Enero 27, 2021
San Marino es uno de los países más pequeños del mundo y se encuentra en la campiña del este de Italia. Es un país independiente y su propia ciudad capital, y se encuentra a 20 kilómetros de la costa del mar Adriático de Italia. Aunque solo tiene 61 kilómetros cuadrados de superficie, San Marino está lleno de arquitectura antigua, platillos deliciosos y fabulosas opciones para hacer compras.
Con sus poco más de 30.000 habitantes y sus 61 km cuadrados de superficie -aproximadamente el tamaño de la isla de Manhattan-, la pequeña república de San Marino bien podría definirse como un caso de arqueología política: el único ejemplo viviente de las llamadas ciudades-Estado que dominaron el centro y el norte de la península itálica entre los siglos X y XV.
El Monte Titano es el sitio donde se encuentra el centro de la ciudad de San Marino, y ha existido desde el año 301. Esta es una zona protegida por la Unesco por su gran cantidad de torres y otras muestras arquitectónicas bien conservadas. Caminar por el sendero de murallas medievales de piedra que comunica a las Tres Fortalezas (Guaita, De la Fratta y Montale), las cuales protegían a este asentamiento durante la época antigua de las ciudades-estado feudales de Italia, debe ser sin duda una experiencia inolvidable.
Aunque la historia borró las fronteras de Venecia, Bolonia o Milán, San Marino perduró en el tiempo y se convirtió en un pequeño país incrustado en la Italia moderna. Además, es la ciudad única donde se eligen dos jefes de Estado -llamados “capitanes regentes”- que comparten el cargo más alto del país y sus responsabilidades.
En el origen de esta “rareza política” reside, quizá, parte del secreto de la larga historia de este enclave como estado independiente.
La idea de tener dos jefes de Estado en San Marino fue tomada de la República Romana, del tiempo de los cónsules. Eran dos para que uno controlara al otro. Era una forma de no concentrar demasiado poder en una sola persona. Esta forma de gobierno data al menos de 1243, año en el que se eligieron los primeros “capitanes regentes” de los que se tiene constancia escrita. Desde entonces, San Marino renueva a su pareja de jefes de Estado cada seis meses, un mandato breve que en origen también buscaba evitar que acumulen demasiado poder.
En la actualidad, los capitanes regentes deben pertenecer y ser votados por el Parlamento de San Marino, el llamado “Consiglio Grande e Generale”, que consta de 60 miembros y es renovado cada cinco años.