Puentes Grandes

Expansión de La Habana de intramuros hacia otras zonas. Puentes Grandes, sitio de sosiego.

Puentes Grandes

Febrero 28, 2022

 

En las postrimerías del siglo XVI tiene su origen en La Habana el pequeño pueblo Puentes Grandes. La presencia del río Casiguaguas, conocido actualmente como Almendares, posibilitó el fomento de la producción tabacalera, así como el establecimiento del ingenio de Hernán Manrique de Rojas, una de las primeras factorías en constituirse en las cercanías del espacio habanero. Alrededor de este sitio las personas edificaron un caserío que cuantificó el crecimiento de la ciudad de extramuros.

El nombre de los terrenos se debe a los numerosos puentes que tuvieron que construir los conquistadores españoles para atravesar el río de una margen a otra. Desde épocas tempranas, dígase 1740, varios documentos oficiales hacen referencia al lugar. Gracias a esas fuentes se conoce que dos temporales, uno en 1768 y otro en 1791, arrasaron con los puentes y las viviendas edificadas, lo cual produjo un estancamiento económico para el lugar.

No fue hasta el año 1827 que se construye un nuevo puente y comienza a cobrar vida la tranquila zona. Según datos del período, para 1836, Puentes Grandes contaba con más de 100 edificios y un total de 749 habitantes. Este crecimiento poblacional y económico estuvo asociado a la explotación de canteras, los hornos de cal y yeso y también la presencia de una de las primeras fábricas de papel en el país.

Aunque cerca del efervescente núcleo citadino, pero a la vez, distante de él, numerosas familias acomodadas de la época establecieron sus viviendas en busca de sosiego. La familia que conformaron el patriota Esteban Borrero Echeverría y su esposa Consuelo Piedra Agüero tuvo allí su residencia, un espacio que acogió a prestigiosos escritores, como Julián del Casal y los hermanos matanceros Carlos Pío y Federico Uhrbach. En ese entorno vivieron Juana y Dulce María Borrero. La primera, una de las poetisas y pintoras cubanas más talentosas fallecida a una temprana edad; la segunda, poetisa, pintora, crítica de arte, notable pedagoga y defensora de los derechos de la mujer.

A este espacio, habitado ya por personas, pero en armonía con la naturaleza, acudieron también los estudiantes de la Academia de San Alejandro, quienes iban a realizar ejercicios de pintura al aire libre a las riveras del Almendares. Una de esas artistas es María Josefa Lamarque (Guantánamo 1893 – La Habana 1975), que en 1923 exhibe el cuadro Rincón de Puentes Grandes, obra que forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. Asimismo, Amelia Peláez (Las Villas, Cuba, 1896 – La Habana, Cuba, 1968) recrea hermosamente en su pieza Paisaje de Puentes Grandes, de 1926, el ambiente apacible y sereno del sitio.

En las décadas de 1940 y 1950 se instalan las fábricas de hielo y cerveza La Polar, importantísimas para la industria nacional. Arquitectónicamente, el eclecticismo es el estilo predominante, aunque ya muchos de los edificios del siglo pasado se encuentran mal conservados o modificados por los habitantes.

En este sitio se halla uno de los principales exponentes del modernismo en Cuba: los Jardines de la Tropical. Este centro posee una extraordinaria relevancia dentro del ámbito musical y bailable contemporáneo, además de contribuir con el enriquecimiento cultural de los visitantes.

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