santiago

Germán Michaelsen Shroeder y Carlos Guillermo Schumann: exponentes de la presencia alemana en Santiago de Cuba (1857-1928)

santiago

Mónica de la Caridad García Salgado y Laritza Garcés Polanco

Enero 14, 2021

 

A lo largo de su historia, la ciudad de Santiago de Cuba ha sido un núcleo para la radicación de flujos migratorios provenientes de diversas nacionalidades. Su asentamiento dio lugar a que, con su quehacer, contribuyeran al devenir histórico de la sociedad santiaguera. Por la importancia de las consecuencias de este fenómeno desde el punto de vista económico, demográfico y sociocultural, la historiografía nacional, en la región santiaguera, ha privilegiado las investigaciones referidas a la presencia de españoles, asiáticos, árabes, entre otros.

En cambio, la migración germana no ha corrido la misma suerte; tal vez ha sido consecuencia de su exiguo nivel de representación desde el punto de vista cuantitativo. En correspondencia con ello, se ha decidido rescatar a dos de sus más prominentes representantes que ilustraron lo que significó la presencia alemana en esta urbe oriental.

Primeros pasos de un inmigrante alemán en Santiago de Cuba Carlos Guillermo Schuman (1857-1874)

Carlos Guillermo Schumann y Siegen nació en 1834 en Wiesbaden y era hijo legítimo de Guillermo Federico Schumann y Luisa Siegen. Se desconoce la fecha en la que llegó a Cuba; de esta suerte, el individuo que se establece en la ciudad que luego sería denominada “balcón del Caribe”, no calificaba aún como inmigrante alemán, pues emigra bajo naturaleza prusiana. Las primeras señas de su accionar económico en Santiago de Cuba datan de 1857, como dependiente en la sociedad H. Graffstedt y Compañía, posición desde la cual logró una movilidad laboral reflejada desde 1860, cuando fue aceptado por Hilario Graffstedt, Arturo Bernard y Carlos Michaelsen, también alemanes radicados en la ciudad santiaguera, para formar parte de la razón social Hilario Graffstedt y Compañía que tenía como objetivo ejercer todo tipo de comercio en general, y en la cual invirtió un capital de $ 8000.

En 1863, ya la entidad llevaba incorporado en la razón social su apellido, denominándose Schumann, Reiniers y Compañía, de la que se convirtió en uno de sus gerentes. El objetivo de la misma guardaba algún parecido al anterior; sin embargo, introduce la gestión al por mayor. Consecuente con ello, empleó estrategias como el otorgamiento de poderes para representar los intereses de la asociación mercantil en cualquier punto de la geografía cubana, hecho que reveló la diversidad de mercancías que comercializaban -miel, frutos del país-, los lugares a los que extendían su gestión (Gibara, Baracoa, Camagüey, Matanzas), como el interés de mantener el control de la compañía en manos de coterráneos. Expresión de esto fue que los poderes otorgados a sus compatriotas poseían un carácter amplio que no se circunscribía a la plaza santiaguera.

Paralelamente, incursionó en la compraventa de esclavos, en especial entre 1864-1867. Aunque la realización de esta actividad fue más frecuente a título personal, en calidad de apoderado de personas ajenas a la corporación que representaba. Pero tanto Schumann como la compañía que regenteaba, también fueron registrados con desempeños en el campo de las finanzas y el ofrecimiento de pagarés para la venta de sus mercancías.

La trágica muerte de Adolfo Reiniers en 1874, determinó que el alemán decidiera emprender una nueva compañía que respondiera a su nombre. De esta manera, el 12 de enero de 1875 se creó oficialmente la sociedad en comandita bajo la denominación Schumann y Compañía con igual propósito que las anteriores. Surgió con un capital social de $ 57 500, de los cuales Carlos Guillermo aportó $ 17 500. En el mismo año, mediante un poder, Schumann compartió sus labores con German Michaelsen, quien a partir de entonces representó los derechos y acciones del consorcio. Esta prerrogativa significó la apertura de la compañía a un nuevo miembro, quien ascendió desde apoderado hasta convertirse en socio gerente de la entidad comercial en 1879.

Para la conformación y consolidación de las sociedades aludidas se establecieron diferentes estrategias; tal es el caso de los vínculos por paisanaje y familiares. En primera instancia figura que los miembros de las mismas eran alemanes y, en segundo lugar, que estos enriquecieron su membresía con la entrada de familiares que, por lo general, eran hermanos. Corrobora lo anterior, la entrada de Carlos Guillermo Schumann [1], la de Germán Michaelsen por medio de Carlos Michaelsen y, en 1882, de Eduardo Michaelsen Schroeder -este último como apoderado de Loaweany Murinich-, Carl Melchers y Theodor Melchers.

El 12 de agosto 1886, Schumann reestructura la compañía y pone como único socio al señor German Michaelsen. La nueva sociedad tuvo un capital de $ 20 000, aportado en partes iguales por ambos. Esa unión, consolidada por tanto tiempo, continuó en los años siguientes; así, en 1894, 1897 y en 1899 se prorrogó dicha sociedad, con la denominación de Schumann y Compañía.

Fuera de esta, se percibió la inversión de Carlos Guillermo en la Sociedad Potectora de Inmigrantes para la Provincia de Santiago de Cuba S. A. Fundada el 5 de mayo de 1887, tenía por objetivo el fomento y protección de la inmigración de personas de todas clases y países -muy especialmente, de España-, para dedicarse a la agricultura, minería y otras ramas económicas. Dicha asociación tuvo un término de diez años, cuya validez estaba en correspondencia con la cobertura de las necesidades de la inmigración (entiéndase, fuerza de trabajo), para que no se perdiera una parte considerable del capital. Este último quedó fijado en $ 20 000, representado por 400 acciones de valor de 50 pesos cada uno, así como por las propiedades que la compañía entendiese necesarias para su desarrollo [2].

En sentido general, la movilidad laboral referida le confirió, entre sus coterráneos y en la sociedad santiaguera, un reconocimiento social que le facilitó su posterior desempeño como cónsul alemán en Santiago de Cuba. Falleció en 1909. Su entierro constituyó una manifestación de duelo, reflejado en el número de coronas que le fueron ofrendadas y en la concurrencia que asistió a los funerales.

Despunte y consolidación de Germán Michaelsen Schroeder en la esfera económica santiaguera (1875-1928)

Aunque desde 1875 Germán Michaelsen y Schroeder había entrado como apoderado de Schumann y Cía. hay que destacar que había desembarcado dos años antes, el 2 de marzo de 1873 por el puerto de Santiago de Cuba. Nació el 26 de octubre de 1851, en el pueblo de Varel, provincia de Oldemburgo, Alemania. Salió de su patria con solo 22 años y durante el período que residió en Alemania, realizó estudios comerciales y artísticos que le permitirían, una vez establecido en esta urbe santiaguera, incorporarse a la casa comercial Schumann y Compañía, donde como antes quedó explicado, figuró como uno de sus gerentes.

A partir de su desempeño fue adquiriendo una determinada solvencia económica que le permitió escalar socialmente en diversas direcciones. En la esfera económica, desde que en 1887 Santiago de Cuba fuera una de las plazas privilegiadas para la constitución de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación, figuró dentro de su primera Junta Directiva como clasificado en la Sección de Navegación y asociado elegible para otros cargos de mayor envergadura. Posteriormente, el 18 de septiembre del mismo año, en la confección del Acta de Constitución de la Presidencia, resultó elegido como Vocal de Navegación, puesto en el que se mantuvo hasta el año 1904. Desde entonces se desempeñó como presidente de la referida institución durante más de 10 años.

Bajo su liderazgo se desarrollaron actividades con el fin de posibilitar el progreso de Santiago de Cuba, entre ellas, la autorización para la creación de una Junta de Obras del Puerto, que sería la encargada de mejorar las condiciones de la bahía; la inauguración oficial del nuevo edificio de la Aduana de este puerto en 1908; el plan general de pavimentación de las calles, parques y paseos de la ciudad propuesto por su autor, señor José Hill Feliú, vocal de la directiva; la creación de una Escuela de Comercio. El último año en el cual se desempeñó de manera ininterrumpida en el puesto aludido fue en 1917, pues a finales de ese año, lo detuvieron por ser considerado un enemigo extranjero peligroso, en plena Primera Guerra Mundial.

En el orden social, sería imposible desdeñar la Cocina Económica creada por este inmigrante, ante las penurias sufridas por el pueblo santiaguero, víctima de la guerra. Con otras personalidades logró la creación de esta obra, inaugurada el 25 de abril de 1897. En un primer momento quedó instalado en la su casa particular; posteriormente fue trasladada a otra con mejores condiciones. Luego del acto inicial comenzó el reparto de raciones que consistió en sopa de fideos con carne, garbanzo, papas y un panecillo, bajo el módico precio de 5 centavos, representados por chapas de botellas. Varios meses después abrió dos sucursales más, a través de las cuales llegaron a ser repartidas hasta 1500 raciones diarias.

Sus esfuerzos se dirigieron también al recreo, en especial a la práctica deportiva. En este sentido, fue fundador junto a Roberto Mason del Club Náutico de Santiago de Cuba, primera sociedad deportiva de la urbe, el 2 de febrero de 1889. A los dos años resultó elegido como nuevo presidente, pues se había desempeñado como vicepresidente. A partir de este instante y hasta 1927, sería él quien ocuparía este cargo, año en el que fue declarado Presidente de Honor.

Germán Michaelsen incursionó en la esfera artística, específicamente en la música y la pintura, pues sus estudios artísticos realizados durante su corta estancia en Alemania así se lo permitieron. Creó y sostuvo en su casa durante muchos años una sociedad artística para el cultivo de la música clásica alemana cuyo nombre fue Sala Haydn, en la cual actuaba como pianista acompañante y estaba dirigida por el talentoso maestro Rodolfo Hernández Soliliac. Además, fue pintor autodidacto y reflejó en sus obras las impresiones acerca del paisaje citadino santiaguero; las paredes de su casa conformaban la galería de exhibición de las mismas. Es por ello que sus obras son consideradas memorias gráficas de esta ciudad.

Los diversos servicios prestados por Germán Michaelsen, en especial su labor a favor de los pobres, le valió que el Ayuntamiento de esta ciudad acordara declararlo Hijo Adoptivo de Santiago de Cuba en dos ocasiones: el 22 de julio de 1898 y el 10 de mayo de 1913. Falleció el 9 de diciembre de 1928; la ciudad de Santiago de Cuba concurrió en masa detrás del sarcófago, constituyendo una de las manifestaciones de duelo más espontáneas y nutridas que puedan ser recordadas en las primeras tres décadas del siglo XX. Ante la tumba del benefactor, pronunció un elocuente discurso el señor Antonio Bravo Correoso, a manera de despedida.

Labor consular de Carlos Guillermo Schumann Siegen y Germán Michaelsen en Santiago de Cuba (1871-1928)

Carlos Guillermo Schumann y Siegen fue el primer cónsul que tuvo el Imperio Alemán en Santiago de Cuba, después de su unificación; aunque es preciso aclarar que su desempeño en el cargo data desde 1871. Si bien no se han encontrado documentos que validen cuándo le fue otorgado el cargo y bajo qué título, a juicio de la autora, este debe haber sido nombrado como Cónsul Honorario en tanto -hasta donde se ha podido constatar- no estudió carrera alguna vinculada a tales gestiones, y estos eran elegidos entre las personas que residen en el Estado donde están llamados a ejercer sus funciones, sin que esto le impida el ejercicio de una profesión o comercio. Como tal, además de los trámites propios del cargo, se introdujo en gestiones sociales dirigidas a la sociedad santiaguera cuando formó parte en 1879 de una de las comisiones convocadas con el objetivo de tomar medidas para el socorro a los desvalidos, en los hospitales y en la preparación para el caso de una proliferación de epidemias.

Por otra parte, Schumann también ostentó el cargo de vicecónsul de Austria-Hungría, por cuanto el 16 de enero y el 30 del propio mes de 1903, le fue concedido el exequatur de estilo, para que pudiera ejercer las funciones antes referidas. Además de que, por la confianza que ameritaba de varios diplomáticos de Europa radicados en la capital del Departamento Oriental, se desempeñó como representantes de estos durante sus ausencias en el país. Así lo constata la decisión del Señor Luis Carlos Bottino -cónsul de Italia- que en reiteradas ocasiones le hizo tal solicitud.

Precisamente este último elemento fue el que introdujo a Germán Michaelsen, su compañero de negocios, por las sendas diplomáticas. En reiteradas ocasiones se encargó de cubrir sus funciones del embajador, cuando este se ausentaba de la urbe oriental por motivos laborales o personales. Un ejemplo de ello data del 9 de octubre de 1891 en ocasión de salir de viaje para Nueva York; esto sucedió en varias ocasiones en los años 1902, 1906, hasta que, en 1909, luego del fallecimiento de Shumann, quedaría definitivamente en manos de Germán Michaelsen.

De esta manera, el 25 de noviembre de 1909 el Gobierno Imperial decidió nombrarlo su cónsul en Santiago de Cuba y, unos meses más tarde, el 30 de marzo de 1910 fue nombrado, de forma oficial, cónsul en propiedad del Imperio Alemán, y al propio tiempo del de Austria-Hungría. Con el inicio de la Primera Guerra Mundial, en el Consulado Alemán se abrió un Comité de Socorro destinado a aliviar los daños ocasionados por la guerra, así como una suscripción cuyo objetivo era subvencionar a las viudas e hijos de los que sacrificaban su vida en la contienda a favor de Alemania. Con la entrada de los Estados Unidos y su declaración de guerra al Imperio Alemán, Germán Michaelsen fue acusado de “enemigo extranjero peligroso”, solicitándose además que fuese puesto bajo vigilancia.

En respuesta a tal petición, el 16 de diciembre de ese año fue conducido a La Habana, donde estuvo encarcelado en la fortaleza de La Cabaña. Después fue remitido -en calidad de preso- a su residencia, situada en El Vedado, donde permanecería hasta finalizada la guerra. No se conoce con exactitud la fecha en que Germán Michaelsen fue descartado como sospechoso, lo que sí es real es que después de este incidente, nunca más volvió a formar parte de la Cámara de Comercio, mucho menos, a ocupar el puesto que desempeñaba en el momento que fue detenido.

Conclusiones

La ciudad de Santiago de Cuba despuntó como una de las plazas privilegiadas para el asentamiento de inmigrantes alemanes. Su proceder en la misma estuvo en correspondencia con el comportamiento reflejado a nivel nacional, por cuanto estuvo fijado a partir de individuos que, con el tiempo, se convirtieron en inmigrantes prominentes dedicados a la gestión comercial. En este contexto, Carlos Guillermo Schumann y Siegen y Germán Michaelsen Schroeder se insertaron en el sector terciario de la esfera económica santiaguera de forma ascendente; desde un puesto como dependiente fueron escalando posiciones hasta convertirse en socios de la compañía que los acogió a su llegada, para luego convertirse en dueños y únicos gerentes de una sociedad propia, vinculada al comercio de diversidad de productos.

Gracias a semejante movilidad laboral que les permitió adquirir determinadas cuotas de prestigio y solvencia económica, lograron ascender socialmente y conformar, en el caso de Schumann una familia. Sobre esta base, se agenciaron el reconocimiento de los alemanes establecidos en la región oriental, que a la postre les posibilitó establecerse como representantes consulares de su país de origen, así como la representación temporal de otros consulados. El desempeño en este cargo -conjugado con su condición de prominente comerciante- los convirtió en dos de las personas más influyentes en el territorio; alcanzando un elevado prestigio, por lo cual fueron reconocidos en diversas ocasiones.

 

Notas

* Conferencia presentada en el II Coloquio Presencias Europeas en Cuba, 2018, del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo.

[1] Además de sus labores como socio gerente de Schumann y Cía., se desempeñó en otras gestiones importantes dentro de la esfera económica: apoderado desde 1885 de la Juraguá Iron Company en Cuba.

[2] Paralelamente al desenvolvimiento económico referido, Schumann sufrió grandes pérdidas familiares; primero, su esposa Lucía Poveda y Mancebo que murió antes de 1896, fecha en la que expidió un nuevo testamento, donde además declara el nombre de su quinto hijo, Gustavo. Dos años después, su hijo mayor, Guillermo Schumann y Poveda falleció el 23 de febrero.

Mónica de la Caridad García Salgado: Doctora en Historia por la Universidad de Oriente y Máster en Estudios Cubanos y del Caribe. Profesora Asistente de esa casa de altos estudios. Su línea de investigación se perfila hacia la inmigración española a Santiago de Cuba (1850-1930).

Laritza Garcés Polanco: Licenciada en Historia por la Universidad de Oriente. Se desempeña como museóloga. Como estudiante participó en el proyecto de investigación “Procesos migratorios a Santiago de Cuba (1800-1959)”. Como egresada ha recibido más de tres posgrados referentes al tema migratorio.

Comments are closed.