David Rodríguez Sánchez-Galarraga
Agosto 14, 2017
La moda en Europa y su influencia durante el siglo XX en la manera de hacer y vestir de los cubanos, ha sido el tema escogido por los adolescentes del taller Un retrato de mi cotidianidad, en el que participan adolescentes entre 14 y 18 años de edad.
A través de relatos históricos, personales y familiares se evidencian los intercambios culturales entre Cuba y Europa, una relación que cuenta ya con cinco siglos de existencia, desde que el navegante Cristóbal Colón, al servicio de los Reyes Católicos de España, Fernando e Isabel, desembarcara en la Isla el 28 de octubre de 1492.
El taller se desarrolla todos los martes de julio y agosto del presente verano, y pretende potenciar la creatividad de los jóvenes participantes mediante la concepción y realización de audiovisuales, colajes de fotos, dibujos, historietas, trabajo con materiales u objetos de la vida cotidiana, el trabajo con medios tecnológicos, etc.
En este período se extienden las historias íntimas y sociales, el lenguaje, las modas, objetos cotidianos, la música, la literatura y el arte del gran complejo intercultural que une a la Isla con los países europeos y que cada año son llevados hasta los adolescentes del Centro Histórico de La Habana, de una manera atractiva y dinámica.
La ocasión propició que los muchachos tuvieran una iniciativa propia. Construir un árbol familiar para en cada encuentro llenar sus ramas con fotografías de la moda predominante en Europa durante el siglo XX, y la interpretación realizada por las cubanas y cubanos.
Así avanza Un retrato de mi cotidianidad, un taller dedicado a los adolescentes desde el Centro para la Interpretación de las Relaciones Cuba-Europa, sito en el Palacio del Según do Cabo, en el corazón de La Habana Vieja.