Julio 8, 2022
El 27 de octubre de 2016 el Historiador de la ciudad de La Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler, fue distinguido con la Orden Santiago de la Espada en el grado de Comendador. Le fue conferida por el presidente de la República de Portugal, Dr. Marcelo Rebelo de Sousa, quien se encontraba de visita oficial en la isla.
La historia de la Orden de Santiago de la Espada tiene su origen en la Orden de Santiago, fundada en 1170, por Fernando II de León, rey de León entre 1157 y 1188. Su objetivo primigenio fue proteger a los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela, en Galicia, al santuario de Santiago el Mayor, resguardar las fronteras meridionales de León contra los almohades de al-Andalus. Pronto se extendió a los vecinos reinos de Portugal, Aragón, Castilla, Valencia, Francia, Inglaterra, Nápoles Sicilia e incluso a Antioquía. De esa suerte, la rama portuguesa de la orden surgió en fecha próxima al año 1172, donde jugó un papel relevante en reclamar las últimas posesiones árabes en el Algarve.
Está documentado que los caballeros portugueses continuaron prestando obediencia al maestre castellano hasta 1288, cuando el Papa Nicolás IV los eximió de tal obediencia y permitió la elección de un maestre portugués. Sin embargo, las controversias generadas por esta y otras disposiciones papales engendró pleitos entre ambas partes, hasta que en 1452 el Nicolás V zanjó la cuestión definitivamente en favor de la autonomía de la orden en Portugal.
La orden contaba con un vasto territorio, lo que, unido a sus bienes, rentas y encomiendas y otros privilegios, como la jurisdicción civil y penal sobre sus dominios, ha llevado a algunos historiadores a considerarla “estado dentro de un estado”. Sus grandes maestros se contaban entre los hombres más poderosos de Portugal, y los principiantes se encontraban en la cima de la sociedad rural en sus distritos.
El devenir histórico de la orden santiaguista en Portugal fue muy semejante a la que tuvo en Castilla y León: desde el siglo XV su maestrazgo fue atribuido a infantes y, a partir de 1551, mediante bula pontifica, ese maestrazgo se unió a perpetuidad a la Corona de Portugal. En junio de 1789 la reina María I de Portugal, mediante una bula, reformó la orden en una institución secular para reconocer el mérito civil.
En 1834, cuando el gobierno civil portugués se convirtió en anticatólico, después de la guerra civil que sacudió al país entre 1828 y 1834, la monarquía perdió sus propiedades. De esa suerte, la antigua orden militar se transformó en una orden de mérito por la constitución liberal y la legislación posterior. También cesaron los privilegios que alguna vez habían sido parte esencial de su membresía.
En 1862, el rey Luis I, que sentía gran afición a ella, reformó el nombre de la orden, que pasó a denominarse Antigua, Nobilísima y Esclarecida Orden Militar de Santiago de la Espada, así como varios de sus estatutos. Se reservó para premiar logros y servicios en el campo literario, científico y artístico, tanto en la enseñanza pública como en obras escritas o de arte. Se añadió además el lema Ciencias, Letras e Artes alrededor de las cruces y se creó la insignia del collar para todos los grados. Se conservó el uso de los hábitos o mantos -usados hasta por los mismos reyes-, y las solemnidades de la investidura.
Con el establecimiento de la República el 5 de octubre de 1910, se abolieron las órdenes honoríficas de la monarquía. Sin embargo, a partir de 1917 las órdenes fueron poco a poco recuperándose como órdenes al mérito, a fin de recompensar los servicios sobresalientes al estado. El 1 de diciembre de 1918 se restauró, determinándose que está destinada a reconocer a nacionales o extranjeros que han tenido obtenido lauros o han realizado un servicio excepcional en el ámbito científico, literario o artístico. Sus estatutos han sido revisados en varias ocasiones, como en 1962 cuando se creó el grado de gran collar, destinado a los jefes de estado extranjeros.
La Orden de Santiago de la Espada se divide en seis clases: Grand Collar, Gran Cruz, Gran Oficial, Comendador, Oficial y Caballero. Los que ostentan el grado de Comendador llevan la insignia en un collar y una estrella en plata en el lado izquierdo del pecho.
Importantes personalidades como el escritor José Saramago, han sido acreedores de este importante galardón. Sin dudas, esta distinción es un alto honor a la figura del Historiador de la Ciudad, quien dedicó sus horas a la restauración del Centro Histórico de La Habana, Patrimonio de la Humanidad.