Agosto 4, 2020
Polonia es un país de Europa central que comparte fronteras con Rusia, Lituania, Ucrania, Bielorrusia, Eslovaquia, República Checa y Alemania. Varsovia, su ciudad capital, desprende un poderoso sentimiento de reinvención, que es reflejo del imperativo del pueblo polaco de no olvidar la memoria cultural del país. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue destruida en un 80%. Por medio de los esfuerzos de toda la nación, y del apoyo de las comunidades polacas en el extranjero, los preciosos castillos, monumentos, catedrales y edificios gubernamentales que conforman su Ciudad Antigua – que es el corazón y alma de Varsovia- fueron meticulosamente restaurados. Por su excepcionalidad, la Ciudad Vieja fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial en 1980.
- ¿Sabías que Polonia dejó de existir como país durante 123 años?
La Mancomunidad de Polonia-Lituania o República de las Dos Naciones, como también se le conocía, fue una monarquía aristocrática federal formada en 1569 por el Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania. Hacia finales del siglo XVIII, la mancomunidad afrontaba problemas internos que condujeron a su inestabilidad política. Este territorio, que se encontraba en los límites geográficos de tres grandes potencias europeas: el Archiducado de Austria, el Reino de Prusia y el Imperio ruso, fue particionado en 1772, 1793 y en 1795, con lo que desaparecía del mapa europeo hasta 1807, cuando se estableció brevemente el Gran Ducado de Varsovia. En 1815 fue desmembrada en una cuarta ocasión. Finalizada la Primera Guerra Mundial, en 1918, se constituyó un estado polaco independiente con la creación de la Segunda República Polaca.
- ¿Te gustan las leyendas? Pues te comentamos dos.
Una de las pocas esculturas que no destruyó la guerra fue la Sirenita de Varsovia, símbolo protector de la ciudad que desde principios del siglo XX figura en el escudo de armas de la ciudad. Existen varias leyendas sobre la Sirenita relacionadas con el nombre de la ciudad, que en polaco es «Warsawa». La más popular cuenta que 2 sirenas hermanas vivían en las aguas del Mar Báltico. De naturaleza curiosa, se aventuraron al reino del hombre. Una nadó hasta Dinamarca, y allí la podemos observar sentada en una roca a la entra de Copenhague. La otra, llamada Sawa, nadó por el río Vístula hasta llegar a las tierras donde se asienta Varsovia. Los pescadores, al principio descontentos con su presencia, aprendieron a convivir con ella. Un día, un ambicioso mercader la capturó para luego venderla. Un osado pescador llamado Wars, junto a otros compañeros, la recataron y la devolvieron al Vístula. La sirenita prometió defender la ciudad y a sus pobladores siempre que fuera necesario.
Dice otra leyenda que sobre la colina Wawel, en Cracovia, vivió un terrible dragón llamado Smok que atemorizaba a los aldeanos. Un día el príncipe Krakus prometió la mano de su hija en matrimonio a aquel que fuese capaz de matar al dragón. Muchos lo intentaron y fracasaron, hasta que un joven zapatero trazó un plan. Durante la noche mató a una oveja, la llenó de azufre y alquitrán, la cosió y la colocó a la entrada de la cueva del dragón. Este, hambriento, la ingirió y sintió su estómago a arder, por lo que fue hasta el Vístula a tomar agua y tomó tanta que explotó. El reino se salvó y el perspicaz zapatero se casó con la princesa.
¿A qué otro dragón del universo literario y fílmico te recuerda el nombre del poderoso y terrible Smok?
- Voces de mujeres
Mucho ha pasado desde que se escribieron esas fábulas…La realidad es que las mujeres son capaces de defenderse y de elegir cómo conducir su vida. Dos mujeres polacas son ejemplo de ello. Nos referimos a una de las científicas más importantes de todos los tiempos, la primera persona en ganador dos veces del Premio Nobel en dos disciplinas diferentes -Física y Química, en 1903 y 1911, respectivamente- y la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París. Ella fue Marie Curie.
Irene Sendler, quien trabajó en el Gueto de Varsovia, salvó la vida de más de 2500 niños judíos y guardó con celo un exhaustivo registro de sus identidades. Fue detenida por la Gestapo y sometida a torturas. Condenada a muerte, pudo escapar de prisión y en la clandestinidad continuó con su labor bajo un nombre falso. Por su coraje y humanidad, mereció el título de Justa entre las Naciones, otorgado por la organización Yad Vashem, de Israel.