Los valores culturales del patrimonio bibliográfico cubano y su devenir histórico vinculado a Europa, constituyen los temas centrales de la sala. No se cuenta con ejemplares en soporte de papel ni con originales de valor patrimonial, sino que se emplean sus representaciones digitales. Integradas a la panelería se encuentran cuatro pantallas táctiles que contienen libros digitales y una multimedia que complementan la información gráfica y textual. Además, el espacio está dotado con dispositivos de uso personal que almacenan una colección de libros, periódicos y revistas cumbres del patrimonio bibliográfico cubano y de exponentes europeos trascendentes por su interrelación con la Isla. Los usuarios pueden consultarlos y los que así lo desean llevárselos a casa, luego de transferirlos a sus propios equipos. También, por medio de un audiovisual, se ofrece una mirada a lo que representa en la actualidad y para nuestra historia la lectura de tabaquería, práctica única en todo el mundo, declarada en 2012 Patrimonio Inmaterial de la Nación, y a la que José Martí denominó tribuna avanzada de la libertad.

En la sala se identifican los hitos más sobresalientes. Se destaca la llegada de la imprenta a La Habana en 1720, las sucesivas modernizaciones tecnológicas, el establecimiento de los primeros talleres de impresión en las provincias, la industria editorial tras el triunfo de la Revolución, los libros y publicaciones periódicas editadas en Cuba que marcan decisivos momentos de nuestra producción literaria y de la vida cultural de la Nación, y las figuras europeas y cubanas que se destacan en este ámbito, entre las que se menciona a la familia habanera Boloña, artífices de las primeras publicaciones realizadas a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

En un futuro una imprenta de tipos móviles podrá ser utilizada por los visitantes, quienes a partir de los tipos creados por la familia Boloña, tratarán de reproducir con las técnicas antiguas la primera página de algunas de las más destacadas obras literarias universales y cubanas.

Con la apertura de esta sala, el Centro Histórico dedica un ámbito expositivo al libro, una esfera cuyos valores no suelen ser apreciados en la misma medida en que sí lo son el patrimonio natural o el arquitectónico, que gozan de mayor visibilidad.