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Reserva natural de Srébarna

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Diciembre 22, 2021

 

Ubicada en el noreste de Bulgaria, la reserva natural de Srébarna abarca un área protegida de seis kilómetros cuadrados y se se encuentra en la Vía Pontica, una de las más importantes rutas de migración de aves entre Europa y África. Comprende el lago de agua dulce Srébarna, adyacente al río Danubio, y sus alrededores; este lago es de poca profundidad, apenas llega en algunas partes a los tres metros.

La zona fue declarada reserva natural en 1948 y, en 1975, sitio Ramsar por poseer un humedal de importancia internacional. Es uno de los diez bienes culturales y naturales de Bulgaria de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, inscrito en 1983 por contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación de la biodiversidad, incluyendo aquellos que contienen especies amenazadas de destacado valor universal desde el punto de vista de la ciencia y el conservacionismo (criterio X de selección).

Alrededor del origen del nombre del lago hay muchas versiones. Una de ellas sugiere un barco lleno de plata (srebro, la plata en búlgaro) en las orillas; otra, afirma que el nombre proviene de los reflejos plateados en la superficie del lago durante la luna llena.

Gran número de vida animal y vegetal habita dentro y en los alrededores del lago, entre ellas 67 especies de plantas que, fuera de este hábitat, están en peligro de extinción. La fauna de la zona posee 39 especies de mamíferos, 21 de reptiles y anfibios y 10 especies de peces. Además, en el territorio anidan 179 especies de aves, como el pelícano ceñudo, el cisne común, el pato, el ánsar común, el aguilucho lagunero, la garza y el cormorán.

Varios senderos y plataformas están dispuestas para el recorrido del público por la reserva, diseñados para que el impacto de las personas en el ecosistema del lugar sea el más mínimo posible. Sin embargo, el turismo no es el mayor peligro que enfrenta la reserva. La contaminación doméstica e industrial, la caza furtiva y la quema de caña son algunos de los factores que ponen el peligro la zona y por los cuales se hace un especial control. Pero tal vez el mayor reto para la conservación del lugar es mantener y restaurar el sistema de agua en un estado tan natural como sea posible, en el cual se trabaja desde mediados de los años 90’ y del cual todavía falta mucho por ejecutar.

La conservación de este lugar paradisíaco es algo que no sólo agradecerán las de especies que habitan en él, sino también nuestros sentidos al poder contemplar cómo se desarrolla la vida en esta mágica zona.

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