Enero 5, 2021
La Lonja de la Seda, situada en la Plaza del Mercado en el centro histórico de Valencia, España, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931 y en 1996 se inscribió en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco.
Su nombre se debe a la importancia alcanzada por el negocio de la seda en Valencia, el cual llegó a ser la mayor industria de la urbe entre los siglos XIV y XVIII. El conjunto se construyó entre 1482 y 1533, debido a la necesidad de ampliar la actividad mercantil existente en Valencia en dicha época. Constituye el mejor ejemplar conservado de los edificios de su género y una obra maestra del gótico flamígero que ilustra la riqueza valenciana como ciudad mercantil mediterránea en los siglos XV y XVI.
El conjunto está compuesto por cuatro espacios diferenciados: la Sala de Contratación, el Pabellón del Consulado del Mar, un cuerpo de Torre y el Patio de los naranjos. La Sala de Contratación o de las Columnas, erigida entre 1483 y 1489, presenta 8 columnas helicoidales que se abren como palmeras y forman 15 bóvedas de crucería. En los muros, a modo de cenefa que rodea la estructura, hay una inscripción que reza: “Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna”.
Desde la Sala, una escalera de caracol conduce hasta la torre cuadrangular de 26 metros de altura. Los dos pisos superiores funcionaban como prisiones para ladrones de seda y comerciantes morosos. En el inferior de la Sala está la capilla gótica de la Virgen de la Misericordia, a quien se le advocó la cofradía de los comerciantes de seda. La escalera helicoidal es el único acceso entre la Sala de Contratación y la Torre.
El Pabellón del Consulado del Mar, conocido también como la Cámara Dorada, presenta un exquisito techo gótico de madera policromada.
El Patio de los naranjos tenía la función de organización y comunicación del edificio, a semejanza de la función del patio en la tradicional casa palaciega valenciana.
La Lonja, en su conjunto, constituye un excepcional ejemplo de la arquitectura civil del gótico mediterráneo en el siglo XV y es testimonio del oficio de maestros de acuerdo a la tradición de los alarifes, considerados los mejores canteros medievales.