Marie Curie

Marie Curie y la radiactividad

Marie Curie

Febrero 11, 2022

 

Maria Salomea Sklodowska, más conocida como Marie Curie (7 de noviembre de 1867 – 4 de julio de 1934) es la mujer científica más distinguida a nivel internacional. La niñez de Marie transcurre en su natal Varsovia, donde creció bajo la educación de sus padres, que eran maestros. Al ser Polonia un estado súbdito de Rusia, los estudios superiores para las féminas no estaban permitidos y esta ilustre mujer tuvo que romper los estereotipos de la época. Ante la imposibilidad de cursar la universidad en su tierra natal, en 1891 se unió a su hermana Bronia en París e ingresó en la Sorbona.

En 1893 y 1894 recibió títulos en Física y Matemáticas con calificaciones sobresalientes. Es en este último año cuando conoce a Pierre Curie, su esposo y compañero profesional. La pasión del matrimonio por el magnetismo hizo que se enfrascaran en diferentes investigaciones, las cuales dieron como resultado varias leyes que aún se aplican en los métodos de enseñanza. En el año 1897 Marie divulgó su primer artículo sobre la magnetización de los aceros, que obtuvo una gran aceptación.

En 1896 Henri Becquerel descubrió la radiactividad del uranio; colocó unas placas fotográficas envueltas en papel negro cerca de unas sales de uranio, y dichas láminas se revelaron sin la incidencia de la luz. Ante tal fenómeno, Marie Curie se vio incentivada a emprender una serie de exploraciones. Para su investigación de doctorado se le concedió una habitación en la que estudió la radiactividad del torio y el uranio, únicos elementos de la tabla periódica que, hasta entonces, contaban con esa propiedad.

Sus experimentos le permitieron deducir que algunos minerales eran más radiactivos que otros elementos ya descubiertos. En abril de 1898 los esposos Curie presentaron públicamente sus primeros resultados: las sustancias pechblenda (UO2) y torbernita (Cu (UO2)2(PO4)2·12H2O) mostraban más poder de actividad que el uranio. Marie y Pierre decidieron segmentar las líneas de trabajo; ella se focalizaría en los aspectos químicos del aislamiento del elemento, mientras él estudiaría sus propiedades radiactivas.

En julio del propio año el ambos publicaron un artículo que Becquerel presentó en la Academia de Ciencias, donde sugirieron por primera vez que la radiactividad era un fenómeno asociado con el átomo y propusieron que el nuevo elemento bajo exploración debería llamarse polonio, en honor a su patria.

El análisis de las diversas funciones de la pechblenda hizo que la pareja se diese cuenta de que debería haber otro elemento radiactivo que no lo precipitaba ni el sulfuro de amonio ((NH4)2S), ni el amoniaco (NH3) y que formaba un carbonato insoluble en agua parecido al de bario BaCO3 y un cloruro algo menos soluble que el de bario (BaCl2) que actuaba de portador. Esta nueva sustancia fue llamada radio y la validó el espectroscopista Eugène-Anatole Demarçay, amparando así las investigaciones de los Curie.

En el año 1903, Marie, en conjunto con su esposo, recibió el Premio Nobel de Física, convirtiéndose en la primera mujer en obtener tan excelso reconocimiento. Las concepciones patriarcales de la época no admitían que las féminas se destacaran en labores ajenas al hogar; por ello, el premio alcanzado por la pareja solo le iba a ser entregado a Pierre. Sin embargo, este se opone dichas concepciones y abogó por la inclusión de su esposa.

Luego de la muerte de Pierre, en 1906, la científica se encargó de continuar con las labores investigativas que ambos estaban realizando. Sus estudios sobre el radio y sus compuestos, conllevaron a que la ilustre Marie se alzara con el Premio Nobel de Química, el segundo de su carrera.

Años más tarde, en 1935, Iréne-Joliot, la hija mayor del matrimonio Curie conquistó el mismo premio que sus progenitores por las obtención de nuevos elementos radiactivos. Años más tardes, en 1965, Henry Labouisse, esposo de Eve Curie (hija menor del matrimonio) obtuvo el premio nobel de la paz por sus esfuerzos en diferentes conflictos bélicos y ante desastres naturales.

Marie Curie fue la primera mujer en recibir dos Nobel en dos ciencias diferentes y en ejercer docencia en la Universidad de París. Además, fue fundadora del Instituto Curie en la capital francesa y Varsovia, importante centro de investigación médica en la actualidad.

Sus aportes a la ciencia fueron importantes, entre ellos la creación de centros radiológicos para uso militar y la puesta en práctica del primer aparato portátil de rayos X durante la Primera Guerra Mundial. Este último consistía en un coche provisto con el equipamiento de rayos X, la sala de revelado y la planta eléctrica que funcionaba con el motor a gasolina del coche. El invento facilitó la localización de las lesiones y traumatismos de los soldados antes de ser sometidos a cirugías.

En la actualidad el radio se emplea en las radiaciones que detienen el crecimiento de tumores cancerígenos, así como en otros procesos médicos. El polonio con berilio propicia una reacción en cadena de naturaleza atómica con otros elementos, lo cual se puso en práctica en la elaboración de la bomba atómica; asimismo sirve para eliminar el polvo acumulado en películas fotográficas y también en fuentes de calor para satélites artificiales o sondas espaciales.

Marie Curie es inspiración para todas las mujeres. Desde su condición de científica y madre se opuso a las ataduras y estereotipos de género de su tiempo, y con su trabajo contribuyó a que no se subestimara la inteligencia ni la capacidad de la mujer para asumir diferentes funciones y roles. Tal como expresó: “debemos tener constancia y sobre todo confianza en nosotros mismos. Debemos creer que estamos dotados para algo”.

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