Antonio_Meucci 270

Antonio Meucci / Ingeniero – Italia

Antonio_Meucci 270

   

   Antonio Meucci

    Ingeniero

Antonio Meucci

(Florencia, Italia, 13 de abril de 1808–Nueva York, 18 de octubre de 1889) ​

Ingeniero italiano. Verdadero inventor del telettrófoni, posteriormente bautizado como “teléfono”, entre otras innovaciones técnicas.

Estudió ingeniería química y mecánica en la Academia de Bellas Artes, de Florencia. Hacia 1834 trabajó como mecánico en el Teatro Pérgola de esa ciudad, encargado de diseñar una nueva maquinaria para el cambio de escenarios durante las representaciones. Un tiempo después fue acusado de participar en una conspiración del Movimiento de Unificación Italiana (proceso histórico con el fin de unir a los diversos estados que conformaban la península itálica) e incluso, en 1835, encarcelado tres meses. Al salir de prisión, en compañía de su esposa, Meucci abandona Florencia para emigrar hacia América y su primera estancia fue Cuba.

El ingeniero aceptó un trabajo en el Gran Teatro Tacón, en La Habana y allí perfeccionó un teléfono neumático que había comenzado a crear en el Teatro de la Pérgola, de Florencia. En la Isla gozó de holgura económica, gracias a la cual pudo crear un pequeño laboratorio y comprar numerosos libros de estudio. A partir de esa etapa creó una pequeña empresa de galvanostegia, técnica para la degradación de metales mediante electricidad. Esta iniciativa le reportó una pequeña fortuna y cierta notoriedad en La Habana. Seguía, al mismo tiempo, con sus experimentos e investigaciones. Se interesó por la electroterapia, llegando incluso a realizar tratamientos a enfermos reumáticos. En 1849, en el curso de uno de estos tratamientos, practicó unos experimentos de audición con un paciente que fueron el origen del surgimiento del teléfono.

En febrero de 1850 el Teatro Tacón sufrió un incendio que lo destruyó totalmente. El empresario partió con su compañía hacia Nueva York y Meucci los acompañó, junto con su esposa. En 1854 construyó un teléfono para comunicar su estudio, en planta baja, con el dormitorio pues su esposa se encontraba paralizada por el reumatismo. Para ese entonces su situación financiera era muy delicada y carecía del dinero suficiente para patentar su invento, aunque sí patentó otros que él creía más redituables, como un filtro económico para la depuración del agua y el uso de la parafina en la fabricación de velas (que hasta ese momento se fabricaban con grasa de animales, muy contaminantes y sucias).

Aunque dio a conocer la patente del teléfono, en 1860, no pudo oficializarla y fue víctima de robos y prevaricación, a pesar de entrevistas, demandas y gestiones en las cuales se vio inmerso. No perdió sus ganas de producir a gran escala, con este fin se entrevistó varias veces con un empresario norteamericano, a quien le entregó los planos de su artefacto, pero siempre puso frenos para una entrevista hasta que finalmente le negó la producción del teléfono pues, supuestamente, no era lo que ellos estaban buscando. Sin embargo, años más tarde, en 1876, Alexander Graham Bell registró una patente que realmente no describía el teléfono, pero lo mencionaba como tal. Meucci emprendió un proceso legal para conseguir finalmente la patente y para desmentir al empresario, pero el proceso, tras tropiezos legales, terminó cerrándose en 1889 debido a la muerte de Meucci, quien pobre y amargado jamás vio la gloria y el reconocimiento de su talento. El 11 de junio de 2002, el Boletín Oficial de los Estados Unidos publicó una honra a la vida y el trabajo del inventor.  En la misma se reconoce que fue Antonio Meucci el inventor del teléfono en lugar de Alexander Graham Bell.

Comments are closed.