Enero 21, 2022
Estudiar posibilidades y variantes, contrastar experiencias y proyectar de forma sostenible y con enfoque de género el uso de la bicicleta son acciones que pueden contribuir a la ciclomovilidad en Cuba y sus efectos positivos sobre la salud de las personas y el entorno.
Al respecto se dialogó durante un seminario internacional organizado por la Sociedad Civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente (SCPCMA), en La Habana. Realizado en nuestro Centro, el encuentro reunió a representantes de emprendimientos, proyectos, educadores, el sistema de bicicletas públicas de la Oficina del Historiador de La Habana y universidades, entre otros invitados.
El evento forma parte de las actividades previstas en el marco del proyecto de cooperación internacional “Apoyo al desarrollo del ciclismo urbano en La Habana, Cuba”, financiador por las instituciones Civil Society in Development (CISU) e ITS TEKNIK, ejecutada por la Sociedad Civil Patrimonio Comunidad y Medio Ambiente con el apoyo de la ONG danesa Emergency Architecture and Human Rights (EA-HR) y la Oficina del Historiador.
Durante las sesiones compartieron sus experiencias los arquitectos Lotte Bech e Iván Salinas, de la organización Emergency Architecture and Human Rights (EA-HR), de Dinamarca, que junto a la SCPCMA ejecuta el proyecto “Apoyo al desarrollo del ciclismo urbano en La Habana”.
Según Salinas, de origen chileno y residente en Dinamarca, con experiencia internacional en el tema de la bicicleta como medio de transporte, la esencia del seminario fue compartir experiencias danesas que pueden servir de inspiración para encontrar soluciones cubanas.
El arquitecto, quien ha trabajado la utilización de los ciclos en la planificación del tráfico en ciudades, expresó que en talleres y exposiciones de la Oficina del Historiador y de varias instituciones se evidenció un alto nivel técnico sobre cómo la planificación puede ser el marco para integrar en Cuba la bicicleta como medio de transporte.
La bicicleta tiene absoluta perspectiva para Cuba y para La Habana. El ejemplo de la empresa Vélo Cuba es muy ilustrador de cómo, a través de iniciativas surgidas desde abajo, se puede aportar al uso de la bicicleta, que tiene impacto en la salud personal, en el medio ambiente y en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
Pese a todos sus beneficios para la salud, la independencia, la descongestión del servicio de ómnibus públicos, disponer de bicicletas en Cuba es complejo: mayoritariamente se importan completas o en partes para ensamblar; escasean las piezas y accesorios, y no existe una infraestructura vial, entre otros dilemas.
Bicicletas y género
Varios participantes en el taller expusieron aspectos del trabajo para promover la equidad de género en el mundo de las bicicletas.
Por la empresa Vélo Cuba S.U.R.L., se explicaron algunas de las prácticas a favor de la equidad: igualdad de oportunidades para clientes externos e internos, similares derechos, beneficios y respeto; establecimiento de responsabilidades a partir de las competencias, promoción del lenguaje no sexista, rechazo a prejuicios e ideas preconcebidas y empoderamiento masculino y femenino.
Para promover la participación femenina, una constante desde los inicios, dijo, potencian los talleres liderados y operados por mujeres, así como fomentan la equidad desde la cultura organizacional para incrementar el uso de las bicicletas en el público femenino.
El arquitecto Jorge Peña, profesor de la Universidad Tecnológica José Antonio Echeverría, se refirió a los usos diversos que de los ciclos hacen mujeres y hombres, si el ciclo de ellos se reduce a casa, trabajo y mandados; el de ellas incluye, además, cuidar de las personas mayores de la familia y llevar a niñas y niños a los centros educacionales.
Esto, indicó, demanda considerar las necesidades específicas de movilidad de cada grupo social.
Todos los caminos conducen a los ciclos
El programa incluyó exposiciones acerca de la infraestructura para el ciclismo de Copenhague, su monitoreo y control, el ciclismo urbano y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. También se divulgó la iniciativa Creando ciudades vivibles, estrategia de la Dirección General de Transporte de La Habana para el uso de la bicicleta como elemento de la movilidad sostenible y propuestas en la búsqueda de espacios para los ciclos en el municipio Diez de Octubre.
Guadalupe Rodríguez, directora de Planeamiento de dicha entidad, explicó la estrategia para incentivar el uso de la bicicleta, que incluye la revisión del marco legal y su modificación, la expansión de las bicicletas públicas, la producción local y la sensibilización de la ciudadanía para que comparta el espacio público con quienes usan ciclos.
En la capital cubana, reveló, se ejecutan proyectos en diferentes fases de implementación, algunos con cooperación internacional, con apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, por sus siglas en inglés), dirigidos a crear condiciones de infraestructura, equipamiento y señalización para multiplicar la movilidad ciclística.
Al respecto, destacó la importancia de lograr la sostenibilidad, a partir de garantizar la disponibilidad de partes y piezas, una de las causas del fracaso del uso de los ciclos en la década de los 90, así como del establecimiento de alianzas para hacer realidad los sueños de la ciclomovilidad.
Sobre las especificidades de La Habana y los desafíos para extender la ciclomovilidad, el arquitecto Peña expuso sobre un proyecto para la Calzada de Diez de Octubre. Recalcó que no hay que esperar a las grandes soluciones, sino que pueden hacerse alternativas pequeñas que pueden ordenar y facilitar la movilidad, con bicicletas incluidas.
Sin embargo, señaló en el encuentro Yasser Gonzáles, del emprendimiento Citycleta, continúa siendo muy complicado disponer de bicicletas en Cuba para los diferentes usos.
[Tomado de IPS Cuba]