Daniel Benítez Pérez
Abril 7, 2022
Como toda promesa que se cumple tras sortear numerosas dificultades, la presentación del libro La atracción de una ciudad cosmopolita. Castellanos y Leoneses en La Habana, de Juan Andrés Blanco Rodríguez, fue a la vez un triunfo de los presentes y un homenaje a los que ya no se encontraban para celebrarlo.
La cita se dio a la víspera del mediodía en el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo. Onedys Calvo Noya, directora del Centro, dijo que la existencia de su institución siempre había sido un sueño de Eusebio Leal y de muchos amigos en Europa.
El antiguo Palacio del Segundo Cabo, que antes fuera el espacio desde donde se enviaba y recibía la controversia que viajaba de Cuba a España y de la península a la isla, ahora conserva la misión de mantener los vínculos de más de cinco siglos entre ambas naciones. “Este centro ha sido con esa voluntad. Que siempre desde la contemporaneidad seamos el puente de ida y vuelta”, afirmó Onedys, y aseguró que estos vínculos se mantienen vigentes.
Dentro de las personalidades a las que saludó en su intervención la directora Onedys Calvo, se encontraban el Excelentísimo Señor Francisco Requejo, presidente de la Diputación Provincial de Zamora, ubicada en Castilla-León, España, quien dirigió unas palabras de agradecimiento a la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana y al pueblo cubano. También fueron saludados en su intervención, María Antonia Rabanillo, presidenta de la Colonia Zamorana en Cuba, y el Excelentísimo Señor, Dr. Marco Antonio Peñín Toledano, cónsul de la Embajada de España en La Habana.
La presentación estuvo dedicada a la memoria de Eusebio Leal, del que se reprodujo una breve entrevista. “Somos una parte de la España americana porque, entre otras cosas nos une el idioma, que es la patria común de todos nosotros”.
El autor de La atracción de una ciudad cosmopolita, Juan Andrés Blanco Rodríguez, es catedrático de la Universidad de Salamanca y fungió como director de la Universidad Nacional de la Educación a Distancia (UNED) de Zamora. El estudioso, quien es reconocido por los zamoranos como el Maestro de la Emigración, habló de cómo la simple sensación de hojear el libro de firmas de la Colonia Zamorana en Cuba lo transportaba a un lugar que, sin ser España, se sentía como transportado su hogar. También comentó sobre cómo el flujo de castellanos y leoneses a Cuba fue decisivo en los primeros años de la colonización y cómo se mantuvo con cantidades importantes, aún después de las Guerras Independentistas hasta bien entrado el siglo XX.
Su propia historia familiar, reconoció el catedrático Andrés Blanco, tiene un vínculo fuerte con nuestro país y así lo refleja su libro con la historia de uno de sus tíos abuelos que murió en combate, sirviendo como soldado de las fuerzas expedicionarias españolas durante las Guerras Independentistas cubanas. Su padre, rememoró, realizó negocios en Cuba, y una de sus tías en Cuba, pagó para que estudiara en España a través de una de las organizaciones cubano-españolas que continúan hasta hoy.
La constancia de las relaciones entre los migrantes y sus descendientes en Cuba con España es un fenómeno hermoso al que su libro está dedicado. Su constancia a lo largo de los años, sin importar las dificultades económicas o la inestabilidad de las relaciones políticas, son una prueba de la fortaleza y la transcendencia de estos vínculos, de la misma manera que la obra del profesor Juan Andrés Blanco Rodríguez es un fiel testimonio de este medio milenio de conmovedoras y extraordinarias relaciones humanas.
[Tomado de Habana Radio]