Enero 13, 2021
Rumanía es considerado el país de Drácula. La región de Transilvania, cuyo significado es “la tierra detrás del bosque”, es famosa por su vinculación con el personaje de Drácula a finales del siglo XIX. El novelista y escritor irlandés, Bram Stoker, conocido por su novela Drácula (1897), se inspiró en el emperador Vlad III, también llamado Vlad el Empalador o Vlad Drácula, para representar al Conde Drácula, uno de los personajes más importantes de la literatura y la historia universal.
Vlad el Empalador fue príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462, considerado uno de los gobernantes más importantes de la historia de esa región y un héroe nacional de Rumanía. Las historias sobre Vlad lo convirtieron en el gobernante medieval más conocido de las tierras rumanas en Europa. La creencia popular recoge que el Castillo de Bram era la antigua residencia de este príncipe, situado en Braşov, Transilvania. Sin embargo, se afirma que este personaje histórico nunca vivió en el castillo, sino que su verdadera fortaleza fue el Castillo de Poenari.
Rumanía es uno de los veintisiete estados soberanos de la Unión Europea. El término que da nombre a este país europeo, Romania, responde al conjunto de territorios en los que se hablan las lenguas románicas. El hecho de que los rumanos hayan escogido para denominarse un nombre derivado del latín, romanus (“romano” en español), aparece documentado desde el siglo XVI por humanistas italianos que viajaron a Transilvania, Moldavia y Valaquia.
La capital de Rumanía es Bucarest, que significa “felicidad” y es también conocida como la “París del Este”. Su bandera tricolor, compuesta por tres franjas verticales comenzó a emplearse como emblema del movimiento nacional rumano desde 1834. El color azul está asociado con la libertad, el amarillo con la justicia y el rojo con la fraternidad.
La cultura rumana es rica y diversa, considerada como punto de encuentro entre tres regiones: Europa Central, Europa del Este y la Península Balcánica. La identidad de Rumanía se conformó a partir de las influencias de los romanos, la cultura dacia, los pueblos eslavos, griegos, el Imperio Bizantino, los turcos otomanos y, en menor medida, de los húngaros.
La lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO ha nombrado diversos sitios rumanos como las iglesias fortificadas, en Transilvania; las iglesias pintadas, al norte de Moldavia; las iglesias de maderas, en Maramures, ejemplos únicos donde se combinan el estilo gótico con la construcción tradicional de madera; el Monasterio de Horezu; las Ruinas de Sarmizegetusa Regia; el Centro Antiguo de Rumanía y el Delta del Danubio. Además, en 2007, la ciudad de Sibiu fue elegida Capital Europea de la Cultura, junto con Luxemburgo.
Rumanía tiene entre sus tesoros naturales el río Danubio, que forma parte de la frontera sur del país y, al ser navegable, le ofrece una importante vía de transporte y una fuente fundamental de energía hidroeléctrica. El Delta del Danubio es el segundo delta más grande y mejor conservado de toda Europa, y cuenta con unos 23 ecosistemas completamente naturales.
