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Cueva de Altamira

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Mayo 31, 2021

 

La Cueva de Altamira, calificada como la “Capilla Sixtina del arte rupestre”, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, y posteriormente, en 2008, la protección fue extendida a otras 17 cuevas ornamentadas bajo el nombre de “Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España”.

El conjunto es representativo del testimonio excepcional de una civilización ya desaparecida y del apogeo del arte rupestre paleolítico que se desarrolló en toda Europa entre los años 35.000 y 11.000 a.C. Desde su descubrimiento por Modesto Cubillas, en 1862, y su posterior estudio por Marcelino Sanz de Sautuola, Altamira ha sido excavada e investigada por los principales historiadores de cada época. La cueva es una cavidad natural en la roca, situada en Santillana del Mar, un municipio de Cantabria, en España, a unos dos kilómetros del centro urbano del que tomó el nombre. Es relativamente pequeña, con un estimado de 270 metros de longitud, cuya estructura está formada por una galería con escasas ramificaciones y termina en un largo y estrecho corredor de difícil acceso.

Desde 1910 se creó una Junta de Conservación y Defensa de la Cueva que ha pasado por distintas fases: apertura al público en 1917 con un guía; fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1924; en 1940 se puso en marcha el Patronato de la Cueva de Altamira; en 1977 se cerró por primera vez y en 1982 reabrió de forma limitada para 8500 visitantes al año; en 1985 fue reconocida mundialmente como Patrimonio de la Humanidad; y en 2001 se abrió el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, en cuyo interior destaca la Neocueva de Altamira, la reproducción más fiel que existe de la cueva original. En 2002 cerró nuevamente al público y en junio de 2010 se publicó un estudio de impacto en el que el Patronato de la Cueva confirmaba la reapertura de la cueva, lo cual no sucedió hasta 2014, con una limitación estricta de solo cinco visitantes por día durante 37 minutos, escogidos al azar.

A lo largo de la cueva aparecen pinturas polícromas, grabados, pinturas negras, rojas y ocres que representan animales, figuras antropomorfas, dibujos abstractos y no figurativos. Las principales salas han sido denominadas para su clasificación y estudio como: la Sala de los polícromos o Gran sala; la Sala de los tectiformes; la Sala de la Hoya; o la Cola de caballo. La majestuosidad del techo de los polícromos le ha valido a Altamira una variedad de calificativos como la “Capilla Sixtina del arte rupestre”.

El reconocimiento de la Cueva de Altamira como una obra artística realizada por hombres del Paleolítico no solo supuso un dilatado proceso de dudas e investigaciones, sino también el punto de partida para definir los estudios sobre la prehistoria.

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