Marzo 24, 2023
Desde que la pintura fue concebida como un oficio y los artistas pudieron apreciar las bonanzas que esta les aportaba, aparecieron diversos talleres y gremios en los cuales se realizaban obras por encargo. El maestro acometía las obras o encargos que le solicitaban y disponía de colaboradores, llamados aprendices que, como su nombre indica, estudiaban el oficio del experto. En estas escuelas primaban los estudiantes varones; las mujeres que apostaron por dicho oficio tuvieron que instruirse de sus padres o esposos.
Lavinia Fontana, nacida el 24 de agosto de 1552 en Bolonia, Italia, fue una figura clave de la pintura del Manierismo y del Barroco que rompió con los esquemas de la época al dirigir su propio taller y convertirse en la artista oficial de la curia romana y de la corte del papa Clemente VIII. Aunque se conservan muy pocas obras de sus inicios como pintora, se ha constatado que tempranamente mostró una afición por los retratos.
Uno de sus más destacados trabajos lo constituyó Autorretrato con espineta (1577), en la que aparece tocando este instrumento con un caballete de fondo. La pintura constituyó un regalo para Gian Paolo Zappi, pintor de una acomodada familia que le había propuesto matrimonio a esta artista. En el cuadro Lavinia aparece como una mujer refinada, culta y apasionada por las artes. El autorretrato resultaba ser su presentación ante la familia Zappi y, por ende, una respuesta positiva a la unión conyugal. Lavinia aceptó la propuesta con la condición de que continuaría dedicándose a la pintura después de casada.
Gian Paolo aceptó los términos de su joven esposa y dejó a un lado muchos de sus encargos con tal de priorizar los de su mujer. De esta armoniosa unión nacieron once hijos. Algunas fuentes relatan que Gian Paolo se encargaba de las labores del hogar y ayudaba a Lavinia Fontana con el fondo de sus obras. Esta situación, la cual generalmente se producía a la inversa, da fe de hasta qué punto eran apreciadas y cotizadas las piezas de esta fémina.
En sus cuadros tenía protagonismo la representación del vestuario, en los que plasmaba con exquisitez los detalles de las texturas y estampados de los paños. Un fehaciente ejemplo de ello lo constituye la obra La familia Gozzadini (1584), donde la atención se focaliza en los hermosos vestidos de las damas debido a la utilización de la luz enfocada en el primer plano.
En 1600, cuando tenía 50 años y un gran prestigio se traslada a Roma, donde fue designada como la artista oficial del papa Clemente VIII. En este período la artista obtuvo también el mecenazgo de la curia, los diplomáticos, las damas de alta posición y de la familia Boncompagni. En la corte le reconocían como la “pintora pontificia”, llegando a ser elegida como miembro de la Academia Romana, un privilegio inusual para las mujeres.
Con la muerte de Clemente VIII en 1605 fue designada retratista de la corte del papa Paulo V. Lavinia Fontana recibió varios reconocimientos, entre ellos, una medalla acuñada en su honor en 1611 y realizada por el escultor Felipe Antonio Casoni, en la que se representa de perfil por el anverso y de frente a su caballete en el reverso.
Su última obra conocida es Minerva vistiéndose (1613), un retrato de la diosa romana de la guerra. Tras terminarla se retiró a un monasterio, donde murió el 11 de agosto del año siguiente, a punto de cumplir 63 años. Cabe destacar que Fontana llegó a pintar desnudos, tanto masculinos como femeninos, en sus pinturas religiosas y mitológicas de gran formato, lo cual legitimaba su prestigio de excepcional pintora. Se conservan 32 pinturas firmadas y fechadas, pero documentadas hay más de 135, lo cual constituye la mayor producción de una pintora antes del siglo XVIII.