mujeres audiovisuales

¿Cómo representar a la mujer desde un discurso reivindicador? Experiencias desde el Palacio del Segundo Cabo (I)

mujeres audiovisuales

Onedys Calvo Noya y Marjorie Peregrín Avalo

Diciembre 1, 2021

 

Con el fin de decodificar aristas que tienen que ver con los discursos de género en la reevaluación de la mujer en la historia, y acerca de temáticas que apuestan por la equidad social y por mejores oportunidades en el reconocimiento del desempeño que las mujeres tienen en nuestra sociedad, conversamos con la máster en Historia del Arte, Yainet Rodríguez Rodríguez, especialista principal del Centro para la interpretación de las relaciones culturales Cuba- Europa: Palacio del Segundo Cabo, institución que ha producido tres audiovisuales: Herencia y subversión. Imagen simbólica de la mujer, Mujeres que danzan: herencia, desafío y constancia y Las desobedientes, materiales que han formado parte de la Jornada La mujer en la historia compartida, para conmemorar el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

¿Por qué organizar un ciclo de audiovisuales que aborda temas como este, que además de fijar su mirada en la historia es de tanta actualidad?

 

“El Palacio del Segundo Cabo aborda la historia entre Cuba y Europa y trata de explicar procesos históricos. A veces pensamos que la macrohistoria son los grandes eventos que la van cambiando, esos que nos enseñan en la escuela, pero también hay muchos otros acontecimientos que van marcando la vida de una nación y de la historia de la humanidad, y que se han pasado por alto durante mucho tiempo. Creo que dentro de este foco de discriminación ha estado la participación de la mujer en la construcción de la historia.

De ahí, el interés particular del Palacio de realizar estos materiales y de dirigir la atención sobre mujeres cubanas y europeas que participaron dentro de esta historia como entes activos; además, para mirar los sesgos de discriminación que pueden estar presentes en sus vidas y sus obras.

En nuestras salas museológicas hay mujeres que hemos tratado de visualizar, pero creemos que es una acción insuficiente, que debía de alguna manera compensarse con una acción sociocultural. Los audiovisuales que hemos ido realizando en Rutas y Andares desde hace ya varios años, nos han dado el impulso fundamental para realizar este tipo de actividad. Ha sido un reto, porque nuestro equipo está integrado por historiadoras del arte, no somos realizadoras audiovisuales.

Abordar este tema ha requerido una preparación investigativa, pero cuando uno se adentra en asuntos fundamentales como este, te das cuenta de cuántas perspectivas erróneas manejabas. Te percatas que hay personas o eventos que son tan cercanos a ti y que has pasado por alto durante toda tu vida, y esa es una de las bases de la discriminación, que a veces es abierta pero a veces también es solapada. La discriminación de la mujer en el contexto más contemporáneo, va por este registro del encubrimiento y, por tanto, muchas veces no lo vemos. De ahí que realmente sea el pretexto fundamental para realizar este ciclo de audiovisuales.”

 

Ya mencionabas que ha sido un reto para ustedes como especialistas incursionar en el universo de la realización audiovisual, pero lo ha sido también y con mucho rigor en la investigación histórica para poder revivir historias de mujeres trascendentes, ¿cómo fue el proceso de investigación y cuáles fueron las fuentes a las que recurrieron?

 

“Tuvimos que recurrir, primero que todo, a bibliografía en bibliotecas, archivos, fototeca e internet. Fue un proceso de búsqueda intenso sobre qué historias contar y de qué manera contarlas para que llegaran, para que no fueran distantes al público y para que tampoco las personas se sintieran atacadas por tener una u otra idea. Y creo que el proceso empezó por nuestro contexto más cercano: al ser historiadoras del arte, tenemos una filiación más cercana al mundo del arte, la literatura, la arquitectura, y por ahí empezó la búsqueda.

También por algo que Leal siempre decía y recalcaba: las personas que trabajan en la Oficina tienen muy diversa formación, pero en cualquier proceso de investigación se debe comenzar, precisamente, por la Oficina. Como la institución es un ente tan vasto, porque aquí hay arquitectas, periodistas, historiadoras, arqueólogas, investigadoras…, pero también hay otras instituciones asociadas como pueden ser las de la danza -y ahí está el caso de la compañía de Lizt Alfonso, que es muy cercana al trabajo de la Oficina y que tanto la Oficina la ha apoyado-, y también tenemos a una comunidad de referencia en todas las dinámicas que se suceden en el día a día. También está la referencia visual a nivel de ciudad, que va marcando las pautas, vamos a decir de la mujer, de cómo se ve y cómo nos han representado, y cómo nos representamos, porque se siguen haciendo representaciones actuales de la mujer, cayendo en estos mismos espacios que tienen sesgos de discriminación evidentes.

Cuando fuimos a los archivos tratando de recuperar imágenes de mujeres que queríamos abordar nos dimos cuenta de que no existían. Entonces, ¿cómo hacer un producto que es mayormente visual cuando no hay una manera de representarlas o cuando el modo en el que están representadas estas mujeres, heredan todos los prejuicios que esa sociedad patriarcal imprime sobre la mujer? Si nosotros nos adueñábamos de esa imagen tal cual, sin hacer una reflexión sobre ella, estaríamos entonces trasmitiendo los mismos problemas sobre los que de alguna manera queríamos reflexionar.

Esto fue para nosotras algo que marcó el audiovisual, así mismo como adentrarnos en una comunidad de investigadores en Cuba interesados en el tema. A veces uno desconoce estas preocupaciones y no solo con las mujeres feministas, sino también con los hombres feministas, que tienen una representación en el mundo de los materiales audiovisuales.

Está, además, el tema de las percepciones, que yo creo que el material realizado por Yenny Hernández, Mujeres que danzan…, trata sobre todo las percepciones que podemos tener sobre cómo las mujeres participan en algunas manifestaciones que nos parecen que son muy femeninas y después nos damos cuenta de que no lo son tanto.

Realizar estos audiovisuales fue una manera de reflexionar sobre lo que estábamos indagando y aquilatar la información que estábamos recopilando tanto a nivel de texto como a nivel visual, pero igualmente nos llevó mucho proceso de introspección, analizarte tú misma para hilvanar un discurso coherente y que no agrediera a personas de otras generaciones, por ejemplo, a mi mamá, a mi abuela, que no agrediera a nadie; que fuera un producto para el diálogo y la conciliación de todas las partes. Al mismo tiempo tratábamos de poner en valor el rol fundamental que la mujer ha tenido en la historia, y que a veces tan poco lugar nos ha dado.”

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