The Creation of the Heavens; Unknown; Ghent, Belgium; about 1475; Tempera colors, gold leaf, and gold paint on parchment; Leaf: 43.8 x 30.5 cm (17 1/4 x 12 in.); Ms. Ludwig XIII 5, v1, fol. 31

La música de las esferas

The Creation of the Heavens; Unknown; Ghent, Belgium; about 1475; Tempera colors, gold leaf, and gold paint on parchment; Leaf: 43.8 x 30.5 cm (17 1/4 x 12 in.); Ms. Ludwig XIII 5, v1, fol. 31

Septiembre 5, 2022

 

De acuerdo con la teoría de la música de las esferas, se creía que los siete pasos de la octava musical contenían la estructura del universo en una síntesis que abarcaba geometría, astronomía, matemáticas, armonía, filosofía y estética. Así pues, se trata de un sistema que concebía el universo regido por las leyes de la armonía musical.

En general, se considera que la codificación de la base aritmética de la música realizada por Pitágoras en Greciaen el siglo VI a.C. constituye el auténticocomienzo de esta ciencia. Pitágoras descubrió que los intervalos de la escala musical dentro de laestructura de la octava (al igual que en la escala de siete tonos) quedaban determinadospor relaciones numéricas exactas. También fuePitágoras quien concibió el universo como una estructura musical. Gracias a esta estructura musical yaritmética de la escala de octavas, el hombre encontró unaforma precisa de medir y explorar el universo. Posteriormente, los filósofos Platón y Sócrates explicaron de manera más pormenorizada lo quepasó a conocerse como música de las esferas.

Esta teoría contemplaba tres tipos de música. El primero era la música instrumentalis: un medio preciso desde el punto de vista matemático para medir el tiempo, el intervalo, el tono y la frecuencia musicales en los diferentes instrumentos, incluyendo los de percusión, viento y cuerda y voz. El segundo era la música humana: el ritmo del pulso del cuerpo humano y la respiración de nuestro organismo. El tercero era la música mundana: la creencia en los tonos musicales producidos por el movimiento de la Tierra y los planetas en su viaje por el universo.

La música mundana se entiende en términos de relaciones matemáticas y de la comparación del ciclo anual de los planetas en su movimiento alrededor del Sol con el ciclo de la Tierra. Del mismo modo que la rotación de la Tierra alrededor del Sol controla nuestros ritmos diarios y anuales, y la rotación de la Luna alrededor de la Tierra las mareas y nuestros ritmos semanales y mensuales, se creía que el movimiento de otros planetas afectaba a otros aspectos de nuestra vida. Dichas influencias eran el resultado de algoritmos obtenidos mediante cálculos matemáticos de movimientos realizados dentro del sistema solar. Los antiguos griegos concibieron la música de las esferas como resultado de profundas especulaciones sobre la naturaleza del cosmos. Sin embargo, cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano, el sistema demostró ser un modelo estructural sumamente útil para el statu quoen el marco de las nuevassituaciones socio-religiosas surgidas a lo largo de la historia europea.

El concepto de música de las esferas no solo sobrevivió a la transición de la filosofía pagana a la aceptación del cristianismo, sino que se convirtió en una de las doctrinas más poderosas para mantener el orden y la autoridad de la Iglesia. Así, en el siglo XV, el jurista inglés sir John Fortescue vio en la música de las esferas un antiguo tema de orden armónico celestial que reflejaba la jerarquía social y religiosa del mundo medieval.

En la Edad Media y el Renacimiento destacó una obra maestra de la prosa latina conocida como El sueño de Escipión, de Cicerón. Además, también fue el texto instructivo más famoso para explicar el cosmos en términos de música de las esferas. En El sueño de Escipión, Cicerón explica que el héroe romano Escipión el Africano es llevado a los cielos, donde sus oídos se llenan con la celestial y trascendente música de las esferas.

Maravillado y encantado, Escipión pregunta: «¿Qué sonido es éste, tan grandioso y suave, que llena mis oídos?». La respuesta a esa pregunta le llega de uno de los maestros, quien expresa:

Es el sonido que se produce por la vibración y el movimiento de las esferas, compuesto por intervalos desiguales pero divididos de forma totalmente racional de acuerdo con una relación concreta [] para producir siete sonidos diferentes, número que constituye la clave de casi todas las cosas.

Dos milenios después, el poeta metafísico Henry Vaughan describió de forma mucho más satisfactoria esta visión de las esferas: «La otra noche vi la Eternidad, como un gran anillo de luz pura y eterna, toda tranquilidad, mientras brillaba, y bajo ella, el Tiempo con sus horas, días y años, impulsado por las esferas».

Henry Vaughan fue casi coetáneo de Johannes Kepler, el mejor astrónomo de su época y autor de Armonía del universo. La depuración de este antiguo sistema realizada por Kepler se ha descrito como «canción de canciones de todo matemático». Y, sin embargo, su elocuente estudio del sistema solar constituye prácticamente una copia de la música de las esferas, de dos mil años de antigüedad, excepto por el hecho de que Kepler procuró explicar que esta «música» constituye básicamente un concepto intelectual. Así, insistió en que «el movimiento de los cielos no es otra cosa que cierta polifonía eterna, percibida por el intelecto y no por el oído».

En La república, Platón pide a Sócrates que describa el movimiento visible de los cuerpos celestes en los cielos: «Esas intrincadas formas en el cielo son, sin lugar a dudas, la más preciosa y perfecta de las cosas materiales». Y, sin embargo, se consideraron irrelevantes dentro de las cuestiones planteadas por la música de las esferas. En opinión de Sócrates, constituían «parte del mundo visible y, por tanto, quedan muy lejos de las realidades auténticas (las auténticas velocidades relativas, en un mundo de números puros y figuras geométricas perfectas […] sólo pueden concebirse mediante la razón y el entendimiento, y no apreciarse con la vista)».

En los comentarios sobre la música de las esferas, de Sócrates a Kepler, podemos ver que este sistema se concibió inicialmente para explorar las realidades elementales del mundo. En la época de Bach y Newton, el matemático Liebniz escribió: «La música es el ejercicio aritmético oculto del alma inconsciente que calcula». Nada podría expresar de forma más precisa los principios pitagóricos.

Por muy ingenua que podamos considerar en la actualidad esta doctrina de un universo musical, lo cierto es que su combinación de teoría musical, matemáticas, cosmología y filosofía constituyó la base de casi toda la ciencia moderna. La concepción de un cosmos armónico propició directamente el desarrollo de los lenguajes matemáticos del álgebra, la geometría proyectiva y el cálculo. Además, durante más de dos mil años, la música de las esferas fue el sistema más importante y avanzado para la elaboración de mapas de nuestro universo multidimensional.

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