Diciembre 6, 2021
Calixto de Loira y Cardoso, gallego de nacimiento, fue un arquitecto español que durante el siglo XIX radicó en La Habana. Estudió arquitectura en la Academia de Artes de San Fernando de Madrid, y después de 1859 realizó un viaje de estudio a la isla. Hacia 1867 regresa nuevamente al país y se dedica por completo a su profesión.
Loira fue auxiliar de Francisco de Albear, con quien llevó a cabo algunas obras como el acueducto Albear, bajo el cargo de Segundo Jefe.
A raíz de una convocatoria divulgada por La Gaceta Oficial para la construcción del camposanto de la ciudad, se presentaron siete trabajos de ingenieros y arquitectos entre los que se encontraba Pallida Mors (Muerte pálida), de Calixto de Loira. Este proyecto lo presentó bajo el lema: “La pálida muerte entra por igual en las cabañas de los pobres que en los palacios de los reyes”. Resultó ser el ganador de la convocatoria por presentar un diseño de una belleza artística inigualable. El proyecto fue aprobado de manera casi unánime por el jurado, presidido por Francisco Albear, y contó con el apoyo de 360 382 pesos oro para su realización.
Bajo el encargo del Obispado de La Habana, Loira inició la construcción del cementerio en 1871, momento en que comenzaba el nacimiento del Cementerio de Colón, obra que hoy es patrimonio histórico y cultural de Cuba y del mundo.
Las fincas adquiridas y expropiadas por el obispado permitieron que la planta cementerial se concibiera de manera novedosa con 56 hectáreas de extensión. La construcción tardó quince años en terminarse, hasta el 19 de noviembre de 1886. En vida, Loira pudo ver terminadas obras importantes como la Puerta de la Paz, que es el mayor arco de triunfo existente en la isla, la Capilla central y el osario general.
Loira comenzó la construcción del cementerio por la Galería Tobías, de grandes dimensiones y con cien metros de extensión subterránea, donde fueron ubicados 526 nichos perforados en sus paramentos. El techo de la galería es abovedado, presenta seis claraboyas de cristal para ventilación e iluminación; tiene dos entradas, una por el este y otra por el oeste, e igual número de pórticos y escaleras que conducen a su interior, una con 32 peldaños y la otra con 35.
A los 32 años de edad, en 1872, Loira falleció de un paro respiratorio sin ver terminada la que se convirtió en su obra cumbre: el Cementerio de Colón. Murió cuando supervisaba la construcción de la Galería Tobías, lugar sacro donde fue enterrado siendo el primero dentro de ella.
Debido al deterioro de la obra, en 1953 las autoridades sanitarias ordenaron el cierre definitivo de la Galería Tobías y los restos de Loira fueron trasladados a un osario del panteón del Colegio de Arquitectos de La Habana.