Agosto 9, 2021
El 6 de septiembre de 2017, de manos del Excmo. Sr. Alfonso María Dastis Quecedo, Ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, le fue entregada al Dr. Eusebio Leal Spengler la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica.
Este importante reconocimiento, concedido por el rey de España Felipe VI para “premiar la lealtad y los servicios excepcionales brindados por el Doctor Eusebio Leal y su contribución en la preservación de nuestra historia y patrimonio comunes”, ocupa el tercer lugar en el sistema premial español.
Con la imposición de esta, Leal sumaba dos de los más importantes galardones conferidos por esta nación europea, pues seis años antes, el 8 de julio de 2011, le había sido concedida la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, “por sus importantes méritos culturales e hispanófilos como profesor en Cuba, país donde desempeña su labor de historiador de la ciudad de La Habana y decano de la Facultad del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana”.
La Orden de Isabel la Católica fue instituida el 14 de marzo de 1815 por el rey Fernando VII, con el nombre de Real y Americana Orden de Isabel la Católica. Tras la vuelta de su exilio, El Deseado se opuso a los anhelos de independencia de los criollos de las tierras de ultramar, por lo que tomó una serie de medidas para conseguir la permanencia de estos territorios bajo su soberanía. De esa suerte, creó la orden con el ánimo de premiar la “acrisolada lealtad, el celo y patriotismo, desprendimiento, valor y otras virtudes que tanto los individuos de la milicia como de todas las clases y jerarquías del Estado han mostrado y mostraren en adelante en favor de la defensa y conservación de aquellos remotos países”. Eligió para ello el nombre de la reina Isabel de Castilla, por cuya iniciativa se financió la empresa de Cristóbal Colón. Siguiendo la tradición española, se estableció bajo la protección de un santo patrono, en este caso Santa Isabel de Portugal. La entrada en ella estaba abierta a civiles y militares, nobles y hombres pertenecientes al estado general. Al ser una orden de mérito sólo se recompensaba la capacidad del agraciado.
En 1847 el ministro de Estado y presidente del consejo de ministros, Joaquín Francisco Pacheco, acometió una importante reforma de las órdenes reales españolas. En 1889 dejó de denominarse «americana» y fue considerada la orden general y propia del mérito civil. Otro hito importante en la historia de la orden se produjo en 1927, cuando quedó abierta a las mujeres.
La orden se ha reorganizado en respuesta a los acontecimientos de la política que ha vivido este país europeo y a su la realidad social. En la actualidad premia “aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la nación, o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la nación española con el resto de la comunidad internacional”. Cuenta con 9 grados: Collar, Gran Cruz, Encomienda de Número, Encomienda, Cruz de Oficial, Cruz, Cruz de Plata, Medalla de Plata y Medalla de Bronce. Para personas jurídicas también se otorga la Corbata o la Placa de Honor. Antes de ostentar el grado de Gran Cruz, el Dr. Eusebio Leal Spengler había sido merecedor del grado de Encomienda en 1993.
El grado de Gran Cruz consta de una banda de moaré de seda de color blanco, con dos franjas de color amarillo oro. Une los extremos de la cinta un lazo, del que pende la venera.
La placa de metal dorado, que se coloca sobre el costado izquierdo del galardonado, está formada por cuatro brazos iguales y simétricos, cuya parte central o llama va esmaltada de rojo. Con estos brazos alterna cuatro ráfagas bruñidas, de cinco facetas. En los extremos de su parte central tiene una corona de laurel en la que se ata una cinta blanca. En esta, en letras doradoras se lee «A LA LEALTAD ACRISOLADA» (sección superior) y «POR ISABEL LA CATÓLICA» (inferior). El motivo de laurel se remata con un círculo azul en el cual se aprecian las iniciales de los Reyes Católicos, en tipografía gótica, y su coronel. En el centro figuran dos columnas truncadas, enlazadas por una banda con la inscripción «Plus Ultra», y los atributos de dos mundos coronados, unidos también por una cinta roja, y que irradian rayos de luz.
SM el Rey es el Gran Maestre de la orden. Su sede y oficinas se encuentran en el Ministerio de Asuntos Exteriores, ya que su Gran Canciller es el Ministro de Asuntos Exteriores, y la canónica está en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena.
Otros cubanos que también ostentan la orden, en diferentes grados, son el destacado meteorólogo cubano José Rubiera, el historiador René González Barrios, la coreógrafa Irene Rodríguez, la directora de la compañía danzaria A Compás Flamenco, Karelia Cadavid, y María Antonia Rabanillo, presidenta del Consejo de Residentes Españoles en Cuba.
Por su parte, la Orden Civil de Alfonso X el Sabio recompensa a personas u organizaciones que se hayan distinguido por méritos contraídos en los campos de la educación, la ciencia, la cultura, la docencia, la investigación y el pensamiento, o que hayan prestado servicios destacados en cualquiera de ellos en España o en el ámbito internacional. Es concedida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Fundada en abril de 1939, diez días después de que Franco firmara el final de la Guerra Civil Española, tiene como antecedente la Orden de Alfonso XII, creada en mayo de 1902 bajo el reinado de Alfonso XIII, a fin de reconocer los méritos culturales y docentes. Fue derogada durante la Segunda República, en julio de 1931. Por Real Decreto de 1988 ambas órdenes se unificaron. Pueden concedérseles a las personas físicas los grados de Collar, Gran Cruz, Encomienda con Placa, Encomienda y Cruz. En el caso de las personas jurídicas, se otorga la Corbata y la Placa de Honor. El número de galardonados es restringido en algunas de las clases mencionadas.
Consiste en una joya en forma de cruz abierta y florenzada, de esmalte carmesí. En el centro lleva una medalla circular de oro que ostenta la efigie del monarca Alfonso X. Se le representa de medio cuerpo, la corona sobre su cabeza y ataviado con un manto cuadriculado donde figuran, en sus colores, los emblemas heráldicos de León y Castilla. Empuña en la mano derecha un cetro que termina con águila explayada, mientras que en la izquierda sostiene un globo rematado con una cruz. En torno a este motivo, sobre una banda blanca, aparece en letra gótica la inscripción «ALFONSO X EL SABIO, REY DE CASTILLA Y DE LEÓN». En el reverso figura un águila explayada, cuyas garras se apoyan en un globo terráqueo del color azul. En torno a ella se encuentra su lema: «ALTIORA PETO» (Aspiro a lo más alto). Esta joya pende de una banda de seda de color carmesí.
Leal comparte con su amiga, la excelsa poetisa cubana Dulce María Loynaz, el privilegio de haber sido reconocidos con tan alta distinción. A la Loynaz le fue conferida en 1947. Ambos también tuvieron el honor de ser condecorados con la Real Orden de Isabel la Católica; la poetisa con el grado Lazo de Dama en 1993, que en la actualidad se equipara con el grado Cruz.
El agraciado con cualesquiera de las dos órdenes que incurra en un hecho delictivo probado o en actos contrarios a las razones determinantes de la concesión de la distinción, podrá ser desposeído de los títulos y honores inherentes a ellas.