El sable es un arma blanca curva, por lo general de un solo filo, pensada para cortar y usada habitualmente por los oficiales de caballería e infantería en el siglo XIX e, incluso, en el XX. El carácter curvo de la hoja y su filo único diferencia al sable de la espada. Esta arma blanca es de tajo y surgió por la necesidad de velocidad en el combate, lo que se logra al cortar y no dejar incrustada la hoja del arma en el cuerpo del adversario (al contrario de la mayoría de las espadas de una mano, que son de estocada). Los sables pensados para caballería tienen una gran curvatura, en tanto los de infantería poseen una curvatura menor, pues debe concederse importancia a la función defensiva: mantener alejado al enemigo y parar sus golpes.
Como arma regular del ejército español, fue utilizado en Cuba durante el período colonial. En la Sala de Armamento Español del Museo de la Ciudad se encuentran expuestos varios tipos de sables, donde destacan los de caballería y los de infantería.