Junio, 12 2023
Frances Erskine Inglis, es una figura fascinante para la historia de la cultura y literatura, tanto española como americana. Nació en Edimburgo, Escocia, el 23 de diciembre de 1804. Tas la muerte de su padre, se trasladó con su familia a la ciudad de Boston, en Estados Unidos, donde su madre y hermanas abrieron un colegio para señoritas. La prestigiosa formación cultural que recibió de niña fue uno de los factores que la llevaron a convertirse en la escritora exitosa que fue.
En Boston, se vinculó con ilustres personajes como George Ticknor, Washington Irving y el historiador William H. Prescott. Este último, fue quien le presentó a Don Ángel Calderón de la Barca y Belgrano, diplomático español que fungía como ministro plenipotenciario de España frente al gobierno de Washington. El 24 de septiembre de 1838 la pareja se casó y en 1839, Don Ángel fue nombrado como el primer embajador español en México tras la independencia del país. El matrimonio partió a bordo del vapor “Norma”, desde Nueva York hasta La Habana. Al llegar a Cuba, realizó una escala de 12 días y luego siguió el viaje hacia Veracruz, México.
Durante los dos años que duró su estancia en el extranjero, Frances le escribió a su madre y hermanas varias cartas en las que compartió con ellas su travesía en altamar, vida cotidiana, impresiones y experiencias. Estas dotes literarias la llevaron a compilarlas en un epistolario titulado La vida en México: durante una residencia de dos años en ese país.
En sus crónicas, la marquesa refiere que, a su llegada, la vista de El Morro y la belleza de la ciudad frente a la bahía la fascinó. Fueron recibidos por el Capitán General de la Isla y durante los días que permanecieron la Villa, recorrieron el centro y los alrededores de la ciudad en medio de constantes festejos ofrecidos por la aristocracia habanera: cenas, bailes de gala, funciones de teatro y ópera. A Frances, la ostentación de la aristocracia isleña le resultó caricaturesca: “Condes, marqueses, generales con toda clase de condecoraciones, olanes de encaje, broches de diamantes, estrellas de rubí, dedos cubiertos de anillos, etcétera.” (Fisher & Fisher, 1970, pág. 20) [1]. Unas descripciones muy honestas, vívidas y detalladas que constituyen una valiosa ventana a la cultura cubana de la época.
Las memorias sobre su estancia en La Habana se incluyen en la tercera carta del libro. Antes de cerrarla, se excusa por haber visto tan poco de la isla para formarse un juicio más certero sobre el país y sus habitantes. (Fisher & Fisher, 1970, págs. 65-66) [2].
La vida en México: durante una residencia de dos años en ese país se publicó inicialmente en inglés, en 1843 y en los primeros años tuvo una difusión bastante limitada. Las primeras críticas fueron negativas, pero esta percepción cambió para convertirse en una fuente invaluable de información para historiadores y estudiosos de la cultura, tanto cubana como mexicana.
Después de la muerte de su esposo en 1861, Frances Erskine Inglis fue requerida por la reina Isabel II para que se ocupara de la educación de la infanta Francisca Isabel de Borbón. En agradecimiento a sus servicios y fidelidad se le concedió el título de Marquesa Calderón de la Barca en 1876. Falleció en Madrid, España, el 6 de febrero de 1882.
Notas
[1 y 2] Fisher, H. T., & Fisher, M. H. (1970). Life in Mexico. The Letters of Fanny Calderon de la Barca. Nueva York: Doubleday and Co.