Agosto 15, 2023
María, eu son mozo,
pedir non me é dado;
euvou polo mundo
pra ver de ganalo.
Galicia está probe,
i á Habana me vou…
¡Adiós, adiós, prendas
do meu corazón!
Como parte del proyecto Rutas y Andares para descubrir en familia, el pasado jueves 10 de agosto, se realizó la ruta Pr’a Habana me vou dedicada a la presencia gallega en La Habana.
La Presidenta de la Cátedra de Cultura Gallega de la Universidad de La Habana y profesora de la Facultad de Artes y Letras, Arantxa Fernández Crespo, condujo el recorrido. El mismo, comenzó en la Plaza de San Francisco, lugar por donde ingresaron gran parte de los viajeros que llegaban al puerto habanero. Uno de ellos fue José María López Lledín, el “Caballero de París”.
El autodenominado “caballero”, arribó a Cuba procedente de Galicia. Al respecto, la profesora refirió que tuvo varios oficios como empleado en una librería, tienda de flores, oficina de abogados y sirviente de los hoteles Sevilla, Telégrafo, Inglaterra y Saratoga. Se dice que perdió el juicio cuando lo arrestaron en 1920 por un crimen que no cometió. Fue en ese momento cuando comenzó a utilizar el sobrenombre por el que pasó a la historia popular cubana.
Otro de los puntos significativos de la ruta fue en el Cruceiro de La Habana, un conjunto escultórico revelador de la iconografía gallega. La pieza fue realizada por Enrique Velazco y traída desde España como parte de un obsequio al Eterno Historiador Eusebio Leal Spengler. Aunque su tipología es variada, se pueden distinguir sus tres partes principales: la base, la vara y la cruz cargadas de elementos simbólicos.
En la calle Obispo, arteria comercial de La Habana se encuentra el Hotel Ambos Mundos. En sus inicios, la planta baja se destinó para un establecimiento comercial. El primer y segundo piso se destinó al Hotel, que contaba con las habitaciones que tenían baños; toda una novedad para la época. Uno de sus propietarios fue Manuel Asper López natural de Chantada, provincia de Lugo, en Galicia, quien se asentó en Cuba a principios del siglo XX. El señor Asper y Ernest Hemingway entablaron una gran amistad. Ambos mantenían correspondencia, en numerosas ocasiones se ayudaban monetariamente e incluso, el escritor norteamericano, contaba con una habitación única y exclusivamente para él.
El recorrido continuó hasta la librería La Moderna Poesía, en la esquina de Obispo y Bernaza. Su fundador fue José López Rodríguez, más conocido por “Pote”. Este comerciante y empresario español fue uno de los principales accionistas del Banco Nacional de Cuba, fomentó la construcción del Reparto Miramar, compró la fábrica de cemento El Almendares y el central azucarero España. A raíz de la crisis de 1920, “Pote” perdió la mayor parte de su fortuna, pero retuvo el negocio de la librería, por donde empezó su carrera. Luego de la sorpresiva muerte del gallego, la piedra fundacional del imperio de “Pote” pasó a manos de su hijastro, José López Serrano.
En el lugar donde radica la Editorial Abril radicó el antiguo Diario de la Marina. Este rotativo fue el más longevo del país. Nació el 1ro d abril de 1844, cuando Isidoro Araujo de Lira fusionó los periódicos El Noticioso y El Lucero. En este diario trabajaron periodistas como Alejo Carpentier, Raúl Roa, Jorge Luis Borges, Gastón Baquero y el poeta español Manuel Curros Enríquez.
Para culminar el recorrido, el público visitó el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, antiguo Centro Gallego. Sus orígenes se remontan a 1906 cuando los gallegos se hicieron del antiguo Teatro Tacón y los terrenos adyacentes al mismo, hasta completar toda la manzana. Con un amplio presupuesto que rondaba a los 2 000 000 de pesos, las obras se extendieron desde 1907 hasta 1915, fecha en la cual se inauguró.
En este lugar se proyectó un complejo que, además del teatro, tuvo dos salones de baile, un casino, salones de juegos, oficinas, caja de ahorros, tesorería, restaurantes y cafés. Los gallegos residentes en Cuba se vieron reflejados en este imponente y elegante espacio, el cual fue y sigue siendo una excelsa pieza dentro del neobarroco cubano.
Con la visita a la cubierta de este lugar y al escenario donde tantas figuras de renombre actuaron, finalizó el recorrido Pra Habana meuvou. La ruta fue propicia para conocer sobre la impronta de un gran número de gallegos en La Habana de diferentes épocas.