de ropa interior de señoras de Isaac Yagodnik, o la fábrica de artículos de ropa para campo, playa y deportes de Gabriel Wainstein. Fuera de La Habana, se conoce que el ruso Aaron Koritzky era director y propietario de un tren funerario en Isla de la Juventud, con oficinas en Nueva Gerona, y es muy conocido el hotel La Rusa, en Baracoa, abierto por una dama de la nobleza rusa: Mima Rubenskaya.

En el ámbito cultural, en la primera mitad del siglo XX fueron numerosos los intelectuales cubanos que escribieron sobre Rusia. En 1905 varios periodistas y escritores alzaron su voz en defensa del escritor ruso Máximo Gorki. En los años 1920 muchos de los integrantes del Grupo Minorista escribieron sobre la Unión Soviética en diarios y revistas, y en 1928 el periodista Sergio Carbó publicó el libro Un viaje a la Rusia Roja, una crónica sobre su visita a Moscú.

En aquellos años también visitaron Cuba varios intelectuales soviéticos. Tal vez uno de los más importantes fue el poeta Vladimir Maiakovski, quien estuvo en Cuba solo un día, en julio de 1925. La visita a la ciudad le inspiró la escritura del poema Black and White, una alegoría burlesca de la lucha de clases en Cuba.

También en la década de 1920 viajó a Cuba el famoso compositor, pianista y director de orquesta Rajmáninov. Llegó a Cuba en 1923 invitado por la Sociedad Cubana Pro-Arte Musical, y ofreció conciertos en el entonces Teatro Nacional. Siete años después, en 1930, actuó en el Teatro Auditorium, en La Habana, Serguéi Prokófiev.

Pero sin dudas, entre los momentos más importantes del intercambio cultural entre Rusia y Cuba, en la primera mitad del siglo XX, destacan las visitas a la Isla de la legendaria bailarina rusa Ana Pavlova. Llegó a La Habana, por primera vez, en 1915, y debutó en el teatro Payret, acompañada por una orquesta cubana. Regresó a Cuba en 1917 y en 1918, y aunque siempre sus mayores actuaciones fueron en La Habana, también se presentó en el Teatro Luisa Martínez Casado, de Cienfuegos; en el Teatro Sauto, de Matanzas; y en el Teatro Oriente, de Santiago de Cuba. En uno de sus viajes Ana conoció personalmente a Ernesto Lecuona, quien le compuso la canción Vals de la mariposa.

Cuba fue el primer país de Latinoamérica donde la Pavlova se presentó, desafortunadamente, aquella era una época en la que en nuestro país el ballet aún no era muy popular, no existían escuelas para su enseñanza y tampoco bailarines clásicos cubanos. No obstante, muchos investigadores de la danza en Cuba consideran que sus presentaciones contribuyeron a sumar el arte del ballet a la cultura nacional.

Otra artista rusa de renombre en nuestro país es Mariana de Gonitch, quien llegó a Cuba en 1940, cuando ya era muy celebrada en Europa. Decidió radicarse en Cuba, y cinco años después, en 1945, creó la Academia de Canto Mariana de Gonitch, para contribuir al desarrollo del canto lírico en Cuba.

Y en el propio año 1945 se fundó en La Habana, precisamente con el propósito de fomentar los vínculos culturales entre ambas naciones, el Instituto de Intercambio Cultural Cubano-Soviético. Su órgano de difusión era la revista Cuba y la URSS, que tenía entre su consejo de redacción a Fernando Ortiz, Emilio Roig, y otros.

Y entre los cubanos que visitaron Rusia, no puede dejar de mencionarse a José Raúl Capablanca. El gran ajedrecista viajó a Rusia, por primera vez, en 1913, invitado a participar en el Torneo Internacional de Ajedrez de Petersburgo. Quedó en segundo lugar y fue proclamado por el Zar Nicolás II como Gran Maestro del Ajedrez.

Capablanca volvió a Rusia en 1925, siendo campeón del mundo, para participar en el I Torneo Internacional de Moscú. Y regresaría en 1935 y en 1936 invitado a otros eventos internacionales. En cada una de sus visitas, recorría distintas ciudades, ofrecía simultáneas de ajedrez, impartía conferencias y escribía artículos.

Luego del triunfo de la Revolución cubana, en 1959, la Unión Soviética fue uno de los primeros estados en reconocer al Gobierno Revolucionario cubano. El 8 de mayo de 1960 se establecieron las relaciones diplomáticas entre Cuba revolucionaria y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Desde entonces, y hasta principios de la década de 1990, se estableció entre ambos países una colaboración integral que abarcó la política, la economía, la esfera militar, la investigación científica, la docencia y la cultura.

Desde el punto de vista de la investigación científica fue de suma importancia el primer vuelo espacial conjunto Cuba-Unión Soviética, para el que colaboraron unos 200 científicos e ingenieros cubanos. La mayor parte de los equipos para los experimentos a ser realizados en el espacio se construyó en Cuba, y finalmente en septiembre de 1980 el cubano Arnaldo Tamayo Méndez se convirtió en el primer latinoamericano en viajar al espacio, y Cuba en el noveno país en tener una representación espacial.

En el ámbito literario fueron numerosas las traducciones, el trabajo conjunto para la creación de antologías, y se creó, en el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, un departamento de literaturas rusa y soviética. Acá se publicaron millones de ejemplares de libros soviéticos, siendo uno de los primeros El tren blindado 14-69. Mientras, en la URSS se editaron colecciones de poesía cubana, la obra de Guillén, se tradujeron y publicaron novelas como El siglo de las luces y El reino de este mundo, de Carpentier; o Bertillón 166, de José Soler Puig. Hoy, aún en muchas casas cubanas se conservan ejemplares de las populares revistas rusas Sputnik, Misha y Novedades de Moscú.

En el campo musical, visitaron Cuba distintos conjuntos de baile, la Orquesta Sinfónica de la Filarmónica de Moscú y orquestas de cámara de las distintas repúblicas que integraban el campo socialista. Por su parte, entre los músicos cubanos que ofrecieron funciones en la URSS destacan Bola de Nieve; Omara Portuondo; Elena Burke; o el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba. El gran pianista y compositor Frank Fernández realizó sus cinco años de estudios superiores en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, y ha actuado como solista, varias veces, con las Orquestas Filarmónica y Sinfónica de Moscú.

En cuanto a la danza, es imposible no hablar de la relación de Alicia Alonso con el ballet ruso. En 1948 Alicia y Fernando Alonso abrieron en Cuba su compañía de ballet profesional, y luego una academia de enseñanza, y en los años 50 marcharon hacia la Unión Soviética para continuar su carrera. Regresaron después del triunfo de la Revolución, y en 1960 quedó organizado el Ballet Nacional de Cuba. Desde entonces obtuvieron un gran triunfo, en la URSS, las giras de esta compañía, y en Cuba, las giras del Ballet del Teatro Bolshoi. Acá bailaron grandes bailarines soviéticos, como la prima ballerina assoluta Maia Plisetskaia y su hermano Azari Plisetski, quien fuera partenaire de Alicia Alonso durante diez años.

Las artes plásticas también tuvieron un papel importante en el intercambio cubano-soviético, y a lo largo de los años se sucedieron numerosas exposiciones de pintura contemporánea y clásica, de cerámica, de artes decorativas y aplicadas, de cartel político. A través del intercambio entre artistas y muestras expositivas, la cultura y la estética soviética influyeron bastante en el lenguaje plástico cubano de los años 70 y 80, y afirman algunos especialistas que la persistencia de una poética de lo ruso en el imaginario creativo de muchos artistas cubanos es innegable.

En cuanto a la cinematografía, el primer filme soviético proyectado en Cuba tras el triunfo de la Revolución fue Cuando vuelan las cigüeñas, del director Mijaíl Kalatózov, que contó con un gran éxito de público. Mientras, en la URSS se proyectaron los mejores filmes y documentales cubanos, entre ellos: La muerte de un burócrata y Memorias del subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea; Lucía y Días de noviembre, de Humberto Solás; El joven Rebelde, de Julio García Espinosa; y otras.

En 1964 se filmó la primera coproducción soviético-cubana, titulada Soy Cuba, una película que, a decir del crítico cinematográfico Luciano Castillo, “posee tal grado de perfección formal que la fotografía aún hoy sorprende a estudiosos y técnicos”.

En cuanto a la arquitectura, al triunfo de la Revolución cubana el estado decidió iniciar inmediatamente acciones constructivas de contenido social, y se realizaron fuertes inversiones en la industria de materiales de la construcción, estableciendo una base material para afrontar el acelerado crecimiento de las obras. Muchas de esas construcciones contaron con asesoramiento, maquinarias, materiales, trabajadores y especialistas soviéticos. Entre las obras más importantes construidas en aquellos años se halla el Puerto Pesquero de La Habana; el Hospital Lenin en Holguín; la Termoeléctrica del Mariel; la Termoeléctrica Renté en Santiago de Cuba; la Refinería de petróleo y la inconclusa Central Electronuclear de Juraguá en Cienfuegos. Pero sin dudas la obra arquitectónica más significativa de las edificadas por los rusos en Cuba es el inmueble principal de su embajada: una torre de hormigón armado y fuerte volumetría que domina el paisaje circundante con su desmesurada altura y que destaca por su estética, para muchos, semejante a un gran robot.

Sumamente importante fue también el intercambio docente entre Cuba y la URSS, y desde principios de los años 1960 miles de estudiantes cubanos partieron hacia las repúblicas socialistas, y a su regreso, ya graduados, se incorporaron a la docencia superior, a la investigación y a la producción.

La mayoría de esos hombres que fueron a estudiar a la Unión Soviética volvieron a la Isla casados con rusas. De este modo, la mayoría de los rusos que hoy vive en Cuba son mujeres, que tuvieron hijos aquí y se han adaptado e integrado a la sociedad cubana. Para esa gran comunidad se decidió levantar en La Habana un templo ortodoxo ruso, que fue consagrado como Catedral en 2008 y está dedicado a la Virgen de Kazán.

En su Centro Cultural se imparten clases de ruso, un idioma que tuvo mucha resonancia en nuestro país en las décadas del 60 y el 70, cuando pasó a formar parte –junto con el inglés– de los planes nacionales de estudio de la enseñanza elemental, media y superior. De la apropiación de ese idioma, el resultado más evidente en la sociedad cubana actual son los nombres de muchas y muchos cubanos, fueran o no descendientes de rusos.

Aun muchas personas rememoran con nostalgia la carne enlatada soviética, conocida popularmente como carne rusa, o las compotas de manzana. Y queda en la memoria habanera el restaurante Moscú. Hoy, resurge el interés por esa gastronomía, y han surgido en La Habana varios restaurantes privados especializados en comida rusa, como Nazdarovie, ubicado en Malecón, y Tabarish, en Miramar.

Por muchos años en los hogares cubanos era habitual encontrar matrioskas de adorno, y electrodomésticos soviéticos, muchos de los cuales, ya expirada su vida útil, se emplean hoy como objetos decorativos de restaurantes-paladares y tiendas particulares de artesanías. Sí perviven en circulación en nuestras calles los Moskvichs, los Ladas y los Volgas; también las motos Ural y los camiones Kamaz, y aún hoy el transporte aéreo es mayoritariamente ruso.

Con mucha menos frecuencia que antes, los niños cubanos todavía ven como parte de la programación televisiva infantil muñequitos soviéticos, y muchos son seguidores de las nuevas aventuras de Masha y el Oso. Y todavía se especula sobre la pérdida del brillante ruso de 25 quilates, supuestamente tomado de una de las coronas del último zar de Rusia, que bajo la cúpula del Capitolio Nacional marcaba el kilómetro cero de la Carretera Nacional.

De esta manera, y pese a la gran distancia geográfica entre Cuba y Rusia, es extensa e intensa la historia conjunta de ambas naciones, que han mantenido, por mucho tiempo, un intercambio cultural, económico y político fructífero.

 

Notas

* Conferencia presentada en el II Coloquio Presencias europeas en Cuba, 2017, del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo.

Patricia Andino Díaz: Licenciada en Historia del Arte y Máster en Gestión y Preservación del Patrimonio Cultural por la Universidad de La Habana. Desde 2007 se desempeña como investigadora en la Empresa RESTAURA, adscrita a la Oficina del Historiador de La Habana. Ha publicado numerosos textos en medios nacionales y extranjeros.

dest Ciudad del Vaticano

Ciudad del Vaticano

Ciudad del Vaticano

Octubre 21, 2020

 

La Ciudad del Vaticano, situada dentro de Roma en Italia, es un microestado soberano europeo, el más pequeño de Europa y, además, la nación más pequeña del mundo. Es el último vestigio de los antiguos Estados Papales.

Tiene una población de alrededor de 900 habitantes y, aun así, es el territorio independiente más urbanizado del mundo, ya que la Basílica y la Plaza de San Pedro ocupan un 22% de su superficie.

Ciudad del Vaticano, popularmente conocida como sinónimo de la Santa Sede, es el estado actual del Papa y de la existencia temporal de la sede del Papa, jefe de la Iglesia Católica en todo el mundo.

Su nombre proviene del Monte Vaticano, pues así se llamaba una de las colinas ubicadas al oeste del río Tíber, opuestas a las siete colinas tradicionales de Roma. En italiano la denominación completa es “Stato della Città del Vaticano”.

Esta ciudad alberga la Santa Sede, máxima institución de la Iglesia Católica, con personalidad jurídica propia, que mantiene relaciones diplomáticas con los países del resto del mundo y en cuyos organismos prestan servicio 2732 personas, de las cuales 761 son eclesiásticos, 334 religiosos y 1637 laicos.

Entre los lugares más relevantes se encuentra la Plaza de San Pedro. Esta es una importante plaza que hace de antesala a la Basílica de San Pedro. Está rodeada por estatuas de 140 santos. En su interior también se puede apreciar un imponente obelisco y dos fuentes a los lados.

La Basílica de San Pedro es una de las más grandes del mundo y es considerada el centro espiritual de la religión católica, pues es ahí donde se encuentra enterrado San Pedro.

Si de sitios importantes se trata no se puede dejar de mencionar la Capilla Sixtina. Este es uno de los más significativos lugares que se encuentran dentro de la Ciudad del Vaticano. Es justamente en ahí donde se celebra el cónclave de los obispos para realizar la elección de un nuevo Papa. Además, cuenta con los impresionantes y mundialmente famosos frescos pintados por Miguel Ángel, de los que destaca el “El Juicio Final”.

Lenin habla de la Revolución de Octubre de 1917. Lenin Museo, Tampere, Finlandia

Triunfo de la Revolución de Octubre

Lenin habla de la Revolución de Octubre de 1917. Lenin Museo, Tampere, Finlandia

La Gran Revolución Rusa de Octubre, de 1917, abrió una nueva era en la historia de la humanidad: la del socialismo como sistema social. Fue conducida por el Partido Bolchevique bajo la dirección de Vladimir I. Lenin. La Revolución proletaria se propuso acabar con la lucha de clases, con un componente ideológico, socialista, comunista y sindicalista en favor de la clase obrera.

Vladimir Ilich Lenin (1870-1924), su figura principal, fue un comunista, filósofo, revolucionario y teórico político ruso. Fue líder del sector bolchevique del partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y se convirtió en el primer y máximo dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en 1922. Sus contribuciones al pensamiento reciben el nombre de leninismo.

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Inicio de las guerras de independencia

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El inicio de las guerras de independencia de Cuba ocurrió el 10 de octubre de 1868 cuando Carlos Manuel de Céspedes reunió en su ingenio Demajagua a más de 500 hombres y le dio lectura al Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba. A partir de ese momento comenzó la Guerra de los Diez Años, también conocida como Guerra Grande, que se extendió de 1868 a 1678, y constituyó la primera de las que se llevaron a cabo contra las fuerzas reales españolas.

Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874) se levantó en armas contra el gobierno español concediéndoles la libertad a sus esclavos e invitándoles a unirse a la lucha anticolonialista. Fue el iniciador del proceso independista cubano. Por su patriotismo y nacionalismo es considerado el Padre de la Patria.