Julio 21, 2020
Chipre está consagrada a Afrodita, la diosa del amor y la fertilidad. Cuenta una leyenda que, en las costas sureñas del país, nació de entre la espuma del mar Afrodita, en una concha gigante. Los rituales hacia ella dejaron huellas imborrables. Durante todo el año llegan a la zona mujeres infértiles o solitarias que le rezan a la diosa. Otros, más atrevidos, nadan en círculo tres veces alrededor de las rocas confiando en que rejuvenecerán un año por cada vuelta.
Chipre es la tercera isla más pequeña del Mediterráneo, después de Sicilia y Cerdeña. Fue declarada república en 1960.
Las dos principales etnias son la greco-chipriota y la turco-chipriota. Los descendientes turcos ocupan el norte y los griegos el sur, siendo estos el grupo poblacional más grande (80%).
Su bandera es de las pocas en el mundo en tener una imagen del país, adornada con dos ramas de olivo que representan las dos etnias.
Entre los referentes artístico-religiosos se encuentra la Catedral de Santa Sofía, de estilo gótico; y las 10 iglesias pintadas del arte sacro bizantino, conocidas por su vasta y excepcional decoración en mosaicos y pinturas. El conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en 1985.
Chipre es un país de contrastes: hay tumbas neolíticas, restos arqueológicos fenicios, castillos medievales, viñedos serpenteantes, 300 días de sol al año y estaciones de esquí. Es una cultura sincrética, fruto de la simbiosis de las conquistas de diferentes civilizaciones europeas, asiáticas y africanas.