Julio 28, 2020
¿Sabes qué tienen en común el escritor Hans Christian Andersen, el filósofo existencialista Søren Kierkegaard, las piezas de colores lego, el movimiento fílmico Dogma 95, o la canción Barbie girl, del grupo Aqua, popularizada en 1997 en todo el mundo? Pues que todos tienen su acta de nacimiento en Dinamarca.
En uno de nuestros andares virtuales de 2017 propusimos un viaje por la historia, la cultura, el arte y el patrimonio del Reino de Dinamarca. Visitamos su capital, Copenhague, y la segunda ciudad más importante del país, Aarhus. También, varios sitios inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, como la Catedral de Roskilde y el Castillo de Kronborg, el escenario donde acontece la obra teatral Hamlet, de William Shakespeare. Este personaje está inspirado en la legendaria historia del príncipe danés Amleth, quien luego sería rey.
El Reino de Dinamarca comprende la península de Jutlandia, cerca de 407 islas -solo 79 de ellas están habitadas -, así como el archipiélago de las Feroe y Groenlandia; estos dos últimos son regiones autónomas. Cuenta con tres idiomas oficiales: el danés, feroés y groenlandés y su bandera nacional se considera la más antigua del mundo. Las banderas de Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia e Islas Feroe se han basado en el patrón de diseño de la bandera danesa, a partir de la llamada cruz nórdica, cruz de San Olaf o cruz cristiana.
Una fascinante curiosidad relacionada con la tecnología: el nombre del sistema Bluetooth de tus dispositivos móviles está inspirado en Harald Blåtand o Bluetooth, quien fue rey de Dinamarca y Noruega. Una de las dos estelas rúnicas de Jelling fue erigida por él en honor a su padre y a su madre, el rey Gorm el Viejo y su esposa, Thyra Danebod. Esta piedra, junto a una más pequeña, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994.
Desde hace unos años, una palabra danesa que forma parte de su ADN cultural y que no tiene una traducción literal al castellano se ha vuelto muy popular alrededor del mundo. ¿Sabes cuál es? Se trata de hygge. Alude a una actitud ante la vida en la que se disfruta de la sencillez y de las pequeñas alegrías de cada momento. Compartir una taza de café con los amigos; leer un libro relajado en el sofá; tomarse un tiempo de calma distanciado de las prisas cotidianas; sostener una conversación más profunda de lo habitual; todo eso es hygge. Los daneses lo practican todo el año, pero en invierno, cuando las temperaturas promedian 00C y la luz solar solo dura 4 horas, estar con la familia y los amigos en espacios acogedores y en atmósferas positivas deviene esencial, lo cual convierte a esta estación en la época del hygge por excelencia. Pero para los daneses otros factores también intervienen en generar hygge, como es la confianza en el sistema, la seguridad social, la educación y la atención médica gratuitas, la igualdad de género y el bajo índice de corrupción. Los daneses insisten en que el bienestar que despierta el hygge solo puede sentirse, no puede describirse con facilidad; por eso, recomiendan visitar Dinamarca para entender realmente este concepto tan abstracto.
Recuerden, amigos, en estos momentos en que aun debemos permanecer en casa practica la manera danesa de hallar bienestar a través del hygge.