Septiembre 29, 2021
Małopolska o Pequeña Polonia es una de las 16 provincias o voivodato en que administrativamente se divide el territorio polaco. Sin embargo, esta denominación también alude a una de las regiones históricas que compuso el actual estado de Polonia. Un rasgo identitario de esta región es su arquitectura de madera que comprende iglesias, casas señoriales, villas y cabañas.
En 2003 se inscribieron en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco seis iglesias católicas tardomedievales diseminadas en su área rural: Iglesia de San Miguel Arcángel, en Binarowa; Iglesia de Todos los Santos, en Blizne; Iglesia de San Miguel Arcángel, en Dębno; Iglesia de la Asunción y del Arcángel Miguel, en Haczów; Iglesia de San Leonardo, en Lipnica Murowana; e Iglesia de los Santos Felipe y Santiago, en Sękowa. Diez años más tarde, en junio de 2013, se sumaron a la lista cuatro iglesias de madera en Brunary Wyżne, Kwiatoń, Owczary y Powroźnik, junto con otras cuatro en la provincia de Podkarpackie y las iglesias ortodoxas de madera en Ucrania, remarcando su condición transnacional.
A diferencia de las iglesias de Petäjävesi, en Finlandia, que fueron improvisadas por el pueblo llano, las de Małopolska fueron patrocinadas por la szlachta, la nobleza polaca, con el fin de proveer de una identidad a su comunidad. De inciertos orígenes, la clase szlachta parece que originalmente se compuso de propietarios de tierras denominadas folwark. En el siglo XV ganaron poder al controlar el órgano legislativo cuando se conformó la República polaco-lituana. Perdieron sus privilegios con posterioridad tras las sucesivas particiones del territorio polaco.
En su arquitectura los maderos, tallados o no, se colocaban uno encima del otro, formando los llamados zręby (tipo de entramado a caja y espiga), y se entrelazan en las esquinas con distintas variantes. Por ejemplo, para unir madera no se utilizaban clavos de metal; se ajustaba bien los elementos vecinos y, a veces, para reforzar la construcción, se usaban estacas de madera.
El modelo gótico típico de un templo de madera se formó en Małopolska en el siglo XV y se repetiría en decenas de realizaciones hasta el siglo XVII. En su diseño se manifiesta una imbricación de la arquitectura católica romana con el estilo de la iglesia ortodoxa del Este. Por lo general la nave y el presbiterio cubría un solo tejado homogéneo, que estabilizaba la construcción del edificio y aumentaba su durabilidad. La silueta del tejado era inclinada, el edificio esbelto y con un detalle de carpintería, visibles en la forma de las entradas y ventanas y en el perfilado y achaflanado de las vigas. Los leños de alerce o de pino se ajustaban con precisión, formando paredes macizas. Al principio no se cubrían con ningún tipo de material de protección. Fue más tarde que apareció la capa aislante en forma de tejas de madera y después el encofrado. Las pequeñas ventanas se cortaban solamente desde las paredes del sur. Tenían siempre dos entradas: la principal, en la pared oeste de la nave, y la lateral, en el medio de su pared del sur. Los campanarios son posteriores, incluso del siglo XVIII.
El estilo dominante en ellas es el gótico tardío, el cual se percibe en detalles como puertas, ventanas y arcos, en estilo ojival y en las policromías. No obstante, las construcciones más modernas muestran elementos en los estilos rococó y barroco.
Las iglesias de Małopolska son ejemplos excepcionales de los diversos medios tradicionalmente utilizados para la construcción de los lugares de culto católicos romanos en la Edad Media. Para edificarlas se utilizó una técnica muy extendida en Europa del Norte y del Este desde los tiempos medievales, que consiste en la colocación horizontal de cilindros de madera. Desde el punto de vista arquitectónico ofrecieron una alternativa interesante a las construcciones realizadas con materiales de albañilería en los centros urbanos.
En el sudeste de Polonia, donde se elevan los Cárpatos, se encuentran las iglesias conocidas también con el nombre de tserkvas que son expresión cultural de cuatro grupos etnográficos: hutsul, halych, boyko y lemko. Se construyeron entre los siglos XVI y XIX con troncos de maderas horizontales y el ensamble a caja y espiga por comunidades de fe ortodoxa oriental y católica griega. Las iglesias se levantaban de las coníferas, sin embargo, vale la pena mencionar que solamente algunos elementos que tenían que ser resistentes a la humedad se realizaban de madera de alerce, que es muy duradera. Su diseño tiene sus raíces en la tradición ortodoxa entrelazado con elementos locales. Originalmente los edificios tenían una sola entrada y era desde el oeste, mientras que las aberturas para las ventanas, así como en las iglesias católicas, se hacían solamente en las paredes que daban al sur.
El templo lo creaban los espacios de formas parecidas al cuadrado: el presbiterio, la nave más ancha y el atrio. La nave y el presbiterio se cubrían por las características cubiertas de pabellón y frecuentemente tejados a dos aguas. Se cubrían con las tejas de madera que más tarde se sustituían por el material más barato y más duradero, es decir, la chapa. Las cúpulas de los tejados se coronaban con cascos abovedados con una estructura en forma de una torrecilla que, a diferencia de un farol real, no iluminaba al edificio. Solían tener una cúpula en forma de bulbo y una cruz de acero forjada. Antiguamente las iglesias ortodoxas se coloreaban mucho tanto por los valores estéticos como por lo práctico: para evitar su rápido deterioro. Hoy ya no queda casi nada de lo que recordaría que estas iglesias eran templos llenos de colores.
En territorio polaco se emplazan ocho. Ellas son: Tserkva de San Miguel Arcángel, en Brunary; – Tserkva de Santiago el Menor o de San Jaime, en Powroźnik; Tserkva de la Madre de Dios en Chotyniec; Tserkva del Cuidado de la Virgen, en Owczary; Tserkva de Santa Parascheva en Kwiatón; Tserkva de Santa Parascheva, en Radruż; Tserkva de San Miguel Arcángel, en Turzańsk; y Tserkva de San Miguel Arcángel, en Smolnik.