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Francia

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Diciembre 2, 2020

 

Francia es un país soberano miembro de la Unión Europea y su lengua oficial es el francés, pero también se hablan otros idiomas como el occitano, provenzal, gascón, corso, catalán y euskera.  

La cultura francesa se caracteriza por su historia y por su diversidad. Su influencia ha forjado muchas expresiones tanto culturales como políticas en Europa y en el mundo entero. Además, tiene destacados aportes a la Humanidad en los campos de las ciencias, las letras, el arte y demás saberes.

Francia hereda todavía hoy en día la reputación de ser un país fundador en términos de protocolo y buenos modales. Tiene valiosas tradiciones, entre ellas la gastronomía, en la que destacan sus quesos y vinos, al igual que la alta costura y algunas otras tradiciones relacionadas con el lujo y el prestigio.

“Liberté, égalité, fraternité” (libertad, igualdad y fraternidad) es el lema por excelencia de Francia y se escuchó por primera vez durante la Revolución Francesa (1789-1799). Hoy en día aparece en monedas y sellos.

La Torre Eiffel es el símbolo más icónico de Francia y fue construida para la Exposición Universal de 1889 celebrada en París. Con sus 300 metros de altura, fue el edificio más alto del mundo desde su construcción hasta 1930, año en el que el Edificio Chrysler de Nueva York le arrebató el puesto.

Otro importante monumento es el edificio que alberga el Museo del Louvre, que otrora fuese el castillo del Louvre (siglo XII), luego reconvertido en Palacio Real. Este es el museo nacional de Francia y sus extensas colecciones son el resultado del coleccionismo desarrollado por la monarquía francesa a lo largo de varios siglos, al que se sumó el esfuerzo de varias personalidades de La Ilustración, la labor desamortizadora de la Revolución francesa, las victorias militares durante las guerras napoleónicas, y las campañas arqueológicas y compras impulsadas durante el siglo XIX. En su interior se exponen unas 487.000 obras, de las cuales 7.000 son pinturas, y unos 380.000 objetos y antigüedades. El Louvre es el museo de arte más visitado del mundo, ​ famoso por sus obras maestras, especialmente la pintura renacentista conocida como La Gioconda de Leonardo da Vinci.

La gastronomía de Francia es considerada una de las más importantes del mundo. Está caracterizada por su variedad, fruto de la diversidad regional francesa, tanto cultural como de materias primas, pero también por su refinamiento. Su influencia se deja sentir en casi todas las gastronomías del mundo occidental, que han ido incorporando a sus bases conocimientos técnicos de la cocina francesa. Por ello, fue catalogada como patrimonio inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

dest Las rondallas en Cuba

Las rondallas en Cuba. Historia, cultura y tradición

Las rondallas en Cuba

Marcos Fidel Prieto Prawl y Marcos Antonio Santana Hernández

Noviembre 27, 2020

 

Introducción

La fusión cultural de la que fue partícipe la Isla de Cuba, durante más de cuatro siglos, trajo consigo el florecimiento de nuevas tradiciones en disímiles territorios del país, que sirvieron de abrigo para los emigrantes españoles y ofrecieron a sus descendientes un variado e innegable legado. Dada la masividad de los viajes, su presencia en el territorio caribeño se hizo profusa, ayudando a forjar la identidad del criollo, principalmente en el sector rural. Actualmente hallamos sus huellas no solo en el lenguaje y el modo de ser del cubano, sino en su música, sus bailes, su literatura, su arquitectura, sus tradiciones religiosas, costumbres alimenticias y demás ramas de la sociedad. También en países como Venezuela, Uruguay y Puerto Rico la emigración Canarias se destacó en igual sentido.

En nuestro país se comenzó a gestar un movimiento musical canario muy fuerte, principalmente en las provincias centrales y occidentales del país que fue donde más se asentaron los canarios traídos a Cuba. Este movimiento se destacó por la presencia de agrupaciones danzarias y musicales que defendían una tradición, las cuales poseían diferentes formatos según la manifestación artística; en el caso de la música el formato era la rondalla.

El término “rondalla” se utiliza para nombrar agrupaciones musicales formadas por un coro masculino o mixto y un conjunto denominado de pulso y púa, que se compone de guitarras, laúdes, bandurrias, mandolinas y otros instrumentos de cuerdas. Además, en este formato se incluyen instrumentos típicos de percusión traídos de Canarias como el timple, el tambor gomero, la caña, y algunos aerófonos.   

Por lo antes plateando el objetivo de este trabajo es investigar qué importancia han tenido las rondallas como fenómeno cultural en la comunidad de hispanos en Cuba, su impacto en la sociedad y su aporte patrimonial a nuestro país.

 

Desarrollo

Los primeros habitantes de las islas afortunadas que llegaron a Cuba, vinieron en los viajes de Cristóbal Colón, los cuales participaron en las acciones de la conquista y posterior colonización de la isla caribeña. De este modo se iniciaba un fenómeno migratorio de casi cinco siglos. Los motivos para que hombres y mujeres abandonaran su querida tierra fueron múltiples, ya sea por las precarias condiciones económicas o por los conflictos bélicos en los que se veía envuelta España, producto a los cuales los jóvenes canarios eran arrancados de sus hogares y obligados a partir a la guerra.

Este acontecimiento de emigración-inmigración alcanza su clímax en el período de la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX.

Se plantea que en el período comprendido entre 1835 y 1850 arribaron a las costas cubanas cerca de 16 300 canarios. En un cuadro estadístico realizado en 1846, a cargo del Capitán General Leopoldo O´Donnell, se afirma que por esta fecha existían en Cuban 27 251 personas provenientes de Canarias. En la segunda mitad del siglo XIX se registran datos de alrededor 30 000 canarios, lo que suponía en aquel momento casi la mitad de la población de esa colonia.

Festividades que sirvieron al contexto de la práctica musical y danzaria de origen canario en Cuba

A principios del siglo XX, el poblado de Pozas, ubicado en el centro del país, en el municipio de Cabaiguán, consistía en casitas muy pobres alrededor de un viejo fortín español y unos cientos de caballerías de terreno casi virgen. Cuando se inaugura, en 1902, el Ferrocarril Central, el cual tenía estación en el centro del poblado, la vida del lugar se tornó diferente. En este período las tierras comienzan a llenarse de agricultores, generalmente canarios.

El paisaje rural se fue transformando con el impulso de la multitud, de esta forma aparecieron la sitiería, con sus casitas con techo de guano, los rústicos vegueríos y otros sembrados de alimentos. Entre las tradiciones traídas por los isleños como comienza a ponerse de manifiesto en actos festivos y conmemorativos aparecen la música y la danza. Un ejemplo muy conocido es la fiesta patronal dedicada a la virgen de la Candelaria, celebrada el 2 de febrero en varias de las provincias del país. La ocasión cuenta con la presentación del tradicional Baile Canario de la Lanza o Danza de las Cintas como también se le conoce en Tenerife desde mediados del XVIII hasta la fecha.

En otros poblados se realizaban también parrandas, inspiradas en las Fiestas Lustrales palmeras, en la Bajada de la Virgen de las Nieves, y en las calles se presenciaban cabezones, muñecos enormes dentro de los cuales se introducían personas para darles vida y danzar, réplica sin dudas de los cabezudos o papahuevos de las fiestas canarias.

Se ha comprobado que desde 1907 se celebran en los campos cubanos estas fiestas y no contaban con elementos religiosos, sino que se comportaba como un verdadero acontecimiento cultural y recreativo. En medio de esta festividad se realizaba también un certamen de belleza femenina que más tarde se convierte en La Reina del Tabaco.

En este contexto llegan a la zona de Pozas dos inmigrantes canarios José Garcés Hernández y Juan “Chimijo”, creando el primero, en 1929, el grupo musical, y el segundo, en 1933, el formato danzario. Garcés, era natural de Los Realejos, en Tenerife, donde había nacido el 15 de julio de 1902; llegó a Cuba en 1922 y estuvo solo quince días en Pinar del Río, pues tenía familia en Las Villas, hasta que vino para Cabaiguán en 1924 radicándose finalmente en Pozas.

Entre las celebraciones que mantiene un lugar significativo en Cabaiguán desarrolladas por estos dos inmigrantes canarios y sus familiares, está la Fiesta de la Cruz, el 3 de mayo, celebrada desde entonces hasta la actualidad en esta zona.[1]

Estas festividades son celebradas en Cuba desde la segunda mitad del siglo XIX, en muchos asentamientos canarios, con una particularidad diferente en cada territorio. Sin embargo, era un elemento común la presencia central de la cruz, la cual era adornada con prendas, flores y otros objetos, realizándose en muchas ocasiones singulares competencias entre territorios, casas o personas.

De esta misma forma, en el resto del país muchos emigrantes isleños se reunían en las tardes después del trabajo, para cantar y bailar la música del terruño que tanto añoraban. Desde aquel entonces esta tradición se ha mantenido de generación en generación en agrupaciones como: Danza Isleña de Pozas, agrupación centenaria de Cabaiguán, provincia de Santi Spíritus; Rumores del Teide en Villa Clara; Los Magos en Chambas, provincia de Ciego de Ávila; Canarios de Pinar en Pinar del Río, Pueblo Isleño también en Santi Spíritus; Grupo de Danza Tamarco en La Habana y Rondalla Típica Cubana; entre otros.

Origen y evolución de la Rondalla Típica Cubana

La creación de la agrupación Islas Canarias tuvo lugar en la segunda quincena del año 2002, en uno de los salones de la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera. La sociedad comenzó a radicar en el edificio de la calle Monserrate No. 258, entre las calles Neptuno y Ánimas en 1992. En 1998, nace un cuerpo de baile, a iniciativa del ya fallecido presidente Carmelo González Acosta, dirigido por la profesora Belinda Crespo, que llevaría el nombre de Tamarco.

Con el tiempo la sociedad se sumergió en un proceso de crecimiento desde todos los puntos de vista. En aras de lograr un mejor espectáculo folklórico donde hubiera mayor participación de los jóvenes descendientes y los socios culturales surge la idea de fundar un grupo musical que junto al cuerpo de baile, que cumpliese uno de los formatos más tradicionales de las Hespérides: una rondalla, que llevaría por nombre Rondalla Típica Cubana.

Muchos fueron los jóvenes que se sintieron atraídos por los aires que envolvían a la Sociedad Canaria. Asociados, descendientes y no descendientes se vincularon de una forma u otra con la creación de la Rondalla. En su mayoría eran aficionados, con poco o ningún conocimiento de la música, sin embargo, otros, ya estaban instruyéndose sobre el tema e, incluso, se estaba graduando del nivel elemental y medio en música. La Academia de Etnografía y Tradiciones Canarias en Cuba representaría un paso de avance en la preparación cultural de todos los alumnos que pertenecían a las diferentes especialidades. Además, esta recibió el apoyo del gobierno de canarias quien ha enviado durante más de 20 años diferentes profesores y agrupaciones del folklor canario.

Los integrantes en su paso por la Academia han aprendido desde pequeños a interpretar los instrumentos típicos canarios y cubanos (de la tradición campesina); entre ellos la bandurria, el laúd, instrumentos de percusión menor y el timple que alcanzara gran popularidad entre los muchachos, debido a su tamaño y a su timbre característico. Otro aspecto importante ha sido la preparación vocal con una técnica de canto que se mezcla entre lo lírico y lo popular, muy característicos de los cantadores de las islas, que le dan un toque especial a la música cubana por la amplia gama de géneros que puede abarcar este tipo de técnica vocal.

Conclusiones

Toda esta actividad ha generado durante todos esos años ponencias muy interesantes de diferentes autores de todo el país y que sin duda han nutrido a la biblioteca de la Asociación Canaria y han servido de herramienta a los profesores para las clases de la Academia de Etnografía y Tradiciones Canarias en Cuba.

Esta investigación pertenece actualmente al catálogo de investigaciones de la música tradicional cubana del CIDMUC (Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana). Forma parte de la historia, cultura y tradición de nuestro país, que juega un papel importante en la identidad del cubano, convirtiendo esta tradición en patrimonio nacional de nuestra nación.

Las rondallas en Cuba son y serán una tradición que, mientras existan descendientes o no descendientes apasionados por el arte traído de estas lejanas tierras, nunca morirá. Siempre existirán personas como los que hoy integran la Rondalla Típica Cubana que defenderán sus raíces y sobre todo pondrán en alto el nombre de la cultura de nuestro país que es tan diversa y rica en todos sus sentidos.

 

Notas

* Conferencia presentada en el III Coloquio Presencias europeas en Cuba, 2019, del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo.

[1] Su antecedente se localiza entre las festividades más antiguas de la Villa de Los Realejos, Tenerife, donde aparece la Invención de la Santa Cruz, mandada a celebrar por el Obispo Don Diego de Muros, tras darse por finalizada la conquista de la Isla de Tenerife (1496).

Marcos Fidel Prieto Prawl. Licenciado en Música, Master en Musicología y Composición del Instituto Superior de Arte (ISA). Ha recibido diplomados pre-doctorales de Patrimonio Musical Hispano-cubano en el Colegio Universitario de San Gerónimo de la Habana, impartidos por la Dra. Miriam Escudero. Profesor de Música y director de la Rondalla Típica Cubana de la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera (2004 hasta la fecha). Pertenece al CIDMUC (Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana). Durante 2 años integró el Coro Polifónico de La Habana como tenor segundo, bajo la dirección de Carmen Collado. Actuó junto a agrupaciones corales nacionales e internacionales en los Festivales de coro: América Canta, Coro Habana, Festival de coros de Santiago de Cuba bajo la dirección de Electo Silva, Digna Guerra, Carmen Collado y Alina Orraca. Ha compartido escenario con músicos prestigiosos y grupos nacionales e internacionales como: TZASIRAXIS, Los Gofiones, Los Cesteros, La Parranda de Teror, Bentahot, El Carnaval de Tenerife, el Ballet Español de Cuba, Benito Cabrera, la Orquesta del ICRT, Frank Fernández, Cintio Vitier, Omara Portuondo, Chucho Valdés, Guido López Gavilán, Roberto Valera, Víctor Pelegrini, Luis Manuel Molina, Trío Amanecer, Efraín Amador, Erdwin Bichot, compañía “Ballet Español de Cuba” dirigido por Eduardo Veitía en 2016. Gran Teatro de la Habana Alicia Alonzo, Pancho Amat y el Cabildo del Son y la Orquesta sinfónica de la ENA.

Marcos Antonio Santana Hernández. Ha participado en diversos eventos nacionales e internacionales presentando trabajos investigativos como: La música en la enseñanza de la Geografía. Es integrante de la Rondalla Típica Cubana como solista vocal e instrumentista de percusión menor cubana y canaria. Ha recibido cursos de canto, locución y otras manifestaciones como integrante de la Academia de Etnografía y Tradiciones Canarias, la que integra desde el año 2010. Participó en el Concurso “La Nueva Voz” en su 8va edición 2014, obteniendo mención especial y varios premios colaterales, compartiendo escenario con Waldo Mendoza y Farah María. Participó en el Concurso Festival Cubano Canario de la Décima “Indio Naborí” en su edición 2015 con los jueces María Victoria Rodríguez, Luis Paz Esquivel “Papillo” y Edwin Bicho, obteniendo el Primer Premio y el Premio de la Popularidad. Participó en los festivales de artistas aficionados de la FEU a nivel de Universidad y a nivel provincial, obteniendo en ambos concursos premio de oro en la categoría de solista y dúo (2017 y 2018). Colaboró en la grabación del nuevo disco de la cantante María Victoria Rodríguez, grabando los coros y un dúo con dicha cantante titulado “Bajo un palmar”, en agosto del 2018.

Hungría

Hungría

Hungría

Noviembre 26, 2020

 

Hungría es uno de los veintisiete estados soberanos que forman la Unión Europea y su capital y mayor ciudad es Budapest. Su idioma oficial es el húngaro, también conocido como magiar, que pertenece al grupo ugrofinés y que además es la lengua no indoeuropea con más hablantes de toda Europa.

Después del paso por el territorio de pueblos como los celtas, los romanos, los hunos, los eslavos, los gépidos y los ávaros, el gran príncipe Árpád fundó Hungría en el siglo IX. El Reino de Hungría existió durante cinco siglos y en algunos momentos de su historia llegó a ser uno de los centros culturales del mundo occidental. ​

Tras la derrota magiar en la batalla de Mohács ante los otomanos, gran parte de Hungría integró el imperio otomano durante 150 años (1541-1699). Después, Hungría se integró en los dominios de los Habsburgo y más tarde formó parte del Imperio austríaco, dentro del cual obtuvo autonomía desde 1867 como parte constituyente de la Doble Monarquía del Imperio austrohúngaro.

Hungría como parte este Imperio se desarrolló hasta alcanzar el estatus de potencia regional hasta el final de la Primera Guerra Mundial, cuando la derrota llevó a la firma del Tratado de Trianon que le supuso la pérdida de más de dos tercios de su territorio.

Desde 1989 Hungría es una república parlamentaria y se la considera un país desarrollado. Es un destino turístico importante, pues atrae a más de diez millones de visitantes todos los años. ​ El país cuenta con el mayor sistema de cuevas de aguas termales del mundo, el mayor lago de Centroeuropa, el lago Balatón, y las mayores praderas naturales del viejo continente, en Hortobágy.

Su paisaje urbano tiene sitios icónicos arquitectónicos desde la medieval Castle Hill de Buda y los grandes edificios neoclásicos a lo largo de Pest’s Andrássy Avenue hasta el Puente de las Cadenas del siglo XIX. La influencia turca y romana en la cultura húngara incluye la popularidad de los spas minerales, incluido el lago termal Héviz que es el lago termal más grande y profundo de Europa con 38 metros de profundidad

De este interesante país provienen invenciones como el Cubo de Rubik (del escultor y profesor Erno Rubik) y el bolígrafo, patentado en 1938 por el periodista László Bíró.

También posee la Sinagoga de la Calle Dohány, que, con 3000 asientos, es la más grande de Europa y Asia y está declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

dest Agua de colonia

Agua de colonia

Agua de colonia

El Agua de colonia, a pesar de llevar el nombre de la ciudad alemana donde nació en 1709, es una creación del perfumista italiano Giovanni Maria Farina, allí instalado. Es una de las fragancias más antiguas producidas en el mundo. Se compone de aceites cítricos de limón, naranja, mandarina, bergamota, lima, pomelo y neori. Además, puede contener aceites de lavanda, romero, jazmín y petitgrain.

Desde su creación, la singularidad del Agua de colonia fue un éxito rotundo en toda Europa, a pesar de su alto precio. Se convirtió en la fragancia de casi todas las casas reales europeas y en el siglo XIX fue muy popular dentro de la aristocracia.

Toda esta fama provocó innumerables plagios, convirtiendo a la colonia en un genérico empleado para denominar cualquier fragancia cuyas concentraciones sea entre el 2% y el 6% de la esencia. Dentro de los clientes notables de la Casa Farina se encontraron Goethe, Alexander von Humboldt, Voltaire, Mozart, Napoleón Bonaparte, Oscar Wilde, la Reina Victoria de Gran Bretaña y Thomas Mann. El famoso artesano abrió su casa de perfumes en 1709 en la localidad de Obenmarspforten, y en la actualidad es la fábrica de perfumes más antigua del mundo.

En 1992 la ciudad de Colonia erigió una estatua con su imagen sobre la Torre del Ayuntamiento, haciendo honores al hombre que inmortalizó el territorio por sus aromas.

 

dest Conferencia Magistral de apertura del II Coloquio Presencias europeas en Cuba, 2018

Conferencia Magistral de apertura del II Coloquio Presencias europeas en Cuba, 2018

Conferencia Magistral de apertura del II Coloquio Presencias europeas en Cuba, 2018

Eusebio Leal Spengler

Noviembre 20, 2020

 

Con mucho placer inauguramos este II Coloquio de las Presencias europeas en Cuba: Personalidades europeas en Cuba. Sobre este tema van a dilucidar y a debatir las conferencias que han de celebrarse en esta ocasión tan importante. Me alegro de verlos reunidos y me alegro de que el Palacio del Segundo Cabo cumpla el cometido para el cual fue diseñado, como centro de interpretación de relaciones mutuas. Me alegro muchísimo de que esa vocación sea subrayada cada día con nuevas iniciativas, que van desde la búsqueda de una señal evidente del arte o la cultura de los países que integran la Unión [Unión Europea] en el Palacio, para que sientan una identificación con él, y se vean en él representados. También, en la necesaria difusión del pensamiento y conocimiento en todas las ramas de las ciencias del saber, de la vida cultural en términos generales y, en este caso, abordando a importantísimas personalidades, muchas de las cuales pasan como en puntillas a esta altura de la historia y es como si volver a encontrarlas resultase un descubrimiento.

¿Qué podemos decir cuando hablamos de los temas históricos y hacemos suposiciones de lo que pudo pasar, de lo que fue, pudo ser posible y no fue? Con esto me refiero a que en 1992 se produjo un debate grande en todo el continente americano sobre cómo debíamos abordar el tema del “descubrimiento” de América. En Cuba, el Dr. Antonio Núñez Jiménez trató de hallar una fórmula: el descubrimiento o el encuentro reciproco entre las culturas del nuevo y el viejo mundo.

En realidad, América era nueva para Europa, vieja para sí misma. No sabemos en realidad si existió alguna vez un concepto sobre todo el continente como un conjunto geográfico, etnológico, cultural y político. Lo cierto es que, grandes civilizaciones habitaron en esta parte del mundo y, como todo lo que suele compararse, resulta equívoco a los ojos del investigador este tipo de comparación. Se trata de decir que una parte, quiere decir Europa, personificada y representada, en nuestro caso, por la figura del almirante Cristóbal Colón, era el proceso civilizatorio, y que del lado de acá se encontraba la barbarie.

Hace unas pocas horas se acaba de hacer un descubrimiento importantísimo gracias a la tecnología y es que, sin tocar los grandes bosques centroamericanos, se ha podido realizar una imagen de las grandes ciudades mayas que permanecen más allá de las pirámides, los observatorios y caminos ya descubiertos, y hablan de que las hipótesis anteriores sobre la densidad poblacional, por ejemplo, se derrumban ante la existencia de un vaso comunicante entre lo que fueron consideradas ciudades estados que se derrumbaron por una causa, todavía hoy, digna de todo tipo de especulaciones, aproximadamente en el siglo X de nuestra era, y que ya eran arqueología y antigüedad cuando fueron, por vez primera, avizoradas por los hombres de Europa.

Cuando Cortés llegó a México procedente de Cuba, todo esto ocurre en el año 1519, se sorprende por venir de Italia y haber estado en las grandes campañas militares del gran capitán Gonzalo Fernández de Córdova, de que le resultaba familiar la civilización que estaba levantada sobre el lago de Tenochtitlán, con calzadas, con sus palacios, con sus templos, aunque absolutamente diferentes, al mundo que ellos recordaban. Cuando otro ve sobre el lago venezolano actual un palafito, le llaman a aquel palafito una Venezuela, quiere decir, una especie de Venecia.

Continuamente la memoria de Europa venía sobre lo que aparecía ante nosotros. Quizás el diario de Colón sea el libro obligatorio de lectura, porque en el diario se suceden las comparaciones. Por ejemplo, al llegar frente a la costa atlántica de Holguín, dice y razona casi poéticamente “margaritas y bledos como en Andalucía en verano”. O le recuerda la Peña de los enamorados aquel largo montículo que trae a su memoria lo que venía de España del sur.

Para los españoles que llegaron posterior a aquel grupo inicial, la visión de España debía repetirse a partir de su propia memoria cultural, sentimental, culta, y construyeron una nueva España, una Castilla del oro, una nueva Galicia, por ejemplo, una nueva Granada, tratando de reproducir ese mundo. Hasta cierto punto, ese mundo, que era también profundamente mestizo de culturas y civilizaciones, todo lo que coincidió en el Mediterráneo volvía ahora a aparecer ante ellos en la forma de pueblo nuevos.

¿Qué habría ocurrido de haber sido a la inversa? ¿Qué habría ocurrido de no haber ocurrido? ¿Cuál habría sido el desarrollo de los pueblos y las civilizaciones que habían alcanzado en el mundo azteca, en el mundo peruano, un grado de concentración de poder, en que las pequeñas civilizaciones y culturas que formaron ambas latitudes del continente, habíase ya formulado como estados en un periodo de desarrollo superior? Sin embargo, pesa sobre esto grandes incógnitas. ¿Por qué no la rueda, por ejemplo? No que no había un animal capaz de hacer tracción del carro, sin embargo, en China, todavía hoy, se lleva el carro por una persona que lo arrastra. ¿Por qué no la rueda? ¿Por qué no una formulación idiomática escrita, en el caso del Perú? ¿Por qué solamente el enigma de los pequeños cardones anudados con los cuales se pueden realizar las cuentas, como en el ábaco oriental? ¿Por qué no otras expresiones que permitieron se convirtieran en los jinetes del Apocalipsis el caballo, el acero, la rueda y la pólvora, por ejemplo, que son los elementos dominantes?

Sin embargo, en ese intercambio necesario surgieron también deslumbramientos. El deslumbramiento ante un tubérculo de los Andes, la papa, que se lograba deshidratar, aprovechando las intemperancias del clima andino y que conquistó a Europa. ¿Por qué el maíz, llamado equívocamente el grano turco, se convirtió en determinante para la alimentación de las personas y del ganado? ¿Qué pasaría hoy en Bélgica, en Alemania, en Suiza, sin aquellas pequeñas semillas encontradas en el mercado de Tenochtitlán como moneda de cambio: el cacao? ¿Qué pasaría en Italia para hacer la piza, sin el tomate centroamericano, llamado allá pomodoro? ¿Qué pasaría y qué sería de nosotros sin el buey y la vaca, sin la gallina díscola, sin la insaciable cabra y la oveja, que modificaron todo el panorama económico hasta ese momento sostenible? ¿Qué ocurrió con el intercambio de enfermedades? Todavía hoy se discute la procedencia de algunas.

Entonces, el intercambio fue diverso. Por amor o por la fuerza surgió un mestizaje. Primero por la ausencia de la mujer en la conquista, mayoritariamente; y segundo, por la pasión despertada por una nueva forma de belleza, absolutamente diferente. De otra manera no se puede concebir el amor de Cortés por la que fue llamada Doña Marina, y “Malinche” para los que consideran de su relación con él una traición. Sin embargo, José Martí señala que, con Martín Cortés, hijo de ambos, le nació al conquistador en América el primer rebelde.

¿O, qué pensar de la odisea en el Marañón de Lope de Aguirre? ¿Qué pensar de aquella primera República imaginaria proclamada en ese intento descabellado de crear, en ese ámbito tan extraño y tan ajeno? Se han hecho películas, novelas; hasta el gran escritor venezolano Miguel Otero Silva ha escrito una obra memorable, por solo citar una, sobre la locura de Lope de Aguirre.

Conquistadores y predicadores que comenzaron a ver el surgimiento de una nueva situación bajo un cielo nuevo y una tierra nueva: una nueva teología. Era necesario una adecuación y esa adecuación surgió de la fantasía o de la imaginación, o de una revelación divina. De esa manera, la Virgen de Guadalupe de extremeña se convirtió en aquella que, ya de antigüedad sobre ese cerro, veneraban los antiguos como una deidad en forma de mujer. Se convirtió en la aparecida en las tierras de Portugal, después del Tratado de Tordesillas y Alcobendas que dividió el mundo a partir de que el Papa, que era valenciano, el Papa Alejandro VI, el Papa Borgia, pasó su dedo sobre el globo terráqueo, queriendo poner paz entre las dos potencias que en ese momento se disputaban el dominio del mar.

Sin embargo, Portugal estaba demasiado entretenida y conmocionada con sus descubrimientos a lo largo de la costa africana, para interesarse en aquello que, según una arraigada tradición, el suegro de Colón le reveló como secreto: “más allá de las columnas de Hércules, hay otro mundo”. Ese otro mundo que él vio cuando enfrentó a leguas de distancias en la mar, la salida de un río cauteloso que venía de lo que consideraba la “teta del mundo”. Creía que allí estaba el cresoneso aureo o se encontraba el paraíso terrenal perdido. En realidad, cuando se acerca al conocimiento verdadero como navegante, hombre de un poderoso y extraordinario olfato sensitivo, dice en esta parte “vuestras majestades tienen un otro mundo”. Se derrumbaba el concepto ptolemaico sobre la forma de la Tierra. Nacía una nueva concepción, la que él había dialogado a lo largo del tiempo con el gran sabio florentino Paolo del Pozzo Toscanelli, cuyas cartas con Colón son muy interesantes para interpretar el viaje colombino.

¿Qué habría pasado si una de las cuatro repúblicas marineras italianas hubiera sido la protagonista? Quizás Génova, con más probabilidades que Amalfi, o que Venecia, interesada solamente en establecer relaciones de comercio en el Mediterráneo, que apuntaban al oriente. En realidad, le correspondió a Cristóbal Colón, y es lo inexorable. Lo importante no fue su viaje de llegada. Lo que conmovió al mundo y cambió la historia fue su regreso, el volver. ¿A dónde volvió? A Portugal, llevado por la tempestad. ¿Cuál fue la primera lección de geografía? La que ofrecieron los indígenas de Cuba al rey de Portugal, tomando habas y colocándolas sobre el mantel, señalando que procedían de islas. O esa escena cuando la reina católica recibe, en el Monasterio de Guadalupe, para ser bautizados a los indígenas antillanos con nombres españoles por vez primera, cuando todavía se discutía si el hombre americano tenía o no un alma inmortal, cosa que fue resuelta en el famoso debate teológico e ideológico que se realiza en Valladolid y en el cual las Casas, para algunos el autor de la leyenda negra y para otros, fundamentalmente para nosotros los americanos, el primero que, a partir de su vocación como fraile dominico, como también lo fue Montesino y lo fueron otros pioneros de la desacralización de la conquista como sucedo de dominación que trata de imponer como criterio una forma superior que es la evangelización: trasladar el concepto cristiano de Europa y de la España que en ese momento acababa de consumar la reconquista de los territorios en los cuales los pueblos árabes habían permanecido desde el año 711, hasta que se colocó la bandera de los reyes sobre lo alto del torreón de la antigua fortaleza y castillo granadino.

Del encuentro de las culturas del nuevo y el viejo mundo nació una nueva civilización totalmente diferente, sin que por esto quiera yo prescindir de la pervivencia en América de la comunidad indígena que hoy, precisamente hoy, 500 años después, reivindica sus derechos de identidad, cosa que en realidad es un acontecimiento de importancia grande, sobre todo porque prueba que el indio americano no fue exterminado sino que está ahí, vive ahí, independientemente de la intensidad del choque, de la violencia del abrazo, del sentido dominador del recién llegado, que al final, de conquistador, se vuelve conquistado.

¿Y cuándo será conquistado? Cuando nazca de ese mestizaje una forma nueva de civilización. Se ve mucho en México, cuando vemos las imágenes pintadas por los artistas en las cuales nace el mundo de las castas, hasta que irán apareciendo voces tan importantes como, la de la peor de todas, Sor Juana Inés de la Cruz, voz americana; Rosa de Lima; o, Martín de Porres, también en Lima, un negro donado al convento de Santo Domingo y que se convierte en el primer santo negro de la iglesia occidental y del continente americano. Es también en el inca Garcilaso de la Vega, la voz grande, enterrado precisamente en un lugar deslumbrante: en la mezquita de Córdova, porque el mundo del judaísmo, el mundo del islam, en agosto de 1492, se trasladó también a América. Y ya puede afirmar el obispo Baca Calderón, años después en La Habana, que la ciudad estaba infestada de moriscos y, sobre la fachada del Convento de San Francisco de Asís en La Habana, aparece la estrella de Israel grabada en el escudo de un prelado. Lo descubrió el historiador César García del Pino en los documentos testamentarios del obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz, nacido en la actual República Dominicana, en la isla de La Española, que murió judaizante en el momento final de su vida.

Una cultura abarcadora, que hizo a Europa ver diferente al mundo, que amplió el mundo. Era el mundo en que Miguel Ángel ampliaba en la arquitectura, en que Rafael lo hacía en la pintura, en que Palestrina lo hacía en la música, en que Tomás Luis de Victoria lo realizaba en el pensamiento, en que las Casas y Montesino lo hacían en el tema de los derechos humanos. Por eso, cuando miramos el conjunto de las relaciones, tienen que basarse fundamentalmente en el hecho cultural, que es determinante, que no permite una visión más amplia, más universal, más importante, menos opresiva, más comunicativa, más dialogante, más humana, más esperanzada y, por ende, con una visión de futuro.

Cuando ante la urgencia de restaurar mi ciudad, que el año próximo cumplirá su 500 aniversario, tuve que enfrentar la posibilidad de realizar un proyecto, en mi primera y única visita a la Unión Europea, que fue muy importante y cordial, hablando con antiguos amigos que se encontraban entonces en el seno de los organismos europeos, encontré eco para una iniciativa: un lugar para la interpretación de las relaciones recíprocas. Para que esa idea lograra ser modelada fue necesario mucha discusión, con mis propios colaboradores y conmigo mismo. No había sido solamente una iniciativa para buscar dinero. La cuestión no era solo economía, era cultural. Teníamos que hallar una respuesta cultural para un centro histórico vivo, donde está presente en la arquitectura, en la forma de hablar, en la forma de vivir, en el componente étnico, social y espiritual de los cubanos, su sentido ecuménico de la vida, de la cultura y la sociedad.

Si entramos en Centro Habana vemos la arquitectura más imaginativa, llena toda de pájaros, de rocallas, de esculturas, de atlantes, de visiones maravillosas, todo ello creado con una increíble capacidad de soñar. Es el eclecticismo, lo que quizás más conviene a nuestros gustos.

No creo, y así lo conocí en mis clases, que la Edad Media era un periodo oscuro. Al contrario, fue un momento de grandes iluminaciones y grandes creaciones. Solamente puede interpretarse cuando alguien entra en Chartres, o uno va a la catedral de Amiens, o cuando uno va a alguno de los otros grandes monumentos europeos que explican esta época. Una época de oscuridad y de barbarie peor que la nuestra, ninguna. Sin embargo, es el tiempo que nos tocó vivir, no pudimos escoger otro. Por tanto, por su naturaleza, es el mejor porque es el nuestro.

Debemos encarar esa realidad apasionadamente, cultamente. Por eso la necesidad, en una cultura insular, de hablar las lenguas, de comunicarse con el mundo, de asomarse al Malecón, o pensar que el mar no separa sino une. Y las relaciones con Europa son fundamentales, sobre todo en el caso de las relaciones culturales, que es el tema que me corresponde. Cuando no se puede hablar de ninguna otra cosa, que son generalmente batallas mecánicas, debemos apelar a la espiritualidad, al sentido de la razón pura, y entonces encontraremos cuánto influyó en nosotros, particularmente en Cuba.

Cuando pensamos en nuestras relaciones con Inglaterra, con o sin el Brexit, debemos afirmar que el desarrollo de Cuba, y particularmente de La Habana, se produjo en que rompe y fractura el monopolio comercial de Sevilla, patria espiritual y de memoria de nosotros, y aparece de pronto el comercio con el norte. La arqueología que aparece en el Castillo de la Fuerza revela los caminos de ese comercio: el comercio de la azúcar, el comercio del tabaco, el comercio de los rones. Cuando hablamos de las relaciones con los Países Bajos, entonces prohibidas porque protagonizaban una guerra que duró un siglo con España, resulta ser que en las excavaciones en la Plaza Vieja encontramos las pipas de fumar que traían los que venían de Flandes. Y cómo no acudir a las imágenes del Museo Nacional, donde los cubanos coleccionaron las tablas y las pinturas de los grandes maestros del arte de los Países Bajos. Cómo prescindir, cuando hablamos del mundo de nuestra cultura, de Alemania, o de Italia, o de Francia, o de Portugal, o de cualquiera de las naciones aquí hoy representadas.

Siento esa realidad, no podemos prescindir de esa realidad. Está en el idioma, está en las costumbres, está en las formas de vestir, aunque a veces sean un poco arbitrarias. Como decía Martí, “éramos una visión con el calzón de Inglaterra y con la montera de España”.

Interpretar, reunir, encontrar. Cómo podemos hablar de las ciencias naturales en Cuba sin Humboldt, cómo podemos hablar sin esas grandes figuras de la historia que estuvieron con nosotros. Cómo hablar de la geografía y la cartografía cubana sin pasar por esa sala [Sala de Cartografía, Palacio del Segundo Cabo] y encontrar de quiénes son herederos nuestros cartógrafos y geógrafos.

Pertenecemos a una civilización occidental y cristiana, lo que ocurre es que el mundo cambió a partir del viaje de Colón. Hoy, China es una realidad; antes era un sueño solo imaginado por el almirante en las lecturas de Marco Polo. Hoy es una realidad esa ampliación del mundo. Hoy conocemos el mundo del oriente mucho más allá de lo que conocimos de la España musulmana que llegó a nosotros. Así está escrito en el verso de Martí: “amo la tierra florida, musulmana o española, donde rompió su corola la poca flor de mi vida”.

Esa es la verdad. Ver con los ojos de mundo. Isla en lo geográfico, jamás en la cultura. Ese es el mensaje y esa es la razón de ser de la intensa relación que debemos tener con Europa. Por eso hablamos de Iberoamérica, pero nosotros somos hispanoamericanos, porque ese concepto ibérico llegó a nosotros solamente posterior. Martí tratando de resolverlo se planteó “nuestra América”, que llevó ese nombre por el cartógrafo Américo Vespucio, que no fue, por cierto, envidioso de la gloria de Colón.

Sin embargo, cuando Bolívar quiere definir su gran creación política, le llama Colombia, devolviéndole el nombre de su creador. ¿Saben por qué? Porque los hechos históricos se pueden explicar, pero no se pueden mutilar. Sería dar coces con el aguijón, como se dice, si tratamos ahora de decir que somos indígenas, en el caso de Cuba, nosotros somos africanos, nosotros somos hispanodescendientes. No, nosotros somos cubanos, que somos el fruto del encuentro, y contribuiremos a la paz y cultura futura en la medida en que veamos al cubano como una síntesis de culturas y civilizaciones, que una vez en este mar Caribe, se convirtió en el Mediterráneo americano.

Esta es, a mi juicio, la única verdad defendible y posible.

Muchas gracias.

dest España

España

España

Noviembre 18, 2020

 

España es el tercer país con mayor número de bienes declarados Patrimonio de la Humanidad en el mundo, solo superado por Italia y China.

En 2019, fueron declarados 48 bienes entre los que se encuentran la Mezquita de Córdoba, el Monasterio El Escorial, las obras del catalán Antonio Gaudí, el Acueducto de Segovia, la Cueva de Altamira, los caminos de Santiago de Compostela, la Universidad de Alcalá de Henares, el Flamenco, la Fiesta de los Patios en Córdoba, entre muchísimos otros. De esos 48 declarados, 42 son bienes culturales, 4 son bienes naturales, 2 son bienes mixtos y 4 son bienes compartidos con otros países: uno con Francia, uno con Portugal, uno con Eslovenia y otro compartido con once países europeos.

Además, España cuenta con 18 bienes inmateriales, elemento que lo convierte en el país de Europa con mayor número de bienes declarados Patrimonio cultural inmaterial. También, cuenta en su lista con 11 documentos distinguidos como Memoria del Mundo por la UNESCO.

La geografía española presenta 6800 metros cuadrados menos entre agosto y enero, mientras que en el resto del año tiene 6800 metros cuadrados más. Parece un trabalenguas, pero no lo es. España comparte con Francia la Isla de los Faisanes, en el río Bidasoa, la cual es administrada por cada uno de los dos países en períodos de seis meses.

Otra de las impresionantes curiosidades de España es que la ciudad más antigua de Europa se encuentra en ese país, y es Cádiz, fundada por los fenicios aproximadamente en el año 1100 a.C.

Pero si algo impresiona en la tierra ibérica es el bosque de Oma, en Vizcaya, que cuenta con una población de 47 árboles pintados, bautizados y registrados por el artista hispano Agustín Ibarrola, lo que constituye la obras de Land Art más destacada del país.  

El artista concibió esta gigantesca obra con el propósito de vincular el arte ancestral del Paleolítico con la tendencia moderna del Land Art, siendo el propio paisaje natural el lienzo del pintor, quien comenzó esta labor en 1984 y hoy se mantiene visible y abierto al público.

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La Habana: imaginario y sentimiento

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Onedys Calvo Noya

Noviembre 16, 2020

 

De una ciudad no disfrutas sus 7 ó 77 maravillas, sino las respuestas que da a una pregunta tuya

Ítalo Calvino

 

La Habana arribó a su 501 aniversario y los ojos del mundo la miran expectantes porque esta es, y ha sido una gran ciudad, tanto en su entramado urbano, como en su despliegue arquitectónico, en su rol de conexión intercontinental y en su perpetua vocación cultural. Cosmopolita, abierta, refinada en su criollez, alegre y evocadora de todo tipo de nostalgia; ensalzada en su herencia patrimonial y urgida de futuro, para muchos La Habana es su aura: ese espíritu peculiar y ecléctico, en el que todo confluye y armoniza en singular ritmo de contrastes, con una particularidad -si no definida, auténtica e inconfundible- que ha sido constante y versátilmente releída por artistas y escritores.

En el siglo XVIII, cuando el retrato era el tema preponderante en nuestra denominada “pintura preacadémica”, ya La Habana se insinuaba en los fondos, como reclamo creciente de la necesidad de contextualización del retratado. Y de sugerirse a través de edificaciones específicas que la representaban desde las ventanas, ya en el siglo XIX sus paseos, plazas y vistas urbanas ganaron protagonismo pleno en una amplia producción de grabados, que además de sus valores artísticos y técnicos -por lo complejo del tema urbano para la gráfica-, son portadores de un invaluable testimonio visual.

Esta mirada provenía básicamente desde la perspectiva del otro, del europeo, que a veces se apegaba a la realidad, pero otras, deliraba con fantasías como la de la cúpula bizantina del Morro en uno de los grabados primigenios. La bahía de la ciudad fue protagonista en este momento, pues no sólo configura un accidente geográfico distinguido, sino porque era un punto estratégico en el diálogo entre ambos lados del Atlántico, espacio de confluencia de todo lo que iba y venía: la bahía hizo de La Habana, además de la capital de Cuba, una ciudad marinera, de paso, de libertades, pero también de asentamientos que configuraron diferencias entre el fuerte influjo de Europa, y de lo que se devolvía de América; y que por supuesto, cada vez incrementaba la influencia de África debido al establecimiento de un sistema esclavista que acudió al africano. Así la identidad cubana, tal y como la fue reconociendo el foráneo, cayó en estereotipos y clichés de los cuales también el grabado y fundamentalmente toda la producción asociada a ala vitolfilia tuviera un marcado acento folclórico, donde elementos como la mulata, la picaresca, el tabaco, los vicios, la fiesta, el escudo de la ciudad, el morro y otros elementos identificativos se hicieran recurrente.

Desde ese ángulo es la mirada de Víctor Patricio Landaluze, la del europeo que llega y se impacta con lo que es diferente, llamativo, con lo que puede parecer exótico, pero que definitivamente se hace medular en la formación de la identidad criolla en una tierra donde todo llega a destiempo y todo funciona de manera diferente que en la Metrópolis. Landaluze nos muestra La Habana de la sensualidad y la seducción mestiza; la de las calles populares, modestas, esa ciudad otra más allá de la excelsa y monumental.

 

La Habana es su cielo, y éste no parece parte del cielo común a toda la tierra, sino proyección del alma de la ciudad, afirmación soberana de ser lo que ella es.

Luis Cernuda

 

Aunque entornos y edificaciones habaneras siempre sedujeron a pintores cubanos y foráneos, no es hasta la primera mitad del siglo XX cuando este tema conquista a la pintura con una atención sistemática y un diálogo que se desmarca de la representación más o menos mimética.

El color, el calor y el abigarramiento de la ciudad, expresados a través de elementos de la arquitectura, la presentaron no solo como pretexto de inspiración, sino como una de las principales fuentes de la identidad, como uno de los temas paradigmas para la articulación de los presupuestos estéticos de las Vanguardias. La Habana se sintetizó en vitrales de austero enmarcado negro y resplandecientes colores planos donde debía traslucirse la luz, en mamparas, columnas y detalles amarillos y azules de ventanales y paredes mustias de barrios periféricos: en interiores criollos, tanto en las obras de Amelia, como de Portocarrero, quien tradujo el espíritu intenso y abigarrado del entramado arquitectónico de la Habana y de la vida que contiene.

En tanto urbe, La Habana es contenedora de complejas interacciones socioculturales: escenario de una relación dialéctica entre ciudad y ciudadano en el que cada uno es causa y efecto del otro. Han sido múltiples los discursos desarrollados por el arte cubano de las últimas décadas, desde una gran variedad de procedimientos creativos y posturas indagatorias diversas: políticas, filosóficas, antropológicas y culturales en sentido general.

Cuando arribó la llevada y traída década del noventa, La Habana fue muy elocuente ya no solo de lo cubano, sino, sobre todo, a lo que se enfrentaba lo cubano. Más que un pretexto temático prolífero, devino un asunto elocuente de urgencias sociales y conceptuales que abordar con agudeza desde el arte.

Artistas como Carlos Garaicoa se interesaron en la memoria, y en el estado físico de la ciudad enfrentada a un deterioro expandido y a opacadas esperanzas de resurgimiento, especialmente en la parte más antigua de la ciudad, en aquel momento a la espera de una restauración capital. Afortunadamente hoy el panorama cambió mucho; es otro el espíritu y la constitución del Centro Histórico que volvió a convertirse en el núcleo de la vida cultural, patrimonial y turística de la ciudad gracias a la gestión de la Oficina del Historiador de la ciudad. Sin embargo, los inicios de los noventa fueron muy críticos para la sociedad por el desacierto, la frustración, la pérdida de referentes y la crisis económica. Hacer una lectura desde el espacio físico, permitió visualizar esencias, como las que propone Acerca de esos incansables atlantes que sostienen día a día nuestro presente. Una obra que, desde la evocación a la restauración física de lo material, reflexiona sobre lo subjetivo, la responsabilidad, a la necesidad de la solidez, y también sobre el rol trascendente de lo anónimo. Esta época produjo un arte crítico, sugerente, conceptual, con planteamientos concretos sobre la cultura y la sociedad toda. Polisémico, pero que subraya cómo existía una conciencia sobre la relevancia de la ciudad, y cómo ésta representa lo que somos, lo que sentimos y de lo que adolecemos. Sus estrategias formales y discursivas fueron variadísimas. Y fragmentos de su arquitectura, monumentos icónicos, escenas urbanas y propuestas utópicas releyeron la ciudad.

Desde La Habana contenida en los espacios de silencio, seducción, recogimiento y espera que sintetizaba un nuevo tipo de naturaleza muerta o bodegón, propuesto por Arturo Montoto, con un lenguaje neohistoricista en la pintura; pasando por las escenas urbanas en las que Luis Enrique Camejo capta la fugacidad de cada momento, la luz, el reflejo, en un ejercicio fotográfico desde el lenguaje pictórico; hasta llegar al cinismo de propuestas como las de Kadir López, en la que los iconos de la ciudad, como el Capitolio y la Catedral, dialogan con la publicidad y el turismo: se prostituyen, mientras los cines caen en la nostalgia.

 

La Habana es un estado de ánimo, un sentimiento, una emoción.

Eusebio Leal

 

La Habana no es solo el espacio arquitectónico, urbanístico, físico. Es efectivamente un sentimiento, una espiritualidad y una dinámica bulliciosa e intensa que se expresa en las calles.

La fotografía, manifestación que ha tenido una fuerza visceral en las artes visuales contemporáneas, ha sido una expresión fundamental en captar e interpelar La Habana en todos sus estratos. Hay un gran número de fotógrafos que se han regodeado en la solemnidad del monumento, o en el concierto de refinada criollez de esta urbe; otros han abordado hasta el abuso la estética de lo roído, de la ruina, el desamparo y la persistencia desde lo precario; y otro grupo documenta las dinámicas urbanas: su gente de pueblo, sus expresiones dilógicas, la paradojas visuales que confluyen en cada ambiente, arbitrario y ecléctico; el trasiego constante de una ciudad que habita en el exterior del hogar; la convivencia armónica de creencias antagónicas…

Y en las dinámicas urbanas el transporte público es esencial. Ya apenas recordamos los “camellos” porque la memoria es selectiva, pero en el Período Especial resolvieron la urgencia del transporte, marcando incisivamente la vida de los que hasta hace poco más de una década debíamos transportarnos en él. La sabia popular lo describió como “la película del sábado” –  por su contenido de sexo, violencia y lenguaje de adultos -, lo cual verifica la sátira y la ironía que caracterizan la sicología del cubano como estrategia de resistencia. Durante la Novena Bienal de La Habana, Guillermo Ramírez Malberti, intervino pictóricamente, con iconografía egipcia, la ruta que se dirigía hacia El Calvario, redondeando esa capacidad del cubano para parodiar, ironizar y subvertir.

Y gracias a ese cierto estado de estatismo temporal al que asistimos, hoy también exhibimos otros de nuestros devenidos iconos de representatividad: los almendrones. Quizá no seamos lo suficientemente consientes de cuánto nos identifican estos carros antiguos ante la mirada del extranjero. No existe una publicidad que nos promueva al que el carro antiguo no asista, ni tampoco, testimonio turístico a nuestra ciudad que lo eluda, sin contar las dinámicas particulares de su uso. Sobre ese impacto Guillermo Martínez Malberti tambén reflexionó al configurar en una gran instalación de almendrones estacionados en el parque del Capitolio, hasta hace muy poco nodo por excelencia de su circulación, la imagen de la Isla. 

Y antológico en el imaginario de escritores y artistas plásticos es el malecón: arteria que nos narra la evolución arquitectónica de la ciudad, su eclecticismo, su modernidad; espacio de socialización por excelencia y vía rápida de comunicación; límite entre la tierra y el mar, entre el empuje del hombre y el poder de la naturaleza, el malecón posee para el arte y la poesía una potencialidad excepcional. Más allá de su fisonomía, está su proyección espiritual y su vocación al desafío.

El proyecto Detrás del muro ha incluido en sus dos primeras ediciones dos instalaciones de Arlés del Río, que dialogan coherentemente con las connotaciones del lugar de emplazamiento. En la Oncena Bienal su instalación fue una provocación a la trascendencia, a la violación del límite, una propuesta semiótica sobre la frontera que para los cubanos constituye el mar, y una representación de la obsesión que por décadas constituyó la posibilidad del viaje, la necesidad de volar; en la segunda edición de Detrás del muro, del Río transformó la fisonomía del malecón al instalar una orilla con arena de playa que en lugar de mirar al mar miraba a la ciudad. Además de estas connotaciones, y otras que motivaron la pieza, la obra también ha resultado una proposición de posibilidades de transformación urbana, en espacios que parecen inamovibles, a menos que se le antoje al mar.

 

La Habana se fundó para esperar (…) ¿Qué? Todo. Nada. Cualquier cosa. La verdadera ocupación es esperar.

Abilio Estévez

 

Hay una perspectiva sociológica en el trabajo de artistas pertenecientes a generaciones activas en el último decenio. Su sensibilidad es crítica, por supuesto, y los distingue un carácter procesual que por lo general prescinde de lo icónico. Su pretensión indagatoria los remite fundamentalmente a lo que la gente hace, piensa o desea.

Así ha ocurrido con la documentación que durante 5 años Grethell Rasua hizo para su proyecto Cubiertas de deseo para señalar la persistencia de algunos, aún desde la limitación, por embellecer su pedacito. Desde el aspecto de parches de los edificios multifamiliares se enfrenta el interés individual a la visualidad urbana y a la acción colectiva, pero también se persiste en una voluntad y un accionar de mejoramiento. Desde esta acción aparentemente poco problemática, se subrayan la contradicción y la tensión, en lo referido a qué se debe y/o se puede hacer: “Si no puedo resolverlo todo al menos resuelvo lo mío”. Cuando la respuesta no está definida, o no es contundente, el problema suele ser más aguzado, rico y seductor.

Otra indagación puntual fue la que realizara Nestor Siré con la pieza Se vende esta casa. Después que en 2011 se permitió la compraventa de viviendas, aparecieron numerosos carteles a todo lo largo de la Isla con tal proposición. La pieza, que se configura con una recolección de carteles de los anuncios emergentes, la acompaña un video que indaga en las causas por las cuales se vende cada casa y cuál es la finalidad. Al margen que anteriormente esa práctica estaba prohibida, aparece una incógnita más perspicaz: ¿Si vendes tu casa, para dónde vas, para qué será utilizado el dinero?

Hipnosis de Marianela Orozco es una obra desoladora. El video está dividido en 2 pantallas, una parte que documenta, o expía, a una señora de la tercera edad, que desde su ventana pasa horas contemplando su entorno; la otra enfoca el punto de mira de la protagonista. El video redunda en un estado de desmotivación, resignación, inmutabilidad…, una suerte que corren no pocas personas de la tercera edad, y no pocos barrios de la ciudad.

En Colonias epífitas, Celia y Yunior investigaron una serie de casas señoriales de barrios residenciales de las décadas del 40 y el 50. Sus propietarios las mandaron a construir para un uso doméstico, hoy todas son utilizadas para funciones estatales. Las colonias epífitas son una especie de plantas que se hospedan en una infraestructura ya creada, aunque como se alimentan del ambiente no son propiamente parásitas.

La Habana, en tanto capital, es el sitio de recepción de la migración interna, y por tanto de la asunción de prácticas que no le son afines, para las cuales no se ha diseñado una acertada estrategia de regulación. Tampoco para las respuestas emergentes a múltiples necesidades, como las de los micro-agros, o las trasformaciones en las fachadas y portales para establecer pequeños negocios minoristas. A la ruralidad que lamentablemente ha invadido la capital, al estado de descuido y desidia provocado también y, además, por la falta de identificación con el contexto y de educación cívica, se remite la video- instalación con mapping de Luis Gárciga, en una pieza de 2013. En su título ya se resume la esencia de la ironía: Si aprovecháramos la creciente ruralidad de esta ciudad, y utilizáramos el modelo de finca en abandono como un paso intermedio, pudiéramos aspirar a vivir en 2019, en la séptima reserva de la biósfera del país

Lo interesante de todos estos acercamientos radica en cuán conscientes están los artistas sobre el estado de la ciudad en la que viven, y cómo articulan una posición desde su quehacer artístico.

A pesar de su paciente espera, de sus espacios de ruinas, de todo lo que le queda por recibir y merecer, La Habana es una ciudad que más que propiciar el infinito disfrute advertido por Ítalo Calvino, seduce, enrola, conmueve; tiene la capacidad de hacernos sentir y reflexionar.

En el imaginario de los artistas de la plástica, su espacio físico, aún desde la época colonial, trasciende la noción de lo bello para indagar sobre todo en la estrecha relación del individuo en su contexto, y dejar ver varias instancias de vulnerabilidad en la Cuba de cada momento.  Más que deleitarse en lo excepcional, lo patrimonial, lo que la configura como espacio urbano, lo interesante del tratamiento sobre la ciudad está en cómo se ha interpelado su capacidad de elocuencia.  Siempre la asumimos básicamente como un espacio físico que se define por una arquitectura y un urbanismo particular, con iconos que la singularizan, que la representan, pero, sin embargo, es también ese espacio del recuerdo y del afecto, de las ansias personales y colectivas. 

Como colofón de esta reflexión sobre qué nos dice la ciudad desde las propuestas de los artistas plásticos, pienso en otra obra de Detrás del Muro, que se instaló en el andamiaje de una fachada en restauración: Fe, de Adonis Flores; porque la fe es el sentimiento y la actitud que debemos tener para con nuestra ciudad, para con nuestro país, para con nuestra vida. Fe que no significa espera, sino enfoque en la certeza, en la certeza de lo que se espera, y en que La Habana seguirá siendo un prolífero ideal estético y un intenso centro de atención para el cuestionamiento, en la afirmación soberana de lo que ella es y debe ser.

 

Notas

Este texto fue publicado en la revista Arte Cubano No. 1, 2019, La Habana.

dest George Rouma

George Rouma y su contribución a las relaciones comerciales cubano belgas (1922-1957)

George Rouma

Servando Valdés Sánchez

Noviembre 13, 2020

 

George Rouma, notable pedagogo belga, es reconocido mundialmente por sus aportes a la Educación. Prestó servicios como Director General de Enseñanza de Bolivia y, desde 1918, fue asesor y consultor de la secretaría de Instrucción Pública en Cuba, realizando al año siguiente, el primer estudio de importancia del crecimiento de los niños en la Isla, publicado con el título El desarrollo físico del escolar cubano. Hasta hoy, sin embargo, se desconoce el rol que desempeñó en el fomento de las relaciones comerciales de su país con la Mayor de las Antillas. Divulgar esa perspectiva, caracterizar el escenario en que se desenvolvió y analizar los logros y limitaciones del proceso bilateral, son los objetivos fundamentales del presente trabajo.

La primera Misión Rouma

El 25 de abril de 1921 el Encargado de Negocios de Cuba en Bélgica, Rafael de la Torre, despachó un amplio informe al secretario de Estado, Pablo Desvernine, donde le relataba los pormenores de una reunión que había tenido lugar el día 19, en el local de la Sociedad de Industriales belgas de Bruselas, a la que acudieron Henri Jaspar, Ministro de Asuntos Extranjeros; Pierre Forthommke, Director General de Política y Gobierno; el Barón Gillaume; jefe del Gabinete del Ministerio de Asuntos Extranjeros, Jules Carlier, Presidente del Comité Central Industrial de Bélgica y George Rouma.

El propósito de la reunión era analizar la conveniencia de enviar una misión comercial a la América Latina. Tanto Jaspar como Carlier coincidieron en la necesidad de buscar nuevos mercados para la industria belga, cuyas exportaciones hasta entonces solo se concentraban principalmente en Francia, Inglaterra, Alemania y los Países Bajos y frecuentemente se veían afectadas por contracciones de esos mercados o por los altos impuestos aduanales.

A continuación, Rouma habló de sus experiencias y observaciones en América Latina y de sus riquezas, aconsejando, con gran interés, el envío de la misión comercial. La reunión concluyó con el acuerdo de nombrar de inmediato la referida misión. 

Posteriormente, el 25 de mayo, Rouma pronunció una última conferencia en la que realizó un estudio mucho más profundo de la situación de la industria de su país y de las perspectivas de su expansión hacia Latinoamérica. Al referirse a los desafíos que tendrían por delante expresó:

La cuestión de salidas para nuestra industria domina toda la vida futura de nuestro país. Es una cuestión seria, pues nuestros competidores están formidablemente organizados y, por otro lado, aunque nos encontramos de manera especial a la altura en lo tocante a producción, no lo estamos en lo concerniente a la colocación de nuestros productos, y en lo relacionado con la conquista de lejanos mercados, tenemos casi todo que aprender. [1]

También se refirió a las posibilidades que ofrecía el mercado y la industria belgas recuperadas de los destrozos de la guerra, de la exclusiva situación geográfica del territorio en Europa, su carbón sus redes ferroviarias, sus canales y su animado puerto de Amberes.

Luego convocaría a aprovechar las oportunidades que se abrían en la región:

El mundo latinoamericano (…) es un campo maravilloso para realizar en él este primer ensayo, el que es de esperarse, será seguido por otros numerosos consecutivamente. Echemos una mirada a ese mundo hacia el cual se dirigen las miras de todas las naciones exportadoras del universo. [2]

Finalmente habló de las particularidades socioeconómicas de cada país y al referirse a Cuba destacó la importancia del puerto de la Habana, a la entrada del Golfo de México, de la dinámica del comercio exterior cubano y las excelencias de la caña de azúcar. 

Rouma había sido testigo de las simpatías que despertó en Cuba la agredida Bélgica durante la Primera Guerra Mundial. Después del armisticio visitó una fábrica de tabaco en La Habana y fue sorprendido por la voz del lector de tabaquería y el aplauso de todos los trabajadores, que abandonaron momentáneamente sus labores para congratular a “un hijo del heroico país europeo”. En un recorrido por algunas escuelas observaría, también profundamente emocionado, las paredes engalanadas con banderas de Cuba y su país.

Como parte de la reducida colonia belga seria invitado a la ceremonia de la inauguración de la Avenida de Bélgica en la Habana. Tenía, por tanto, un conocimiento de la realidad cubana y de su idiosincrasia como ningún otro ciudadano de su país. 

La partida de la Misión fue fijada para el 1ro de septiembre, debiendo realizar un recorrido por Suramérica, para luego continuar por Centroamérica y El Caribe. Quedó constituida por Rouma, como Jefe; Henry Leduc, delegado por el grupo de construcciones metalúrgicas, Marcel Zottrand, representando al grupo de altos hornos y aceros y Félix Güilón, delegado por la parte de fabricaciones textiles y otras.

Tenían la tarea de ponerse en contacto con los grupos financieros y económicos de los países visitados y brindar y recibir información para facilitar las negociaciones entre comerciantes e industriales de ambos países. El envío de la Misión Rouma, respondía a una necesidad de expansión de la economía belga que ya no solo se apoyaba en la vía diplomática, sino buscaba imponer una dinámica más rápida y efectiva a sus relaciones con la región y, en particular con Cuba, frente a la competencia de las grandes potencias mundiales.

Por su parte, el gobierno de Alfredo Zayas que, como sus predecesores, defendía el principio de la vida internacional de la República y la diversificación de sus relaciones, recibiría con beneplácito la anunciada visita, pues sufría adicionalmente los efectos de la caída de los precios de azúcar en el mercado mundial y del crack bancario de la década de los años 20.

El 26 de enero de 1922 llegó al puerto habanero el vapor Pastores trasladando a la Misión Comercial belga. Ese día el diario habanero El Imparcial publicaba la siguiente nota:

Esta comisión de carácter comercial ha sido enviada (…) con el objeto de buscar un acercamiento fructífero para ambos pueblos (…) figura al frente de esta comisión un excelente amigo de Cuba.

Se propone el Dr. Rouma (…) estudiar el más amplio desarrollo de nuestras relaciones comerciales y en el recorrido que hagan por nuestros campos podrán apreciar lo que vale nuestro suelo y lo que más puede valer. [3]

Cuatro días después el propio rotativo anunciaba que la Misión se había instalado en el edificio de la Sociedad Cubana de Ingenieros e invitaba a las corporaciones de la industria y el comercio a que enviaran cuantos datos tuvieran para facilitarle el trabajo.

El 7 de febrero, antes de partir, Rouma dictó una conferencia en la Academia de Ciencias sobre las industrias de su país y reconoció el éxito de la visita. La prensa belga y, en especial, L` Independence Belga y Le Soir, le dedicaron amplios espacios y desde el consulado en La Habana se hizo llegar la siguiente comunicación al subsecretario de Estado cubano Guillermo Patterson:

El ministro de Asuntos Extranjeros de Bélgica, enterado del éxito obtenido por la Misión Económica Belga a su paso por La Habana, ruega a Mr. Lemaire de Warzeed´Hermalle-Encargado de Negocios de Bélgica en Cuba- de expresar la gratitud del Gobierno del Rey Alberto por el celo inteligente de que han dado prueba los organizadores de la recepción a la Misión. [4]

Nuevos esfuerzos

Los efectos más inmediatos de la Primera Misión Rouma se visualizaron en la Segunda Feria Internacional de Muestras de La Habana y en el inicio de las negociaciones para la firma de un proyecto de tratado comercial.

La Feria, celebrada entre el 25 de marzo y el 18 de abril de 1926, contó con la participación de Rouma como delegado de su gobierno. La Cámara de Comercio Belgo-Latinoamericana fue la entidad que más intensamente colaboró para lograr la concurrencia de 29 firmas de industriales belgas de construcciones metalúrgicas, productos químicos, muebles y tejidos.

Por otro lado, a una iniciativa de las autoridades de ese país se debió el comienzo de las conversaciones en torno al acuerdo comercial, prolongadas sin éxito durante largos años. Las prohibiciones impuestas por el Tratado de Reciprocidad Comercial firmado con Estados Unidos (1903), los compromisos contractuales con Inglaterra y otros países europeos, a los que el gobierno insular les concedía gran importancia y la imposibilidad de obtener una tarifa beneficiosa para el tabaco en el mercado belga, fueron algunos de los factores que impidieron un arreglo mutuamente beneficioso. Para Cuba significó la pérdida de una nueva oportunidad de avanzar hacia la diversificación de sus relaciones comerciales.

Sobre aquel asunto, las impresiones del Encargado de Negocios cubano en Bruselas, Mariano Brull y Caballero, fueron concluyentes:

(…) en Bélgica se hubiera preferido firmar un convenio comercial tomando como base el otorgamiento de la cláusula de nación más favorecida sin limitaciones, pero (…) ya se han dado cuenta que nuestro país no puede ir más lejos en materia de concesiones. [5]

 

Notas

* Conferencia presentada en el II Coloquio Presencias europeas en Cuba, 2018, del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo.

[1] George Rouma. Una Misión Económica belga en América Latina. Conferencia del 25 de mayo de 1921. Apéndice al Boletín Oficial de la Secretaría de Estado, Imprenta “El Siglo XX”, La Habana, 1922, p-6.

[2] Ob. cit., p-6.

[3] El Imparcial,26 de enero de 1922, p-16.

[4] Ob. cit., 30 de enero de 1922, p-2.

[5] (ANC), Fondo Secretaría de Estado, Expediente 7382, Legajo 389.

Servando Valdés Sánchez: Doctor en Ciencias Históricas. Profesor e Investigador Titular. Desde 2010 es coordinador del Grupo de Estudios Neocoloniales del Instituto de Historia de Cuba. Aborda las temáticas histórico-militares, así como las relaciones internacionales, especialmente las relaciones Cuba-Estados Unidos y Cuba-Europa occidental. Es autor y coautor de varios libros relacionados con su línea de investigación. Ha participado en numerosos eventos científicos nacionales e internacionales. Ha ofrecido conferencias en la Universidad Nacional Autónoma de México, en las universidades de Marquette y Appalachian, Estados Unidos, y en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC).

Portada de “Tarifa general de precios de medicinas” (1723), considerado el primer impreso de Cuba, del cual, al menos, se conserva un ejemplar en la Biblioteca Nacional José Martí.

El iniciador de la imprenta en Cuba

Portada de “Tarifa general de precios de medicinas” (1723), considerado el primer impreso de Cuba, del cual, al menos, se conserva un ejemplar en la Biblioteca Nacional José Martí.

La llegada de la imprenta a Cuba se debe a Carlos Habré, quien se estableció en La Habana en la década del 20 del siglo XVIII. Proveniente de Gante, perteneciente hoy a la actual Bélgica, trajo consigo un rudimentario taller tipográfico.

Sus impresos, los vendía en su propia casa, en las cercanías de la iglesia del Espíritu Santo. De los trabajos impresos de Habré solo se conocen una tarifa de medicina, una lista de méritos de un cura y un breviario. En 1723 Habré imprime Tarifa general de precios de medicinas, considerada la primera obra publicada en Cuba. De 29 páginas, fue impresa en hojas sueltas y no por pliegos como era costumbre en la época. Al año siguiente, imprime Méritos que ha justificado y probado el Ldo. D. Antonio de Sossa y en 1727, publica con 158 páginas Rúbricas generales del Breviario Romano.

Los impresos de Habré no alcanzan el mismo nivel de algunas obras maestras que se producían en su patria. Sin embargo, sus publicaciones tienen importancia para la historia de la imprenta en Cuba. Asimismo, la Tarifa general de precios de medicinas, es una obra médica con gran cantidad de medicamentos y un singular vocabulario en sus denominaciones, algunas de las cuales no se encuentran en las antiguas  farmacopeas.

Sus trabajos demuestran el difícil y lento proceso de desarrollo de la imprenta en Cuba y la significación y necesidad de improvisar en situaciones de escasez. Es así como Habré lucha con las letras, los signos y los acentos, en la que se encuentra su búsqueda por reproducir la letra eñe y que demuestran su afán por cumplir con los requisitos de una cultura que no era la suya.

* Tomado de Opus Habana: http://www.opushabana.cu/index.php/articulos/36-articulos-casa-de-papel/1525-

dest WSA National Nominee 2020

Nominado al WSA 2020 (World Summit Award) el Palacio del Segundo Cabo

WSA National Nominee 2020

Noviembre 4, 2020

La propuesta museológica y educativa del Palacio del Segundo Cabo ha sido seleccionada al WSA 2020 en la categoría Aprendizaje y Educación. Esta nominación se debe al empleo novedoso y didáctico de las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones (TICs) en la museografía del Centro y el impacto que ha generado en el público.

El Premio de la Cumbre Mundial (World Summit Award, WSA) es un certamen organizado por las Naciones Unidas. WSA es el único evento de TICs en todo el mundo y, desde el año 2001, promueve y selecciona contenidos electrónicos que aporten innovaciones tecnológicas a nivel internacional. Los nominados son evaluados en base a siete criterios fundamentales: contenido, funcionalidad, diseño, tecnología, innovación, impacto y valor.

Nuestro Centro, adscrito a la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana, es un espacio museal que comunica contenidos culturales desde múltiples recursos comunicativos: audiovisuales, escenografías, infografías, panelerías, soportes tridimensionales de información, réplicas de objetos patrimoniales disponibles al tacto, módulos de sonido, dispositivos táctiles, realidad aumentada, softwares y apps, que permiten una comunicación eficiente de saberes complejos con deferentes niveles de accesibilidad. Se potencia el acceso al conocimiento y la educación, por lo que también difunde sus contenidos desde una Mediateca y en una programación sociocultural sistemática.

La misión del Palacio del Segundo Cabo es potenciar el conocimiento de las relaciones culturales entre Cuba y Europa en su exposición permanente y mediante diversos proyectos socioculturales dirigidos a diferentes públicos, potenciando el acceso y uso de las nuevas tecnologías.

Es el primer museo digital concebido en Cuba. Propicia una visita al museo más vivencial, interactiva, que contemplativa, donde el usuario es protagonista en cada ámbito de la gestión museal. Investiga y promueve temas que, desde diferentes acciones y talleres, han logrado despertar el interés de la comunidad. Además, lleva a cabo el desarrollo de app, softwares, novedades editoriales y audiovisuales.

Más de 340 propuestas integran las nominaciones a la WSA 2020, las cuales muestran la riqueza, diversidad, futuro e innovación de las soluciones digitales a escala global. A su vez, evidencian cómo la tecnología digital puede mejorar la sociedad en cada rincón del mundo.

Según el presidente de la WSA, Peter A. Bruck:

WSA combina dos perspectivas principales en su iniciativa: primero, el compromiso con los ODS de la ONU y cómo utilizar las TIC para el desarrollo. Y, en segundo lugar, el desarrollo de una sociedad del conocimiento global. Los ODS de la ONU deben ser nuestra medida, en términos de qué mirar y dónde mirar. Hoy vivimos en un entorno completamente diferente, a través de la revolución móvil, a través del surgimiento de la era algorítmica, los datos se han convertido en un capital tanto como el trabajo, el dinero de la tierra y la maquinaria. De ahí que sea más importante que nunca evaluar qué contenido excelente ofrece realmente soluciones e impacto. El contenido local y cualitativo se ha convertido en el tema clave y permanente. WSA presenta una innovación que utiliza las TICs para la conectividad social. Conectar para generar impacto.

Propuestas de 80 países han sido nominadas a las diferentes categorías.  Además del proyecto del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, de Cuba también ha sido reconocido, en el apartado Gobierno y Compromiso Ciudadano, la red Wifi comunitaria de los Joven Club de Computación. Estas nominaciones resultan en sí mismas un premio al trabajo con las nuevas tecnologías en nuestro país.