Tomás Gutiérrez Alea
Cineasta
Tomás Gutiérrez Alea (Titón)
(La Habana, 11 de diciembre de 1928–16 de abril de 1996)
Director y guionista de cine cubano de fama internacional, con una obra dedicada en gran parte a la historia de Cuba. Escribió y dirigió más de veinte largometrajes, documentales y cortos. Su trabajo se inserta en el llamado Movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano.
Nació en el seno de una familia acomodada y de ideas progresistas. Sus primeras incursiones en el cine fueron en 1948, filmando cortos humorísticos. En 1950, se integró a la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo que agrupaba a intelectuales de izquierda. En 1951 se gradúa de Derecho y viaja a Roma para estudiar Dirección de Cine en el Centro Sperimentale di Cinematographia. Los dos años que vivió en Italia le brindan la posibilidad de vincularse directamente con el cine de posguerra y asentar una de las bases de su carrera: el reflejo en el cine de la historia, planteamiento que se materializa con su primer largometraje, “Historias de la Revolución” (1960). A partir de este concepto, y debido a lo magistral de su creación, se convierte en un destacado precursor del cine en América y del Nuevo Cine Latinoamericano que se desarrolló en las décadas de 1960 y 1970. En este período realiza una de sus películas más famosas, “Memorias del subdesarrollo” (1968), basada en la obra homónima del escritor cubano Edmundo Desnoes.
Participa en la fundación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y fue miembro fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). En compañía de los cineastas cubanos Santiago Álvarez, José Masipp y Alfredo Guevara codirigió la película documental “El Mégano” (1955).
Entre sus más destacadas películas se encuentran: “Las doce sillas” (1962), “La muerte de un burócrata” (1966), “Memorias del subdesarrollo” (1968), “De cierta manera” (1974), “La última cena” (1976) y “Los sobrevivientes” (1979). A estas se suman, en codirección con Juan Carlos Tabío, “Fresa y Chocolate” (1993) y “Guantanamera” (1995). En una entrevista realizada durante la filmación de “Fresa…”, confesó: “Para mí el cine sigue siendo un instrumento valiosísimo de penetración de la realidad […]. El cine no es retratar la realidad simplemente. El cine es manipular. Te da la posibilidad de manipular distintos aspectos de la realidad, crear nuevos significados y es en ese juego que uno aprende lo que es el mundo”. Recibió numerosas distinciones, entre ellas, la Orden por la Cultura Nacional y la Orden Félix Varela de Primer Grado, otorgada por el Consejo de Estado. Sus filmes han sido multipremiados y puede destacarse que “Fresa y chocolate” fue la primera película cubana nominada para los Óscar de la academia norteamericana, como mejor película extranjera.
El 11 de diciembre de 2020, en homenaje a su natalicio, se creó la Casa de Titón y Mirtha, un espacio para la investigación y promoción cinematográficas, a través de la puesta en valor de la obra de Tomás Gutiérrez Alea. En la esquina de Cuba y Paula, el centro cultural adscrito a la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana, se distinguirá por su proyección comunitaria hacia el barrio de San Isidro y por la estimulación del estudio del audiovisual cubano.