Primeras enfermeras graduadas

Primeras enfermeras graduadas

Primeras enfermeras graduadas

Junio 3, 2022

 

En los terrenos donde hoy se encuentra la heladería Coppelia, se encontró desde 1886 hasta 1958 el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes. En este sitio, el 21 de agosto de 1899, bajo la Superintendencia de la enfermera norteamericana Mary Agnes O´Donnell, surgió la primera escuela de enfermería en Cuba. Su objetivo principal fue permitir a las mujeres el ejercicio de la profesión y proporcionarles la manera de obtener trabajo. Tres años después, en 1902, se entregaron los diplomas de graduadas por la Universidad de La Habana a las primeras siete enfermeras cubanas: Rosa Gallardo García, Martina Guevara Molina, Adelaida Rendón Alarcia, Antonia Tejedor Herrera, Trinidad Cantero, Rosa Seigle Comesaña y Bienvenida Cantón Pérez.

A inicios de 1909, la recién fundada Secretaría de Sanidad y Beneficencia dispuso el nombramiento de un grupo de enfermeras cubanas para asumir las responsabilidades que, hasta ese momento, estaban en manos de las enfermeras norteamericanas. Entre ellas estuvieron Margarita Núñez Núñez y Martina Guevara Molina, quienes asumieron responsabilidades en la conducción del trabajo de salud, la vigilancia epidemiológica y en la formación de futuras mujeres profesionales.

Ambas impulsaron la creación de la Asociación de Enfermeras de la República de Cuba (ANERC), la cual quedó oficialmente fundada el 29 de marzo de 1909 en la Escuela de Enfermeras del Hospital Número Uno, hoy Hospital Universitario General Calixto García, primera organización profesional de la salud de carácter nacional, primera organización profesional de enfermería y una de las seis primeras organizaciones sociales femeninas de Cuba, aunque en ese momento el número de graduadas en el país apenas llegaban a 300.

En 1911 cambió su nombre por el de Asociación Nacional de Enfermeras y Alumnas de la República de Cuba (ANEARC). En sus sesiones, además de asuntos de la profesión, se promovían debates acerca de la realidad social en la que vivían las enfermeras, en su doble condición de mujeres y asalariadas.

Bajo la presidencia de Margarita Núñez, en 1912 se construyó el Panteón de las Enfermeras en la Necrópolis de Colón, sufragada con la contribución de las enfermeras asociadas. Tras su muerte, la Asociación Nacional de Enfermeras de Cuba financió la construcción de un pabellón para la atención de salud de las enfermeras. Se inauguró el 26 de agosto de 1928 y se decidió que llevara su nombre. Con el paso del tiempo, el uso del edificio cambió y con ello su denominación. En la actualidad atiende la especialidad de otorrinolaringología y ha sido rebautizado como Emilio Martínez Martínez, en honor a este eminente médico.

Desafortunadamente, la memoria sobre aquellas primeras mujeres que se dedicaron a la enfermería y a abogar por sus derechos se ha perdido.

En el patio central del Hospital Freyre de Andrade, Emergencias, como es más conocido, se encuentra una escultura dedicada a las enfermeras y las mujeres de la Cruz Roja, obra del escultor valenciano Ramón Mateu Montesino. Se dice que fue erigido en homenaje a María Pujados de Tamayo, presidenta del Comité de Damas de la Sociedad Nacional de la Cruz Roja Cubana, fundada el 10 de marzo de 1909, y también en honra a las enfermeras pioneras.

El Día de la Enfermera Cubana se celebra cada 3 de junio desde 1923 hasta la fecha, en conmemoración al día de nacimiento de la enfermera Victoria Brú Sánchez, quien murió a los 42 años víctima de la influenza que azotó el país en 1918. Cuba cuenta con más de 85 mil enfermeras y enfermeros, que trabajan diariamente por una salud pública de calidad y, además, brindan colaboración en más de 60 países de todo el mundo.

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