Julio 28, 2020
La música tradicional de Lisboa es el fado, canción nostálgica acompañada de una guitarra portuguesa que desde 2011 es Patrimonio de la Humanidad. La llaman la canción más triste del mundo: es dolor y quejumbre, destino y fatalidad. La reina del fado, Amália Rodrigues, fue la mejor voz que la lengua portuguesa haya conocido. Con ella, el fado salió de las calles, transcendió el país y conquistó el mundo. El pasado 23 de julio, Portugal celebró el centenario de su natalicio, con un amplio programa de conciertos y actos.
El Reino de Portugal nace oficialmente en 1139. El Imperio portugués fue el primero y más duradero de los imperios coloniales (1415-1999) desde la Era de los Descubrimientos.
En el Canto I de la mayor obra épica portuguesa, Luis de Camoes, (1524-1580) alaba la historia y la vocación de un país de navegantes y comerciantes que resistieron, conquistaron e hicieron perpetuar su idioma, sus costumbres y su gloria.
Lisboa, situada en la desembocadura del río Tajo, es la capital de Portugal y uno de los grandes centros culturales europeos. Los griegos conocían Lisboa como Olissipo. Según la mitología, fue esta la ciudad que fundara Odiseo en la península ibérica tras salir de Troya.
El siglo XVI supone la era de oro de Lisboa, que se convirtió en un punto de comercio europeo con el lejano Oriente, mientras que el oro de Brasil arribaba a la ciudad. Durante la Segunda Guerra Mundial, Lisboa fue uno de los pocos puertos atlánticos europeos neutrales, por tanto, una puerta de salida de refugiados.
El Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém y el Monumento a los Descubrimientos, simbolizan la era de las exploraciones portuguesas. El monasterio de la Orden de San Jerónimo, se erigió para conmemorar el regreso de la India de Vasco de Gama. Es representativo del estilo manuelino, caracterizado por la mezcla de motivos arquitectónicos y decorativos del gótico tardío y del renacimiento.
La Torre de Belém, declarada, junto al Monasterio de los Jerónimos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983, fue construida en 1510 como torre de vigilancia en la entrada del río Tajo. Parte de su belleza reside en la decoración exterior, adornada con cuerdas esculpidas en piedra, galerías abiertas y torres de vigilancia en estilo mozárabe. Sobre la fachada oeste aparece la figura de un rinoceronte, homenaje a un ejemplar que fue llevado a Lisboa poco antes de que se iniciara la construcción de la torre. El animal fue tan popular en aquellos días que no solamente se incluyó su figura en la decoración de la Torre de Belém, sino que el impresor Valentim Fernandes representó y describió al detalle la anatomía del ejemplar, lo que inspiró al pintor alemán Alberto Durero (quien jamás vio un rinoceronte) a realizar la famosa xilografía conocida como “Rinoceronte de Durero”.
Oporto es otra gran ciudad de Portugal, conocida como la ciudad de los puentes por la imponencia, innovación y belleza de sus puentes, fechados en distintas épocas y con distintos estilos arquitectónicos.
La gastronomía de Lisboa está influenciada por su proximidad al mar. Se dice que los portugueses, y especialmente los lisboetas, tienen 365 maneras de preparar el bacalao, una receta diferente para cada día del año.