Junio 9, 2021
En 1979, la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad al palacio y parque de Versalles en París, Francia, por el valor artístico y estético excepcional del conjunto.
En el siglo XVII, Luis XIV, el Rey Sol, mandó a construir un inmueble en la localidad de Versalles, alejado de los problemas y la vida convulsa de la ciudad parisina. En un primer momento, este lugar se convirtió en residencia, hasta que Luis XIV lo designó definitivamente como palacio real, el cual había sido el Louvre hasta ese momento.
A consecuencia de la Guerra de Independencia francesa, el palacio de Versalles fue tomado por el pueblo y la familia real tuvo que abandonar París. Esto trajo consigo que los años posteriores el conjunto permaneciera vacío y fuese objeto de saqueo en varias ocasiones tras la caída de la monarquía. Hacia 1870 albergó el cuartel general del ejército prusiano durante el asedio a París. El 28 de junio de 1919 se firmó en la Galería de los Espejos el tratado que puso fin a la I Guerra Mundial, pasando a la historia como el Tratado de Versalles; y en 1978 el palacio fue víctima de un atentado por bomba que destrozó al menos doce salas del conjunto. Actualmente, el palacio y parque de Versalles se encuentra al servicio de la presidencia de la República y ha sido sede también del Congreso del Parlamento.
En 1837 se decidió crear el Museo de la Historia de Francia, conjunto que alberga el palacio y que constituye el más grande del mundo con 18 mil metros cuadrados. El museo tiene una colección organizada por series históricas, con más de 60 mil obras de arte.
La Galería de los Espejos destaca dentro del conjunto y celebra la prosperidad nacional en el arte, la economía y la política. Alrededor de 357 espejos adornan los 17 arcos contrarios a las ventanas de la galería, la cual se extiende por más de 73 metros de largo.
El diseño de los jardines, otra de las maravillas del conjunto, comenzó en 1661 y tomó alrededor de cuatro décadas concluirlo. Para ello se trasladaron árboles de varias regiones francesas y se ordenó que los jardines fuesen plantados cada 100 años. El estilo de estos monumentos paisajistas es geométrico, clasicista y ordenado. Su estructura fue diseñada de modo tal que todas las esculturas y fuentes aparecen relacionadas, señalándose unas a otras.
El palacio y parque de Versalles es testimonio de los tiempos de la monarquía francesa entre los reinados de Luis XIV y Luis XVI, embellecido por sucesivas generaciones de arquitectos, escultores, decoradores y paisajistas, erigiéndose por mucho tiempo como el modelo de palacio real a seguir en toda Europa.