Marcos Fidel Prieto Prawl y Marcos Antonio Santana Hernández
Noviembre 27, 2020
Introducción
La fusión cultural de la que fue partícipe la Isla de Cuba, durante más de cuatro siglos, trajo consigo el florecimiento de nuevas tradiciones en disímiles territorios del país, que sirvieron de abrigo para los emigrantes españoles y ofrecieron a sus descendientes un variado e innegable legado. Dada la masividad de los viajes, su presencia en el territorio caribeño se hizo profusa, ayudando a forjar la identidad del criollo, principalmente en el sector rural. Actualmente hallamos sus huellas no solo en el lenguaje y el modo de ser del cubano, sino en su música, sus bailes, su literatura, su arquitectura, sus tradiciones religiosas, costumbres alimenticias y demás ramas de la sociedad. También en países como Venezuela, Uruguay y Puerto Rico la emigración Canarias se destacó en igual sentido.
En nuestro país se comenzó a gestar un movimiento musical canario muy fuerte, principalmente en las provincias centrales y occidentales del país que fue donde más se asentaron los canarios traídos a Cuba. Este movimiento se destacó por la presencia de agrupaciones danzarias y musicales que defendían una tradición, las cuales poseían diferentes formatos según la manifestación artística; en el caso de la música el formato era la rondalla.
El término “rondalla” se utiliza para nombrar agrupaciones musicales formadas por un coro masculino o mixto y un conjunto denominado de pulso y púa, que se compone de guitarras, laúdes, bandurrias, mandolinas y otros instrumentos de cuerdas. Además, en este formato se incluyen instrumentos típicos de percusión traídos de Canarias como el timple, el tambor gomero, la caña, y algunos aerófonos.
Por lo antes plateando el objetivo de este trabajo es investigar qué importancia han tenido las rondallas como fenómeno cultural en la comunidad de hispanos en Cuba, su impacto en la sociedad y su aporte patrimonial a nuestro país.
Desarrollo
Los primeros habitantes de las islas afortunadas que llegaron a Cuba, vinieron en los viajes de Cristóbal Colón, los cuales participaron en las acciones de la conquista y posterior colonización de la isla caribeña. De este modo se iniciaba un fenómeno migratorio de casi cinco siglos. Los motivos para que hombres y mujeres abandonaran su querida tierra fueron múltiples, ya sea por las precarias condiciones económicas o por los conflictos bélicos en los que se veía envuelta España, producto a los cuales los jóvenes canarios eran arrancados de sus hogares y obligados a partir a la guerra.
Este acontecimiento de emigración-inmigración alcanza su clímax en el período de la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX.
Se plantea que en el período comprendido entre 1835 y 1850 arribaron a las costas cubanas cerca de 16 300 canarios. En un cuadro estadístico realizado en 1846, a cargo del Capitán General Leopoldo O´Donnell, se afirma que por esta fecha existían en Cuban 27 251 personas provenientes de Canarias. En la segunda mitad del siglo XIX se registran datos de alrededor 30 000 canarios, lo que suponía en aquel momento casi la mitad de la población de esa colonia.
Festividades que sirvieron al contexto de la práctica musical y danzaria de origen canario en Cuba
A principios del siglo XX, el poblado de Pozas, ubicado en el centro del país, en el municipio de Cabaiguán, consistía en casitas muy pobres alrededor de un viejo fortín español y unos cientos de caballerías de terreno casi virgen. Cuando se inaugura, en 1902, el Ferrocarril Central, el cual tenía estación en el centro del poblado, la vida del lugar se tornó diferente. En este período las tierras comienzan a llenarse de agricultores, generalmente canarios.
El paisaje rural se fue transformando con el impulso de la multitud, de esta forma aparecieron la sitiería, con sus casitas con techo de guano, los rústicos vegueríos y otros sembrados de alimentos. Entre las tradiciones traídas por los isleños como comienza a ponerse de manifiesto en actos festivos y conmemorativos aparecen la música y la danza. Un ejemplo muy conocido es la fiesta patronal dedicada a la virgen de la Candelaria, celebrada el 2 de febrero en varias de las provincias del país. La ocasión cuenta con la presentación del tradicional Baile Canario de la Lanza o Danza de las Cintas como también se le conoce en Tenerife desde mediados del XVIII hasta la fecha.
En otros poblados se realizaban también parrandas, inspiradas en las Fiestas Lustrales palmeras, en la Bajada de la Virgen de las Nieves, y en las calles se presenciaban cabezones, muñecos enormes dentro de los cuales se introducían personas para darles vida y danzar, réplica sin dudas de los cabezudos o papahuevos de las fiestas canarias.
Se ha comprobado que desde 1907 se celebran en los campos cubanos estas fiestas y no contaban con elementos religiosos, sino que se comportaba como un verdadero acontecimiento cultural y recreativo. En medio de esta festividad se realizaba también un certamen de belleza femenina que más tarde se convierte en La Reina del Tabaco.
En este contexto llegan a la zona de Pozas dos inmigrantes canarios José Garcés Hernández y Juan “Chimijo”, creando el primero, en 1929, el grupo musical, y el segundo, en 1933, el formato danzario. Garcés, era natural de Los Realejos, en Tenerife, donde había nacido el 15 de julio de 1902; llegó a Cuba en 1922 y estuvo solo quince días en Pinar del Río, pues tenía familia en Las Villas, hasta que vino para Cabaiguán en 1924 radicándose finalmente en Pozas.
Entre las celebraciones que mantiene un lugar significativo en Cabaiguán desarrolladas por estos dos inmigrantes canarios y sus familiares, está la Fiesta de la Cruz, el 3 de mayo, celebrada desde entonces hasta la actualidad en esta zona.[1]
Estas festividades son celebradas en Cuba desde la segunda mitad del siglo XIX, en muchos asentamientos canarios, con una particularidad diferente en cada territorio. Sin embargo, era un elemento común la presencia central de la cruz, la cual era adornada con prendas, flores y otros objetos, realizándose en muchas ocasiones singulares competencias entre territorios, casas o personas.
De esta misma forma, en el resto del país muchos emigrantes isleños se reunían en las tardes después del trabajo, para cantar y bailar la música del terruño que tanto añoraban. Desde aquel entonces esta tradición se ha mantenido de generación en generación en agrupaciones como: Danza Isleña de Pozas, agrupación centenaria de Cabaiguán, provincia de Santi Spíritus; Rumores del Teide en Villa Clara; Los Magos en Chambas, provincia de Ciego de Ávila; Canarios de Pinar en Pinar del Río, Pueblo Isleño también en Santi Spíritus; Grupo de Danza Tamarco en La Habana y Rondalla Típica Cubana; entre otros.
Origen y evolución de la Rondalla Típica Cubana
La creación de la agrupación Islas Canarias tuvo lugar en la segunda quincena del año 2002, en uno de los salones de la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera. La sociedad comenzó a radicar en el edificio de la calle Monserrate No. 258, entre las calles Neptuno y Ánimas en 1992. En 1998, nace un cuerpo de baile, a iniciativa del ya fallecido presidente Carmelo González Acosta, dirigido por la profesora Belinda Crespo, que llevaría el nombre de Tamarco.
Con el tiempo la sociedad se sumergió en un proceso de crecimiento desde todos los puntos de vista. En aras de lograr un mejor espectáculo folklórico donde hubiera mayor participación de los jóvenes descendientes y los socios culturales surge la idea de fundar un grupo musical que junto al cuerpo de baile, que cumpliese uno de los formatos más tradicionales de las Hespérides: una rondalla, que llevaría por nombre Rondalla Típica Cubana.
Muchos fueron los jóvenes que se sintieron atraídos por los aires que envolvían a la Sociedad Canaria. Asociados, descendientes y no descendientes se vincularon de una forma u otra con la creación de la Rondalla. En su mayoría eran aficionados, con poco o ningún conocimiento de la música, sin embargo, otros, ya estaban instruyéndose sobre el tema e, incluso, se estaba graduando del nivel elemental y medio en música. La Academia de Etnografía y Tradiciones Canarias en Cuba representaría un paso de avance en la preparación cultural de todos los alumnos que pertenecían a las diferentes especialidades. Además, esta recibió el apoyo del gobierno de canarias quien ha enviado durante más de 20 años diferentes profesores y agrupaciones del folklor canario.
Los integrantes en su paso por la Academia han aprendido desde pequeños a interpretar los instrumentos típicos canarios y cubanos (de la tradición campesina); entre ellos la bandurria, el laúd, instrumentos de percusión menor y el timple que alcanzara gran popularidad entre los muchachos, debido a su tamaño y a su timbre característico. Otro aspecto importante ha sido la preparación vocal con una técnica de canto que se mezcla entre lo lírico y lo popular, muy característicos de los cantadores de las islas, que le dan un toque especial a la música cubana por la amplia gama de géneros que puede abarcar este tipo de técnica vocal.
Conclusiones
Toda esta actividad ha generado durante todos esos años ponencias muy interesantes de diferentes autores de todo el país y que sin duda han nutrido a la biblioteca de la Asociación Canaria y han servido de herramienta a los profesores para las clases de la Academia de Etnografía y Tradiciones Canarias en Cuba.
Esta investigación pertenece actualmente al catálogo de investigaciones de la música tradicional cubana del CIDMUC (Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana). Forma parte de la historia, cultura y tradición de nuestro país, que juega un papel importante en la identidad del cubano, convirtiendo esta tradición en patrimonio nacional de nuestra nación.
Las rondallas en Cuba son y serán una tradición que, mientras existan descendientes o no descendientes apasionados por el arte traído de estas lejanas tierras, nunca morirá. Siempre existirán personas como los que hoy integran la Rondalla Típica Cubana que defenderán sus raíces y sobre todo pondrán en alto el nombre de la cultura de nuestro país que es tan diversa y rica en todos sus sentidos.
Notas
* Conferencia presentada en el III Coloquio Presencias europeas en Cuba, 2019, del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa: Palacio del Segundo Cabo.
[1] Su antecedente se localiza entre las festividades más antiguas de la Villa de Los Realejos, Tenerife, donde aparece la Invención de la Santa Cruz, mandada a celebrar por el Obispo Don Diego de Muros, tras darse por finalizada la conquista de la Isla de Tenerife (1496).
Marcos Fidel Prieto Prawl. Licenciado en Música, Master en Musicología y Composición del Instituto Superior de Arte (ISA). Ha recibido diplomados pre-doctorales de Patrimonio Musical Hispano-cubano en el Colegio Universitario de San Gerónimo de la Habana, impartidos por la Dra. Miriam Escudero. Profesor de Música y director de la Rondalla Típica Cubana de la Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera (2004 hasta la fecha). Pertenece al CIDMUC (Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana). Durante 2 años integró el Coro Polifónico de La Habana como tenor segundo, bajo la dirección de Carmen Collado. Actuó junto a agrupaciones corales nacionales e internacionales en los Festivales de coro: América Canta, Coro Habana, Festival de coros de Santiago de Cuba bajo la dirección de Electo Silva, Digna Guerra, Carmen Collado y Alina Orraca. Ha compartido escenario con músicos prestigiosos y grupos nacionales e internacionales como: TZASIRAXIS, Los Gofiones, Los Cesteros, La Parranda de Teror, Bentahot, El Carnaval de Tenerife, el Ballet Español de Cuba, Benito Cabrera, la Orquesta del ICRT, Frank Fernández, Cintio Vitier, Omara Portuondo, Chucho Valdés, Guido López Gavilán, Roberto Valera, Víctor Pelegrini, Luis Manuel Molina, Trío Amanecer, Efraín Amador, Erdwin Bichot, compañía “Ballet Español de Cuba” dirigido por Eduardo Veitía en 2016. Gran Teatro de la Habana Alicia Alonzo, Pancho Amat y el Cabildo del Son y la Orquesta sinfónica de la ENA.
Marcos Antonio Santana Hernández. Ha participado en diversos eventos nacionales e internacionales presentando trabajos investigativos como: La música en la enseñanza de la Geografía. Es integrante de la Rondalla Típica Cubana como solista vocal e instrumentista de percusión menor cubana y canaria. Ha recibido cursos de canto, locución y otras manifestaciones como integrante de la Academia de Etnografía y Tradiciones Canarias, la que integra desde el año 2010. Participó en el Concurso “La Nueva Voz” en su 8va edición 2014, obteniendo mención especial y varios premios colaterales, compartiendo escenario con Waldo Mendoza y Farah María. Participó en el Concurso Festival Cubano Canario de la Décima “Indio Naborí” en su edición 2015 con los jueces María Victoria Rodríguez, Luis Paz Esquivel “Papillo” y Edwin Bicho, obteniendo el Primer Premio y el Premio de la Popularidad. Participó en los festivales de artistas aficionados de la FEU a nivel de Universidad y a nivel provincial, obteniendo en ambos concursos premio de oro en la categoría de solista y dúo (2017 y 2018). Colaboró en la grabación del nuevo disco de la cantante María Victoria Rodríguez, grabando los coros y un dúo con dicha cantante titulado “Bajo un palmar”, en agosto del 2018.