Junio 28, 2021
Declarado en 1991 Monumento Nacional por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, el malecón de La Habana se ha convertido en símbolo identitario de la cultura cubana. Es el lugar de ocio más frecuentado por habitantes y turistas, y se ha transformado en el sofá más largo de la isla donde confluyen amantes, artistas, familias, amigos…
A inicios de la década de 1900, comenzó la primera etapa de su construcción bajo el nombre de Avenida del Golfo, refiriéndose al Golfo de México al que se enfrentaba la primera sección del muro. Sin embargo, los habaneros rápidamente comenzaron a llamarlo “el malecón”.
Su construcción demoró 50 años y se divide en 4 etapas constructivas que acontecieron desde 1901 hasta 1959, y cada una con sus peculiaridades propias, de acuerdo a los gobiernos de los diferentes presidentes que se sucedieron en la Isla.
Primera etapa constructiva
De 1901 a 1902 se llevó a cabo el primer tramo del malecón, en el cual se avanzaron 500 metros. A esto se sumaron replanteamientos necesarios en el proyecto inicial en el que se tuvieron en cuenta las manifestaciones climáticas que se sucedieron en el país. A nivel morfológico, ello implicó un aumento del ancho de la vía para potenciar el factor de protección, lo que supuso a la vez que fueran puestos en un plano secundario elementos de equipamiento urbano como luminarias, mobiliario urbano y vegetación. La construcción de este primer tramo estuvo a cargo de los ingenieros norteamericanos Mr. Mead y Mr. Whitney, quienes avanzaron con una orientación este-oeste, que partió desde el Castillo de San Salvador de la Punta.
Segunda etapa constructiva
La segunda etapa de construcción duró 6 años, de 1913 a 1919, y se avanzaron 1500 metros de muro, bajo el impulso del presidente cubano Mario García Menocal. La continuación del malecón en esta segunda oportunidad se delegó a la firma de contratistas Arellano y Mendoza. El desarrollo constructivo en este período fue más lento en comparación con el anterior por el aumento de transporte y relleno para llevar a cabo los metros de ampliación no contemplados originalmente. La terminación de este tramo se concluyó en las pocetas costeras de los Campos Elíseos, próximas al Torreón de San Lázaro en la Plaza Antonio Maceo.
Tercera etapa constructiva
La tercera etapa se concretó en 8 años con un aproximado de 1100 metros. Bajo el gobierno de Gerardo Machado se decidió continuar el avance del malecón y con el apoyo del secretario de Obras Públicas, Carlos Miguel de Céspedes, se dio curso a una amplia inversión en el desarrollo urbano y de edificios emblemáticos en La Habana como el Capitolio Nacional. En esta etapa, el muro se extendió hasta la calle 23, en El Vedado.
Cuarta etapa constructiva
Desde 1933 y hasta 1940 se sucedieron en Cuba 9 presidentes constitucionales. Esta inestabilidad política y económica aconteció en medio de la Gran Depresión norteamericana y mundial de 1929. No fue hasta la llegada al poder en 1933 del mandatario cubano Fulgencio Batista y Zaldívar, y en su segundo período constitucional desde 1952 hasta 1959, que se prosiguió de manera estable con la prolongación del malecón. Como parte del Plan de Obras Públicas de Batista se dio fin a la construcción de la avenida amurallada. La cuarta etapa se desarrolló durante 7 años en los cuales se avanzaron 3900 metros aproximadamente. Esta fase constituyó la de mayor rendimiento en los trabajos, influido por el avance de las tecnologías constructivas del momento. La imagen urbana del malecón se concretó en una vía rápida de seis carriles en dos sentidos que culminaron en la desembocadura río Almendares. Se estableció como punto de cierre el Túnel de Calzada o Quinta Avenida, marcando un total de 8 kilómetros de malecón.
Es notable el valor sociocultural de esta vía amurallada, el cual trasciende como hito urbano y se constituye en uno de los símbolos principales del país y de la capital.