Un dado es una pieza poliédrica, preparada para mostrar un resultado aleatorio cuando es lanzado sobre una superficie horizontal, desde la mano o mediante un cubilete, y que sirve para varios juegos de fortuna o de azar. Pueden ser fabricados en marfil, hueso, ágata, bronce, vidrio y plástico.
En dependencia de su uso, el tamaño y la forma son variables, y las caras pueden tener tanto números como figuras. Mientras los comunes poseen forma de cubos pequeños y sus caras están numeradas del 1 al 6; los que se emplean con fines adivinatorios y para otras prácticas ocultas, tienen forma de rodillos o trompos de 6 hasta 20 caras.
Su origen es bastante confuso; de hecho, hay quien sitúa su origen en Egipto; otros en Corea. En Grecia y en Roma aparece como un motivo frecuente en las pinturas, o bien en las excavaciones arqueológicas. Entre los griegos era un pasatiempo de las clases altas, pero en Roma su extensión fue mucho mayor. El dado más antiguo descubierto hasta ahora tiene nada menos que unos 5 000 años de antigüedad. Fue descubierto en Persia, hoy Irán, y estaba fabricado de hueso.
Los dados llegan a Cuba desde Europa y existen fuentes documentales que atestiguan su venta en los comercios habaneros a principios del siglo XIX. Un conjunto de dados fechados entre 1750 y 1800 fueron hallados en el Castillo de La Real Fuerza, donde apareció uno en proceso de fabricación, que pudiera ser un indicativo de la elaboración de los mismos por la guarnición del castillo.