Febrero 21, 2022
Discreto y templado, tal como lo describen, llega con 43 años de edad al trono de España Carlos lll. Al obtener la corona española, luego de haber fallecido dos de sus hermanos, este hombre cuenta con una vasta experiencia de gobierno, ya que desde 1734 había sido proclamado rey de Nápoles y Sicilia y Duque de Parma. Considerado el máximo representante del despotismo ilustrado, entre 1759 y 1788 tomó una serie de medidas económicas, políticas y sociales que tuvieron impacto en España y en las llamadas colonias de ultramar.
Hombre sencillo, se rodeó de personas inteligentes y juiciosas y supo contrarrestar los despilfarros y el gusto boato que se tenía en la corte. Durante su reinado se construyeron la Puerta de Alcalá, el Museo del Prado, el Jardín Botánico y las fuentes de Cibeles y Neptuno. Creó las juntas de caridad para las personas necesitadas, el servicio de ambulancias y fundó los Colegios de Cirugía de Madrid y Barcelona. En el ámbito del urbanismo, estableció la numeración de las casas y el alumbramiento de las calles.
Desde 1756 estaba en marcha la Guerra de los siete años entre dos coaliciones. Por una parte, Francia, Austria, Suecia, Sajonia y Rusia; de la otra, Inglaterra y Prusia. Incitado por inquinas personales y por la ocupación británica de la costa de Honduras y Gibraltar, Carlos lll firmó en 1761 con el rey francés Luis XV el Tercer Pacto de Familia, lo cual constituyó una provocación para Inglaterra. Así, España se unió en 1762 a este conflicto.
Para Cuba la llegada del monarca supuso una serie de cambios positivos. Sin embargo, su mandato recordaría el asedio inglés a La Habana en agosto de 1762; durante once meses la capital cubana fue arrebatada por tropas enemigas. En el verano de 1763 Carlos lll recobra La Habana y cede, a cambio, la Florida. Tras la recuperación de la ciudad se sucede un período de cambios económicos y sociales.
Esta etapa trajo consigo la flexibilidad del monopolio mercantil español hacia la isla, es por ello que, en el período, Cuba comercializó azúcar tabaco y café con otros territorios. Por otra parte, datan de la época la reducción de impuestos y las nuevas instituciones para la administración pública y el fomento de la agricultura.
Las reformas económicas promulgadas entre 1765 y 1778 incluyó la construcción de la Intendencia de La Habana para estimular el desarrollo agroindustrial. Durante la venidera centuria, específicamente en 1820, dicha institución administrada por Claudio Martínez de Pinillos se estableció en el Palacio del Segundo Cabo. Aunque la Sociedad Económica Amigos del País no es de la época de mandato del monarca, fue Carlos lll quien se pronunció a favor de la fundación de la misma.
Durante su reinado se iniciaron obras, como la Catedral de La Habana, la Real Casa de Correos y el Palacio de los Capitanes Generales, los cuales verían su final en posteriores dominios. La culminación de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña, en 1774, formó parte de la arquitectura militar que protegió la villa.
Por otra parte, se designaron gobernadores de colonias y funcionarios más eficientes, como Luis de Las Casas. En 1773, se instituyó el Real Seminario de San Carlos y San Ambrosio, entidad de enseñanza superior en la que se brindó instrucción eclesiástica y, además, se impartieron clases de Filosofía y Letras.
Asimismo se inauguró la Alameda de Paula, la cual fue parte del plan de obras públicas fomentado por Carlos lll. También se empedraron las calles principales y otras secundarias y se dieron los primeros pasos en la creación de un sistema de alumbrado público. En 1774 se realizó el primer censo de población, que cuantificó 171 620 habitantes. En este propio año se aprueba la usanza de la moneda de busto y circular, al mismo tiempo se incluye la columnaria.
La trascendencia de Carlos lll en la historia fue inminente por la serie de medidas que tomó en España y sus colonias. En el territorio habanero existen espacios que aluden a este rey, uno de ellos es la plaza comercial que lleva su nombre, la cual brinda diversos servicios a las personas. El otro sitio es la avenida Salvador Allende, arteria muy transitada en la capital, que durante mucho tiempo se le conoció con el nombre de Carlos lll debido a que en su entrada se encontraba una escultura del mismo; actualmente, muchas personas prefieren referirse a ella por el nombre del monarca. Estos dos ejemplos manifiestan directamente el impacto de dicho soberano en la memoria popular.