Gema Desireé Cristóbal Querol
Diciembre 3, 2021
Francisco Marill Solar, médico ubicado en La Habana del siglo XIX, obtiene la Autorización Real para una comisión de investigación en el extranjero con el objetivo de estudiar las afecciones nerviosas. Viaja a París y, durante seis meses, trabaja con médicos reconocidos en dos hospitales de esa ciudad. De regreso a Cuba redactará sus resultados, que serán enviados junto a un informe de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana al Ministerio de Ultramar. Los resultados de su investigación nunca vieron la luz. Con este trabajo se pretende estudiar el movimiento y la difusión científica entre América y Europa a través de la presencia en Cuba de este médico y de la participación de las instituciones científicas en estos procesos.
Barcelona-La Habana-París [1]
Francisco Marill Solar se doctoró en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona en 1874. En 1876 se constata su presencia en La Habana cuando solicita la autorización del Gobierno para ejercer su profesión en Cuba [2]. Tuvo que trasladarse por enfermedad a Europa a finales de la década del ochenta y solicita llevar a cabo una estancia de investigación en París. Por Real Orden de 15 de enero de 1889 fue nombrado por el Gobierno para realizar un estudio sobre afecciones nerviosas durante seis meses en París.
Viajó hasta Francia en junio de 1889 y estuvo allí hasta diciembre de ese mismo año. En el expediente que se conserva en el Archivo Histórico Nacional de España [3] se puede observar el recorrido que tuvo en su estancia de investigación, los resultados de la misma y su interés posterior en la publicación.
Como se puede observar en el documento manuscrito donde recogió sus resultados, el Doctor Marill se presenta como médico del hospital civil Nuestra Señora de las Mercedes de La Habana, miembro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, socio fundador de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, socio corresponsal de la Academia y Laboratorio de las Ciencias Médicas de Cataluña y de la Academia Médico-Farmacéutica de Barcelona.
Estancia en Francia
El prestigio y la influencia de la práctica científica de la Francia del siglo XIX, así como el trabajo de sus médicos, era bien reconocida. Por ello, no es extraño que el Doctor Marill eligiese París para realizar el estudio de las afecciones nerviosas, lo que le permitiría compartir y aprender de grandes personalidades médicas. La estancia de seis meses se desarrolló en el Hospital de la Salpêtriere y en el Hospicio Bicêtre.
El Doctor Marill explica de forma detallada los tratamientos, el estudio y algunos de los casos más particulares de ambas instituciones. La clínica del Hospital la Salpêtriere estaba dirigida por el profesor Jean Martin Charcot y constituía el centro científico para el estudio de las afecciones nerviosas más grande de Francia. Algunos casos de los enfermos del sistema nervioso que estaban en el servicio clínico del profesor Charcot se utilizaban para planteárselos a los alumnos. El servicio se componía de cuatro salas con 100 camas y en él eran recibidas mujeres francesas y extranjeras. Además, contaba con 50 camas para hombres, 30 para niños y 200 para epilépticos. También cabe destacar la incidencia que hace el Doctor Marill en las diferentes estancias que se encontraban en el Hospital, consideradas necesarias para la investigación: el laboratorio de Anatomía Patológica que dirigía el profesor Paul Richer, el laboratorio de Fisiología, el museo, la sala de baños, el gabinete electroterápico dirigido por el Doctor Vigonroux, y por supuesto, el anfiteatro donde Charcot explicaba las lecciones para los estudiantes.
El Doctor Marill hace hincapié en los resultados de su investigación en la difusión de la práctica científica que se realizaba en el servicio del Salpêtriere. Existían dos publicaciones que completaban el método de enseñanza del profesor Charcot: por un lado, la Nueva Iconografía de la Salpêtriere, que se empezó a publicar en 1888 por los Doctores Guille de la Tourette, Paul Richer y Albert Loude, en esa publicación se presentaban con fotografías y figuras las historias de enfermos tratados en la clínica; y, por otro lado, la otra publicación eran notas tomadas en el curso por los alumnos de Charcot que se publicaban semanalmente.
En el Hospicio Bicêtre el Doctor Marill trabajó con el Doctor Dejerine, en las afecciones nerviosas. El centro estaba destinado a hombres inválidos, donde se llegaron a concentrar más de 3000 en el año 1889. Así, el Doctor Marill detallaba:
En el mes de mayo de 1889 era de 3308, de ellos 393 alienados y 219 epilépticos, hay además los párvulos de los que 186 son alienados, 23 epilépticos no alienados, 177 idiotas paralíticos e histéricos, sección importante que se encuentra a cargo del Doctor Bourneville discípulo del Doctor Charcot; el resto son valetudinarios e individuos atacados de afecciones nerviosas diversas.
El Doctor Dejerine fue discípulo del profesor Vulpian y contaba con grandes conocimientos de neuropatología. Era profesor agregado de la Facultad de Medicina de París. El Hospicio, a pesar de encontrarse lejos de París, era visitado por muchos doctores extranjeros. El Doctor Dejerine estaba a cargo de 200 camas, la mayor parte de ellas ocupadas por enfermos con afecciones raras. El número total de individuos con afecciones del sistema nervioso y que pertenecían a este servicio era de cerca de 600.
La clínica se complementaba con un laboratorio que contenía gran número de piezas patológicas de enfermedades del sistema nervioso, así como un servicio fotográfico para inmortalizar los casos más interesantes de estudio. El Doctor Marill destacaba que se hacían más de 300 autopsias al año.
La estancia en París permitió al médico conocer de cerca el trabajo que se estaba realizando en centros de referencia mundiales.
De vuelta a Cuba
El Doctor Marill consideraba que su estancia de investigación en París había sido provechosa, pues después del servicio del profesor Charcot en la Salpêtriere, era el del Doctor Dejerine el centro de enseñanza más importante de París, y quiso poner en práctica en la Isla lo que había visto en las instituciones francesas.
Comentaba el médico que en la isla de Cuba no existía un lugar específico para curar y estudiar las afecciones nerviosas. Además, aseguraba que, pese a que se habían creado varias cátedras en la Facultad de Medicina, y una era la de Neuropatología con inclusión de las alteraciones mentales, no se habían sacado a concurso las plazas.
Avalado por los datos sobre los afectados de afecciones nerviosas en Cuba durante el período 1882-1886, llegaron al Hospital Civil Nuestra Señora de las Mercedes 1328 pacientes; el Doctor Marill proponía que se destinase un espacio dentro de este hospital para tratar este tipo de enfermedades, además de estudiar los casos para una mejora de la práctica médica. Áreas específicas para el tratamiento y un laboratorio de anatomía patológica, tan necesario para el estudio de estas afecciones, eran parte importante de su proyecto.
Los resultados de la investigación se enviaron junto a un informe de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana al Ministerio de Ultramar. La Academia no consideró eficiente el estudio hecho por el médico, sin embargo, valoró positivamente y como un progreso científico el establecimiento de los servicios médicos que planteaba el Doctor Marill en el Hospital Civil de Nuestra Señora de las Mercedes, pero complicado de ejecutar.
La difusión de su investigación se vio truncada por decisión de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana que a través de un informe desaconsejaba su publicación.
A modo de conclusión
Francisco Marill Solar se formó en Barcelona, trabajó en La Habana e investigó en París. Con la intención de poner en práctica el estudio y el tratamiento que se llevaba a cabo en Francia, propuso para Cuba nuevas formas de abordar las afecciones nerviosas, pero encontró una respuesta negativa desde la institución científica que debía avalarle. Desde el Gobierno se apoyó la decisión de la Academia.
Este trabajo es solo el comienzo de una investigación que se está llevando a cabo y de la que se esperan resultados que aporten a la historia de la medicina en Cuba.
Notas
* Conferencia presentada en el II Coloquio Presencias Europeas en Cuba, 2018, del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo.
[1] Este trabajo forma parte del proyecto de investigación HAR2014-57245-P Espacios públicos del saber en la encrucijada del siglo XIX al XX, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.
[2] ANC, Instrucción pública, 334, Exp. 19421.
[3] AHN, Ultramar, 4858, Exp. 12.
Gema Desireé Cristóbal Querol: Máster en Gestión de la Documentación, Bibliotecas y Archivos y Licenciada en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente es Personal Investigador en Formación por la Universidad Complutense de Madrid, donde realiza su tesis Doctoral en Ciencias de la Documentación sobre los fondos documentales de la Real Casa de Maternidad de La Habana en el siglo XIX.