Hasta el año 1492, las diferentes culturas tanto europeas como americanas tenían su propia concepción del mundo, en relación con sus respectivas cosmovisiones, las cuales son resumidas y presentadas en la sala Visión del Mundo.

Los griegos de la Antigüedad concibieron la Tierra como un disco plano, cuyo centro era Grecia y estaba limitada por el mar Mediterráneo. Para la cultura maya, en cambio, la Tierra era rectangular y plana, con un árbol en el centro que sostenía trece cielos y debajo, en sus raíces, el inframundo. El acentuado conocimiento de la astronomía que tuvieron les llevó a insertar la circunferencia en su concepción. La hipótesis de la Tierra plana encerraba dificultades filosóficas y prácticas muy serias; sin embargo, no fue hasta la primera circunnavegación terrestre (1519-1550), realizada por Fernando Magallanes Y Juan Sebastián Elcano, que se probó la esfericidad de nuestro planeta.

A finales del siglo XV existió un gran interés en hallar una ruta marítima hacia la India. Con la ambición de establecer un trayecto seguro que favoreciera el comercio, los portugueses habían realizado varias expediciones a lo largo de las costas de África Occidental. Para entonces, la hipótesis de una nueva ruta para llegar a Asia se planteaba como posible. Se suponía que, si se navegaba hacia el oeste, el viaje hacia las Indias sería más corto. Esa fue la propuesta de Cristóbal Colón a los reyes católicos, Isabel I de Catilla y Fernando II de Aragón y, gracias al consentimiento de estos, el marino -cuya procedencia aun es motivo de discordia entre los historiadores- emprendió una osada travesía que estremeció el orden mundial.

Pero si trascendentales son las idas, igual de importantes son los regresos, puesto que a través de estos se puede dar fe del conocimiento adquirido. En un octubre sin huracanes, se produjo el encuentro entre las culturas nativas de América y las europeas, y a partir de ese momento recíprocamente se hallaron y entrechocaron.